Represión en Venezuela

Reconquistar el voto en Venezuela

El perfeccionamiento del fraude en las pasadas elecciones regionales arroja elementos suficientes para que la oposición se reacomode y replantee la lucha por unas condiciones electorales justas de cara a las elecciones presidenciales de 2018

Un opositor venezolano durante una manifestación en Caracas
Un opositor venezolano durante una manifestación en Caracaslarazon

El perfeccionamiento del fraude en las pasadas elecciones regionales arroja elementos suficientes para que la oposición se reacomode y replantee la lucha por unas condiciones electorales justas de cara a las elecciones presidenciales de 2018.

«No tiene ningún sentido ir a un proceso electoral que no tiene garantías, porque no se puede jugar con el voto de la gente». Estas son palabras del actual Secretario General de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro. La conclusión del diplomático uruguayo es consecuencia del proceso fraudulento del pasado 15 de octubre en las elecciones regionales en Venezuela. Los partidos políticos más importantes de la oposición venezolana han decidido no participar en las próximas elecciones municipales de diciembre de este año. El perfeccionamiento del fraude en las pasadas elecciones regionales arroja elementos suficientes para que la oposición se reacomode y replantee la lucha por unas condiciones electorales justas de cara a las elecciones presidenciales de 2018.

Ante la interrogante sobre si fue un error o no participar en las elecciones regionales, el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, aseguró: «El haber ido a las elecciones a las gobernaciones nos permitió ver que desde ya debemos trabajar organizadamente junto con la presión internacional para permitir que el 80% del país que quiere que Maduro se vaya se exprese».

La no participación en estas próximas elecciones municipales de diciembre es un mensaje desde la oposición a los organismos internacionales que insistentemente muestran su preocupación por la crisis venezolana. El llamado a no votar representa una invitación a que el tema venezolano sea prioridad en la agenda de la OEA, del presidente Trump y de la Unión Europea. El pueblo venezolano no puede solo y sin cooperación internacional será casi imposible una salida pacífica al conflicto.

«Tenemos que luchar por condiciones electorales (...) Si nosotros no creamos algo que agite y pueda crear algo distinto a lo que tenemos ahora, dentro de pocos meses iremos a unas elecciones presidenciales y el sistema será más corrupto y más fraudulento del que ya tenemos», reafirmó Borges. Sin embargo, la acción opositora resultaría estéril si no se establece una reunificación de fuerzas, una nueva cohabitación entre las distintas corrientes políticas, un nuevo lenguaje y entendimiento para conseguir desde la ciudadanía una confianza sólida que abone a un futuro gobierno de cambio.

No hay duda de que éste es un gobierno frágil y esto es vital entenderlo y asumirlo. El ex rector de la Universidad Católica Andrés Bello, Pbro. Luis Ugalde afirmaba días atrás: «El mayor espejismo es que Maduro y su equipo –incluida la dictatorial Asamblea Constituyente– crean que están consolidados en el poder a pesar de su incapacidad para impedir que la miseria avance en alas de la hiperinflación y desgobierno corrupto». Es importante convencerse: los caminos de salida sí existen.

Se espera que la calle retome una línea política y se apuesta por una mayor presión internacional que ayude a conquistar nuevas condiciones electorales. Ambos ríos deben desembocar en lo que tanto anhela el pueblo venezolano y es un cambio a través de la papeleta, no a través de las armas ni de la fuerza.