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España protesta ante la UE por el ataque de Tsipras

Tsipras acusa a España de intentar «llevar al abismo» a Grecia. España rechaza las acusaciones y protesta ante la Comisión y el Consejo de la UE

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, durante su discurso en Atenas
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, durante su discurso en Atenaslarazon

El primer ministro griego dio ayer muestras de su desesperada situación ante las protestas en la calle al acusar a España y Portugal de formar un «eje contra Atenas» para tratar de que fracasara el diálogo con el Eurogrupo y frenar el posible éxito de los izquierdistas.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, defendió ayer ante el comité central de su partido el compromiso alcanzado con el Eurogrupo y afirmó que las fuerzas conservadoras europeas «minaron» cada paso hacia un acuerdo para evitar que el ejemplo heleno creara escuela en España y Portugal. En la primera reunión del Comité Central de Syriza tras el triunfo electoral del 25 de enero, Tsipras aseguró que aun antes de empezar las negociaciones las «fuerzas conservadoras en Europa, en cooperación con el Gobierno de Samaras, nos habían tendido una trampa», con el fin de que la izquierda fracasara nada más asumir el Gobierno.

Con ello el nuevo primer ministro griego aludió a que el conservador Andonis Samaras había firmado una prórroga de tan sólo dos meses del rescate para lograr que un Gobierno de Syriza fracasara. Según Tsipras, el objetivo era causar una crisis financiera y el colapso inmediato del Gobierno griego. Lo que no habían previsto estas fuerzas, añadió, era que Syriza acabaría logrando casi la mayoría absoluta en las elecciones, que se iba a formar un Gobierno en tiempo récord y que iba a obtener semejante respaldo ciudadano en las negociaciones.

El líder de Syriza sostuvo que el temor manifestado por Francia, China y Estados Unidos ante la inestabilidad política que podría haber generado una caída del nuevo Gobierno sirvió de ayuda para sacar adelante unas negociaciones. Según el primer ministro, en las negociaciones, España y Portugal, «por razones políticas obvias, trataron de llevar a Grecia al abismo, asumiendo el riesgo de una evolución incontrolada, con el fin de evitar un riesgo político interno», informa Efe.

Tsipras insistió en que el plan de Samaras y el Partido Popular Europeo era el desgaste prematuro del Gobierno o su «rendición incondicional». Todo esto, recalcó, debía ocurrir antes de que el trabajo del nuevo Gobierno pudiera comenzar a dar frutos, para evitar así que el «ejemplo griego afectara a las correlaciones en otros países, y sobre todo antes de las elecciones de noviembre en España». «Intentaron empujarnos a hacer concesiones inaceptables, bajo la amenaza de la quiebra» para sembrar la decepción en la población y en las bases de Syriza, sostuvo el primer ministro heleno.

Según fuentes oficiales del Ministerio de Economía consultadas por este periódico, «el Gobierno español ha impulsado el acuerdo con Grecia desde la flexibilidad, la solidaridad y el respeto a las reglas que hemos mantenido siempre». Desde el Ministerio de Economía se defiende que «ninguna circunstancia de política interna ha interferido en la posición española en el Eurogrupo y no se ha articulado eje alguno con otros socios».

Asimismo, «España valora de manera primordial la estabilidad del euro como un activo esencial para el bienestar de los ciudadanos, dentro de una comunidad de intereses y de respeto a los acuerdos que nos hemos dado entre todos. Confiamos en que el Gobierno de Grecia lo valore de la misma forma y le animamos a seguir trabajando por ese proyecto común y por el futuro de la sociedad griega».

Por su parte, el secretario de Estado para la UE, Iñigo Méndez de Vigo, también quiso contestar ayer a las acusaciones de Alexis Tsipras. Méndez de Vigo afirmó ayer que «los problemas de Grecia no se resuelven con declaraciones, sino con reformas».

Los enemigos imaginarios del «premier»

El líder de la oposición griega, el conservador Antonis Samaras, acusó al primer ministro, Alexis Tsipras, de crear «enemigos imaginarios» por sus declaraciones sobre los gobiernos de España y Portugal, a los que acusaba de formar un «eje contra Atenas». Tsipras «crea enemigos imaginarios para justificar sus mentiras y el habernos llevado a este punto muerto». «Debería darle vergüenza», añadió el primer ministro hasta el 26 de enero. Ayer, el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, negó también que estén siendo hostiles contra Grecia. «Puede que haya un intento político de crear esta idea, pero no es cierto», indicó el «premier» luso.