Corrupción política

Temer no consigue frenar la avalancha

La asociación de abogados presenta una nueva solicitud de «impeachment» contra el líder brasileño, que se suma a las de los congresistas. El presidente de la Cámara decidirá en 30 días.

El presidente brasileño, Michel Temer, ha pedido al Supremo que anule la investigación contra él.
El presidente brasileño, Michel Temer, ha pedido al Supremo que anule la investigación contra él.larazon

La asociación de abogados presenta una nueva solicitud de «impeachment» contra el líder brasileño, que se suma a las de los congresistas. El presidente de la Cámara decidirá en 30 días.

Nada cambia en Brasil. El terremoto suscitado tras las investigaciones del mayor caso de corrupción en la historia del gigante suramericano tambalea los cimientos del país, pero el sistema está tan corrompido que incluso cuando las pruebas son claras es complicado sacar del poder a un presidente. Se aferran, contracorriente, agarrando clavos ardiendo. El presidente Michel Temer, el mismo que apuñaló a su antecesora, Dilma Rousseff, podría ahora probar su propia medina: el «impeachment» (destitución).

La Asociación de Abogados de Brasil (OAB) aprobó ayer una resolución que determinó promover este proceso contra Temer horas después de que el presidente anunciara que no renunciará al cargo pese al escándalo de corrupción que conmocionó al país. A Temer se le acusa de haber aprobado el pago de sobornos a Eduardo Cunha –figura clave dentro del proceso judicial Lava Jato, además de principal impulsor del juicio político contra Rousseff– para que no abriera la boca y señalara al Gobierno del actual presidente.

La Procuraduría General de la República acusó al mandatario de integrar una asociación ilícita, de corrupción y obstrucción a la Justicia de acuerdo a una grabación de un diálogo entre el propio Temer y un empresario. La Asociación de Abogados «está triste por este momento que vive el país y esperamos que esta crisis se resuelva lo más rápido posible», declaró ayer Flavio Pansieri, consejero federal de este organismo.

La OAB apoyó el año pasado la destitución de Rousseff, «lo que demuestra que nuestra posición no es partidaria», comentó Pansieri. El sábado por la tarde Temer pronunció un discurso en el Palacio del Planalto donde aseguró que no renunciará y criticó al empresario Joesley Batista, que lo grabó en una conversación entre ambos donde se habría pactado el pago de sobornos. En esa grabación hay «elementos» para considerar que Temer cometió «delito de responsabilidad», asegura la asociación. La petición de los abogados se presentará el miércoles ante la presidencia de la Cámara de Diputados.

La semana pasada, ocho congresistas ya presentaron demandas de «impeachment» contra Temer y el Supremo Tribunal Federal abrió una investigación después de que la Fiscalía General cursara una petición para acusar a Temer de «obstrucción a la Justicia». Temer anunció ayer que pedirá la anulación de la investigación abierta por el Supremo por considerar que la grabación fue adulterada y que fue víctima de una operación con «fines subterráneos» para dañar al Gobierno.

Ahora, el presidente de la Cámara tendrá 30 días para decidir si da cabida a dichas peticiones, ciñéndose a las pruebas presentadas. De ser así, se abriría un proceso de votación en el Congreso y el Senado. Y de ser destituido, tendría que ser el Congreso el que elija al futuro presidente hasta 2018, cuando se convoquen nuevas elecciones. Mientras se suceden las manifestaciones en todo el país, la Justicia parece dispuesta a seguir su camino de forma paralela. Por ahora Temer sobrevive, pero podría tener los días contados.