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Portugal, el espejo en el que se mira Pedro Sánchez

El líder del PSOE pone como ejemplo el pacto de legislatura entre los tres partidos de la izquierda lusa, mientras en el país vecino el primer ministro, Antonio Costa, alerta al electorado para evitar el bloqueo político español

Pedro Sánchez, junto a su homólogo portugués, Antonio Costa, en una imagen de archivo
Pedro Sánchez, junto a su homólogo portugués, Antonio Costa, en una imagen de archivolarazon

El líder del PSOE pone como ejemplo el pacto de legislatura entre los tres partidos de la izquierda lusa, mientras en el país vecino el primer ministro, Antonio Costa, alerta al electorado para evitar el bloqueo político español

Con apenas un mes de diferencia las dos naciones ibéricas van a acudir a las urnas para elegir su nuevo Gobierno: Portugal este domingo 6 de octubre y España el 10 de noviembre. Al frente de ambos países hay primeros ministros socialistas que gobiernan en minoría pero mirando por el retrovisor al vecino peninsular.

Para Pedro Sánchez el “modelo portugués” es un ejemplo de que la izquierda puede gobernar sin necesidad de que existe un pacto de coalición de por medio. “Lo que estamos haciendo en Baleares, lo que estamos haciendo en Valencia o en Castilla-La Mancha es lo mismo que está haciendo Antonio Costa en Portugal y que yo defiendo para España”, aseguraba en la primarias del PSOE en 2017. Y es que Costa, pese a perder las elecciones en 2015 frente a la derecha del PSD, logró llegar al poder formando un Gobierno monocolor tras un acuerdo programático con otros dos partidos progresistas (Bloque de Izquierdas y la coalición entre comunistas y verdes), que sostienen al PS en el Parlamento, pero no cuentan con ministros en el Gabinete.

El balance de la “”geringonça”, como se conoce este pacto en el país vecino, ha sido una legislatura de estabilidad y prosperidad económica que ha hecho de Portugal el alumno ejemplar de la eurozona. La política ortodoxa de ministro de Finanzas, Miguel Centeno, ha logrado el milagro de acabar con la austeridad que trajo el rescate de la troika de 2011 sin descuidar la reducción del déficit público, cercano hoy al superávit.

En plena campaña electoral y ante unos sondeos que han reducido de 20 a 6 puntos la ventaja del PS, Costa prefiere ser cauto y llama al voto útil de la izquierda (como hace Sánchez) para evitar el bloqueo político español, donde se han celebrado cuatro elecciones en cuatro años. “Un PS débil y un BE fuerte significa ingobernabilidad”, advierte en una reciente entrevista en el semanario “Expresso”.

Como al PSOE, las encuestas anticipan que los socialistas lusos serán los más votado este domingo, pero quedarán lejos de la mayoría absoluta. El PS alcanzaría el 36% de los votos, con entre 97 y 107 diputados, lejos de la mayoría absoluta de los 116. Por debajo se quedaría su rival de centro derecha, el Partido Social Demócrata (PSD) de Rui Rio, con un 30% de estimación de voto y entre 79 a 87 escaños. En tercer lugar, el BE con el 10%, seguido de PCP con el 6%, el CDS con el 5% y el PAN con el 3%.

Y es que tras una legislatura haciendo malabarismo con la extrema izquierda, Costa aspira a tener manos libres para poner en marcha una política de pactos de geometría variable con la que pactar con izquierda y derecha según el caso. Algo parecido a lo que practica desde que ganó en las elecciones de junio la primera ministra danesa, Mette Frederiksen. Otro modelo al que suele aludir Sánchez. A diferencia del secretario general del PSOE, que no tenía experiencia de gestión antes de llegar a la Moncloa, su homólogo portugués arrastra una dilatada trayectoria política como ministro de Relaciones con el Parlamento, Justicia e Interior y alcalde de Lisboa durante ocho años.