Relaciones EE UU/Rusia

Putin convence a Trump de que no interfirió en las presidenciales

El mandatario estadounidense humilla a sus propios servicios secretos.

El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo norteamericano, Donald Trump, charlan ayer en Da Nang, en la cumbre de la APEC
El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo norteamericano, Donald Trump, charlan ayer en Da Nang, en la cumbre de la APEClarazon

El mandatario estadounidense humilla a sus propios servicios secretos.

Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Rusia, Vladimir Putin, se situaron ayer el uno junto al otro para la foto de familia oficial del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que terminó en Vietnam. Pese a que no mantuvieron el encuentro oficial al margen de la cumbre con el que tanto se había especulado, sus reuniones sirvieron para que Putin trasladara a su homólogo su preocupación sobre las noticias de su supuesta implicación en la campaña electoral que ganó Trump. En declaraciones a los periodistas que viajaban en el «Air Force One», el presidente norteamericano apuntó que Putin le negó vehementemente haberse inmiscuido en los comicios estadounidenses. «Cada vez que me ve, dice: ‘‘Yo no hice eso’’, y realmente creo que cuando me dice eso, lo hace en serio», afirmó Trump que, pese a no responder a una pregunta directa sobre si creía que la negativa de Putin era correcta, pareció encontrar convincentes las palabras del ex agente de la KGB, quien según el líder norteamericano se siente «muy insultado por este tema, lo que no es bueno para nuestro país».

Con este nuevo desplante a sus propios servicios de inteligencia por parte de Trump, el caso promete indenciarse aún más después de un año de tensiones. Todo empezó en diciembre del año pasado, cuando se supo que el Gobierno de Rusia había intervenido en las elecciones de noviembre en las que ganó Trump. Según informó la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE UU, la injerencia rusa consistió en piratear correos del Partido Demócrata y del Partido Republicano para filtrar después a Wikileaks únicamente lo hallado en la formación política de su oponente, Hillary Clinton, y buscar el triunfo del magnate. Desde entonces, la polémica ha estado servida e incluso han caído algunos implicados como el ex jefe de campaña del magnate Paul Manafort, que se entregó a las autoridades.

Ayer el caso sumó un nuevo capítulo con la negativa oficial de Putin. «Todo sobre el llamado dosier ruso en EE UU es una manifestación de la continua lucha política interna», aseveró. El líder del Kremlin había calificado con anterioridad dichas acusaciones de «fantasías» que persiguen destronar a Trump, con quien lamentó no haber podido tener un encuentro más largo.

Hasta la fecha, ambos sólo han mantenido una reunión en el marco de la cumbre del G20 celebrada en junio en Alemania. Para Putin, la relación entre los dos países «aún no ha salido de un estado de crisis» pero describió ayer al empresario como «una persona educada y cómoda de tratar». Por su parte, Trump, que durante su campaña presumió de que tendría «una relación formidable» con el líder ruso, también destacó las buenas vibraciones pese a no conocerse bien

Los dos mandatarios aprovecharon sus breves encuentros para llevar a cabo una declaración conjunta sobre su decisión de derrotar al Estado Islámico (IS) en Siria. Ambos coincidieron en que el conflicto «no tiene una solución militar» e hicieron un llamamiento a las partes implicadas «a participar activamente en el proceso político de Ginebra y a apoyar los esfuerzos que apunten a garantizar su éxito». En el comunicado conjunto «expresaron su satisfacción por los esfuerzos exitosos de EE UU y Rusia para evitar más eficazmente incidentes peligrosos entre militares estadounidenses y rusos, que han permitido elevar considerablemente las bajas del EI en los últimos meses» y se marcaron como objetivo «la derrota definitiva del EI en Siria».

La colaboración entre Washington y Moscú permitirá «salvar muchas vidas», declaró por su parte Trump, que hoy llega a Filipinas en la última parada de su gira asiática después de entrevistarse con el presidente de Vietnam.