Hillary Clinton

Trump amenaza al ex director del FBI para que no hable

El mandatario pidió a James Comey «lealtad» en la investigación de los lazos de su equipo con Moscú, pero éste sólo le ofreció «honestidad». Semanas después le despidió.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, señala a un invitado ayer durante una ceremonia celebrada en la Casa Blanca
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, señala a un invitado ayer durante una ceremonia celebrada en la Casa Blancalarazon

El mandatario pidió a James Comey «lealtad» en la investigación de los lazos de su equipo con Moscú, pero éste sólo le ofreció «honestidad». Semanas después le despidió.

El presidente Donald Trump lanzó ayer una clara amenaza al ya ex director del FBI, James Comey, al que fulminó el lunes por la tarde después de asumir que la saga sobre las interferencias de Rusia en las elecciones presidenciales va para largo y Comey no es quizá el mejor aliado para evitar que el escándalo acabe salpicándole de lleno. Convencido de que la mejor defensa es un buen ataque, Trump dijo vía Twitter: «Más le vale a James Comey que no haya cintas de nuestras conversaciones antes de que él empiece a hacer filtraciones a la prensa». Así, con estas palabras, el presidente sugirió que podría estar grabado su encuentro con Comey en la Casa Blanca. Fue, sin duda, una advertencia al alto mando destituido y a la gente que le apoya dentro del FBI para evitar que salgan nuevas informaciones espúreas. Fuentes cercanas a Comey aseguraron a la CNN que no está preocupado por la posibilidad de que haya cintas de sus conversaciones con el presidente.

El mensaje de Trump vino horas después de que «The New York Times» publicara que Trump, en una cena celebrada el pasado 27 de enero, le había pedido ya al ex director del FBI «lealtad», pero éste se limitó a ofrecerle «honestidad», fácilmente interpretable como que la agencia seguiría investigando los vínculos del equipo de Trump con Rusia.

El presidente estadounidense reiteró ayer, en entrevista con la cadena NBC, que Comey le aseguró en esa cena en la Casa Blanca que no se le estaba investigando dentro de las pesquisas sobre las conexiones de su campaña con el Kremlin. No obstante, fuentes cercanas a Comey han asegurado a medios estadounidenses que es imposible que el máximo responsable de esa investigación, que podría poner en peligro la presidencia de Trump si se demuestra connivencia, realizase tales declaraciones con las pesquisas aún en marcha.

Sin embargo, durante su testimonio ante el comité de Inteligencia del Senado, el director en funciones del FBI, Andrew McCabe, declinó confirmar esta aseveración del presidente de que Comey, cuando era director del FBI, le dijo hasta en tres ocasiones que no estaba siendo investigado, y aseguró que los agentes llegarán hasta el fondo de la investigación. En una entrevista en el canal MSNBC, el director nacional de Inteligencia hasta la llegada de Trump al poder, James Clapper, aseguró que habló con Comey antes de la cena con el presidente y se mostró «incómodo» ante la posibilidad de que el encuentro afectara a la percepción de independencia de la agencia policial federal.

Ante el revuelo montado, el inquilino de la Casa Blanca cargó nuevamente ayer contra los medios de comunicación y amenazó con que podría cancelar las ruedas de prensa y distribuir las respuestas por escrito «en beneficio de la rigurosidad», después de las contradicciones aparecidas en su equipo sobre el despido del director del FBI. Lo cierto es que Trump ha dado explicaciones poco convincentes y contradictorias de una decisión tan importante como es el despido fulminante del director del FBI.

En la primera versión indicó que el fiscal general Jeff Sessions y el vicefiscal general Rod Rosenstein le recomendaron destituir a Comey por cómo éste había llevado la investigación de los correos electrónicos de la candidata demócrata Hillary Clinton. Todo a pesar de que el propio Trump había prometido en sus mítines de campaña meterla en la cárcel. Sin embargo, ya desde el lunes se tuvo que cambiar esta versión debido a que Rosenstein amenazó con dimitir si no se modificaba este relato de los hechos. Ante la confusión de lo ocurrido, el senador demócrata Charles Schumer informó ayer de que se ha pedido a Comey y Rosenstein que vayan a aclarar lo sucedido al Capitolio.

Posteriormente, en una entrevista en NBC News, Trump cambió la versión inicial al afirmar que ya había decidido deshacerse de Comey a pesar de las recomendaciones de sus fiscales. Sin embargo, después, durante la misma entrevista, reconoció que tomó la decisión de despedir a Comey al pensar en la investigación sobre las interferencias de Rusia en las elecciones de Estados Unidos. «Cuando decidí hacerlo, me dije a mí mismo: “Sabes, esto con Rusia y con Trump, esto con Rusia es una historia inventada. Es una excusa de los demócratas por haber perdido las elecciones que debían haber ganado», le explicó el presidente al periodista de la cadena NBC News mientras hablaba de sí mismo en tercera persona.

Después, Trump quiso dejar claro que respalda una investigación completa sobre las interferencias de Rusia en las elecciones presidenciales a pesar de toda la controversia generada. «Quiero que todo se haga de forma apropiada. No hay interferencias conmigo, con mi campaña y con los rusos. También quiero dejar claro que los rusos no afectaron al voto». El ya conocido como «Rusiagate» atenaza al presidente y algunos en el Partido Republicano arrojan ya sombras de duda.