Rusia

Zar Putin hasta 2024

El líder ruso, con un 83% de popularidad, confirma que aspirará a la reelección en marzo. Ningún rival le hace sombra en los sondeos

Vladímir Putin
Vladímir Putinlarazon

El líder ruso, con un 83% de popularidad, confirma que aspirará a la reelección en marzo. Ningún rival le hace sombra en los sondeos.

Después de meses de especulaciones, Vladimir Putin anunció ayer que se presentará a las elecciones presidenciales de marzo de 2018. De proclamarse vencedor, tal y como indican todas las encuestas, será el presidente de la Federación Rusa hasta 2024. Putin, de 65 años, anunció formalmente su candidatura durante un encuentro con los trabajadores de la fábrica automovilística Gaz en Nizhni Novgorod. «Rusia sólo irá hacia adelante y en este avance nunca nadie la detendrá», afirmó el mandatario. Su partido, Rusia Unida, comunicaba poco después que apoyaba al presidente en su decisión.

El paso adelante de Putin no ha causado sorpresa, pero en los últimos tiempos habían surgido algunas voces que se planteaban un escenario menos previsible por parte del que viene siendo el líder del país desde principios de siglo. La aprobación del mandatario ruso, según el Centro Levada, se situaba en septiembre de este año en el 83% y las encuestas coinciden en que Putin lo tendrá fácil para revalidar su cargo.

En las legislativas de septiembre de 2016, su partido consiguió el 54,2% de los votos, seguido por los comunistas, con el 13,3%. Uno de los datos más llamativos que arrojaron aquellos comicios fue la baja participación en las ciudades más pobladas de Rusia –Moscú y San Petersburgo– donde muchos votantes han desconectado del actual sistema político.

Pese a que el Partido Comunista todavía no ha elegido a su candidato, su líder histórico, Guennadi Ziuganov, ya ha anunciado su intención de presentarse. Por parte de los liberal demócratas, el polémico Vladimir Zhirinovski también ha comunicado que concurrirá de nuevo. Por el contrario, el opositor más conocido de Putin, el bloguero Alexei Navalny, ve cada vez más complicado poder presentarse, dado que fue juzgado por dos casos de corrupción, lo que teóricamente lo invalida como candidato. El propio Navalny, que ha sido detenido en diversas ocasiones por protagonizar mítines no autorizados y organizar manifestaciones multitudinarias en todo el país, afirma que estos casos fueron fabricados para perjudicarlo y apartarlo de la carrera presidencial.

Navalny, en apuros

En las elecciones municipales de Moscú del año 2013, este jurista «outsider» logró ser el segundo candidato más votado por detrás del actual alcalde, Serguei Sabianin, de Rusia Unida. Con un estilo directo, para algunos irreverente, y una importante presencia en las redes sociales, sus vídeos de denuncia en Youtube acumulan millones de visitas y es seguido, principalmente por los jóvenes, muchos de los cuales solo conocen la Rusia de Putin.

En caso de no poder presentarse, muchos de esos votos descontentos con el sistema podrían ir a parar a una de las candidatas sorpresa de estos comicios: Ksenia Sobchak, presentadora de televisión e hija del mentor político de Putin, el ex alcalde de San Petersburgo Anatoli Sobchak. Esta mujer de 36 años, se presenta como la candidata contra el «establishment» ruso, aunque debido a su papel como celebridad se ha ganado el apodo de la Paris Hilton rusa. No obstante, en uno de sus primeros actos de campaña puso sobre la palestra la delicada cuestión de la soberanía rusa sobre Crimea, un tema tabú en la vida política del país.

Nombrado por el primer presidente de la Rusia postsoviética, Boris Yeltsin, como su sustituto en el Discurso de Fin de Año de 1999, Putin fue elegido presidente del país en 2000 y 2004. Como la Constitución rusa prohíbe ejercer durante más de dos periodos como jefe del Estado, lo sustituyó en el cargo entre 2008 y 2012 el actual primer ministro, Dimitri Medvedev, mientras que Putin pasó a ejercer el cargo de primer ministro durante aquella legislatura. Tras ser reelegido presidente una vez más en 2012, entre acusaciones de pucherazo por parte de la oposición, que organizó las más multitudinarias manifestaciones que se recordaban en Moscú –en las que participaron entre otros el opositor Navalny y la propia Ksenia Sobchak–, Putin asentó todavía más su férreo poder a lo largo de los años siguientes, con un repunte de su popularidad, especialmente tras la anexión de Crimea. Su más que previsible victoria en marzo iniciará probablemente su cuarto y último mandato al frente de Rusia.