Riad

Putin suma a Erdogan y Rohani a su misión para garantizar una sola Siria bajo Asad

El líder ruso convoca una conferencia de paz al margen de EE UU que acogerá «al Gobierno y al más amplio espectro de la oposición».

Putin recibió en la ciudad de Sochi a Hasan Rohani y Tayyip Erdogan
Putin recibió en la ciudad de Sochi a Hasan Rohani y Tayyip Erdoganlarazon

El líder ruso convoca una conferencia de paz al margen de EE UU que acogerá «al Gobierno y al más amplio espectro de la oposición».

Un día después de reunirse con el presidente sirio, Bashar Asad, Putin recibió en Sochi a los presidentes de Turquía e Irán. «Las grandes operaciones contra los grupos terroristas en Siria están llegando a su fin», repitió el mandatario ruso, que se felicitó por los esfuerzos de los tres países para evitar la «desintegración» de Siria. La reunión supone un intento de escenificar el final de la guerra en Siria y la apertura de un período de negociación política «con la participación de todos los grupos de población, por origen étnico, religioso y político». Estas negociaciones, que se celebrarán en Sochi a principios de diciembre bajo el epígrafe de Congreso del Diálogo Nacional Sirio, deberán ser «inclusivas» y contar con la participación de «representantes del Gobierno y del más amplio espectro de la oposición siria», insistió Putin.

Recep Tayyip Erdogan y Hasan Rohani escenificaron con el encuentro su importante apoyo a los planes anunciados por el presidente ruso. Turquía e Irán son, junto a Rusia, países garantes de las llamadas zonas de distensión en Siria, territorios donde se observa un alto al fuego establecido en el marco de las negociaciones de Astaná entre grupos de la oposición y las fuerzas gubernamentales desde septiembre de este año.

El presidente ruso también se refirió a la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de ONU como base para las negociaciones de la posguerra siria y su proyecto de futuro, que implica salvar las fronteras del país. Esta resolución, aprobada en 2015, instaba a mantener la unidad, la independencia, la integridad territorial y el carácter no sectario de Siria, además de solicitar «la continuidad de las instituciones de gobierno y que se protejan los derechos de todos los sirios con independencia de su origen étnico o confesión religiosa», por lo que también se incluiría a los kurdos, pese a la oposición de Ankara. Conscientes de los resquemores que pudiera provocar los invitados, ninguno de los tres mandatarios quiso dar una lista de invitados al evento de Sochi. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reconoció al término de la cumbre que la participación de los kurdos en el congreso se trató durante la reunión e insistió en la postura defendida por Putin, y también informó de que los responsables de Exteriores y Defensa de los tres países se han pueso manos a la obra para decidir las fechas y designar a los participantes.Pero será Moscú quien marque las directrices. Sus fuerzas aerotransportadas son las que han llevado el peso de la intervención en el país árabe, aunque Moscú también ha desplegado fuerzas especiales sobre el terreno en apoyo de su aliado. Desde el inicio de la intervención en 2015, Rusia ha sufrido una cuarentena de bajas –reconocidas oficialmente– incluido un teniente general, aunque hay fuentes que elevan en mucho esta cifra. Toda la artillería diplomática desplegada por el Kremlin apuntaba a que la cumbre sería crucial para dar vida al último gran proyecto de Putin, pero aún habrá que esperar para ver si el presidente ruso logra marcar el paso en el arreglo de un conflicto que dura ya más de seis años.

Otros protagonistas de las futuras conversaciones, los opositores sirios, se reunieron por su parte ayer en Riad, capital de Arabia Saudí, con el objetivo de buscar la unidad ante las negociaciones de paz en Ginebra, celebradas bajo el auspicio de la ONU, un marco distinto al propuesto por Rusia, Turquía e Irán, pero tal vez complementario. La continuidad de Asad sigue siendo para ellos el principal punto de fricción con Moscú para hallar una salida política al conflicto. Tampoco Washington quiere al líder sirio al frente del país en el futuro.