Francia

Rebelión contra Hamon

Decenas de diputados socialistas fieles a Hollande y Valls se niegan a hacer campaña a favor de su candidato por su deriva izquierdista

El ministro galo de Finanzas, Michel Sapin (d), conversa con su homólogo luxemburgués, Pierre Gramegna (i), antes del comienzo del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas que se celebrado el pasado 27 de enero de 2017, en Bruselas (Bélgica).
El ministro galo de Finanzas, Michel Sapin (d), conversa con su homólogo luxemburgués, Pierre Gramegna (i), antes del comienzo del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas que se celebrado el pasado 27 de enero de 2017, en Bruselas (Bélgica).larazon

El flamante candidato al Elíseo del Partido Socialista (PS), Benoît Hamon, empieza a saborear su propia medicina. Tras años azuzando al ala izquierda del partido, los conocidos como «fronteurs», en contra de la política económica de François Hollande, Hamon sufre en sus propias carnes la división interna. Entre 80 y 90 de los 288 diputados del grupo parlamentario socialista en la Asamblea Nacional anunciaron ayer su decisión de no hacer campaña a favor de su cabeza de lista a las presidenciales de abril/mayo por no compartir su deriva izquierdista.

Autodenominados «reformistas», estos dirigentes se ubican en el entorno más centrista y socialdemócrata del PS que ha apoyado durante los últimos cinco años la política de reformas del presidente Hollande y de Manuel Valls. Precisamente, la contundente derrota del ex primer ministro en las recientes primarias ha dejado huérfanos a unos diputados que no ven coherente apoyar a un líder que ha hecho campaña, precisamente, en contra del balance del Gobierno socialista.

Los rebeldes utilizaron como altavoz un artículo en el vespertino «Le Monde» para manifestar sus discrepancias con Hamon, cuyo programa electoral (renta universal, derogación de la reforma laboral y subidas de impuestos), aseguran, rompe con la tradición histórica del PS. «Reivindicamos alto y fuerte un derecho de retirada de la campaña presidencial, porque no se dan las condiciones para nuestro apoyo a la candidatura de Benoît Hamon», escriben los diputados Christophe Caresche, mano derecha de Valls en las primarias, y Gilles Savary. Si bien el triunfo de Hamon el domingo fue «claro», «legítimo» e «incontestable», la intención del nuevo líder de aproximarse al candidato de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, «no es tranquilizadora» y su programa, «basado en una lógica de asistencia generalizada y de depreciación del valor trabajo», amenaza con condenarlos a «una larga oposición».

Aunque no lo confirman oficialmente, muchos de estos desertores acabarán secundando a la veintena de diputados socialistas que ya han pedido abiertamente votar en las presidenciales al líder del movimiento En Marcha, Emmanuel Macron, el ex ministro de Economía artífice del giro social liberal de Hollande de agosto de 2014. De hecho, el ex banquero cuenta con amplias simpatías entre los miembros del Gobierno, entre ellos la ministra de Medio Ambiente, Ségolène Royal. La división socialista y el escándalo que salpica al candidato conservador, François Fillon, están impulsando en los sondeos a Macron, que con un 21% de votos pisa los talones al ex primer ministro de Sarkozy (22%).