Macroeconomía

Preparados para el «viernes negro»

El presidente el BCE, Mario Draghi, asegura que usará todos los instrumentos necesarios en caso de Brexit, mientras el inversor Soros vaticina el «apocalipsis financiero» para Reino Unido.

Preparados para el «viernes negro»
Preparados para el «viernes negro»larazon

El presidente el BCE, Mario Draghi, asegura que usará todos los instrumentos necesarios en caso de Brexit, mientras el inversor Soros vaticina el «apocalipsis financiero» para Reino Unido.

Apocalípticos o tranquilizadores. O ambas cosas a la vez. En la recta final antes del referéndum de mañana en Reino Unido, diferentes personalidades ligadas al mundo económico y financiero advirtieron de las consecuencias que un hipotético Brexit tendría en los mercados y la renqueante recuperación económica global. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, aseguró ayer en la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo que el BCE está preparado para el peor de los escenarios. «El Banco Central Europeo está listo para todas las contingencias que puedan desencadenarse tras el referéndum de Reino Unido», tranquilizó el banquero italiano, aunque poco antes de este mensaje de calma había reconocido que «la incertidumbre sigue siendo elevada, los riesgos de desaceleración son aún significativos debido a que el estado de la economía global sigue siendo frágil como consecuencia de los desarrollos geopolíticos».

Draghi también desveló que las consecuencias de una eventual salida de Reino Unido de la UE son difíciles de prever y que la institución que preside está lista para proveer de liquidez a los mercados. Según desveló la agencia Reuters, el BCE estaría preparando operaciones conjuntas de intercambio de divisas junto con su homólogo británico con el fin de que hubiera suficiente liquidez en las dos monedas ante el peligro de depreciación de las divisas y de que los inversores no pudieran comprar aquella que necesiten para protegerse de las turbulencias en los mercados.

Draghi fue ayer cauto a la hora de confirmar este tipo de información. Sobre este tipo de alianzas que también podrían ampliarse a otros bancos centrales como la Reserva Federal o el Banco de Japón para realizar emisiones de liquidez orquestadas, tal y como sucedió tras el 11 de septiembre o la quiebra de Lehman Brothers, el presidente del BCE confirmó «amplias consultas» (también con el FMI) pero no «compromisos de actuación». El presidente del Banco Central Europeo tampoco quiso aportar más detalles sobre su actuación y si ésta incluiría la compra de deuda público o corporativa. Se limitó a señalar que estaría dentro de «todos los instrumentos disponibles en nuestro mandato, si es necesario». Un mensaje mucho menos contundente y épico que aquel del año 2012, cuando el banquero italiano aseguró que «haría todo lo necesario» para salvar el euro y añadió ese histórico «créame, será suficiente» en plena crisis de deuda de la zona euro y de subida vertiginosa de las primas de riesgo. Aunque su presencia no se espera en Bruselas este viernes, se augura que, en caso de Brexit, la entidad emitiría un comunicado tranquilizador.

Un mensaje parecido fue el que trasladó ayer la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, en su comparecencia semestral ante el Senado de EE UU. La presidenta de la FED también reconoció que es difícil «predecir los efectos» de un hipotético Brexit, pero advirtió de la «gran volatilidad» en los mercados financieros y las «consecuencias significativas». Según Yellen, los inversores están intranquilos y esto puede hacer que el apetito por tomar riesgos «cambie de manera abrupta».

El que predice un escenario más desolador es el inversor George Soros, que vaticina un desplome de la libra esterlina el viernes de un 20%, superior al vivido el «miércoles negro» de 1992 y que dejaría a esta divisa casi en paridad con el euro y en los 1,15 dólares. Soros es una de las voces más autorizadas, ya que precisamente él fue uno de los inversores más beneficiados con esta depreciación en 1992 que le llevó a ganar mil millones de dólares y aparecer en las portadas de todo el mundo. Estas turbulencias llevaron a la libra fuera del Sistema Monetario Europeo. El inversor aseguró ayer en un artículo en «The Guardian», que en este caso, la economía británica tendría mucho más difícil salir del atolladero que hace 20 años debido a su gran déficit por cuenta corriente, que lo hace mucho más dependiente de la inversión extranjera. El Banco de Inglaterra advirtió también de una «aguda» depreciación de la libra próxima al 20%. Otros organismos como la OCDE se muestran menos alarmistas.