Irlanda del Norte

Un ex dirigente del IRA muere tras ser tiroteado en Belfast

El tiroteo tuvo lugar en la calle Welsh, una zona del sur de la capital de Irlanda del Norte
El tiroteo tuvo lugar en la calle Welsh, una zona del sur de la capital de Irlanda del Nortelarazon

El ex dirigente del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA) Gerard Davison fue hoy asesinado a tiros en Belfast, según confirmó el partido Sinn Féin, antiguo brazo político de esa organización paramilitar.

El ex dirigente del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA) Gerard Davison fue hoy asesinado a tiros en Belfast, según confirmó el partido Sinn Féin, antiguo brazo político de esa organización paramilitar.

El tiroteo tuvo lugar en la calle Welsh, una zona del sur de la capital de Irlanda del Norte, sobre las 08.15 horas GMT, confirmó un portavoz de la Policía norirlandesa (PSNI, por sus siglas en inglés), quien no ofreció más detalles al respecto.

Según el diario norirlandés "Belfast Telegraph", el asesinato de Davison fue presenciado por varios testigos, entre ellos niños, que aseguraron que oyeron gritar a alguien "¡Papá, papá!".

La PSNI ha desplegado en el lugar del crimen a un alto número de efectivos para comenzar con su investigación, según la BBC.

El ex líder del IRA estaba empleado como trabajador social en esta comunidad católica del sur de Belfast, una labor desempeñada habitualmente por ex militates republicanos tras el fin de conflicto sectario en la provincia británica.

En sus últimos años como líder del IRA en esta zona de Belfast, Gerard "Jock"Davison apoyó paralelamente la estrategia de paz de su brazo político, el partido Sinn Féin, la cual desembocó en la firma del acuerdo del Viernes Santo en 1998.

El fallecido procede de una familia con un largo historial republicano y su tío, Brendan "Ruby"Davison, fue asesinado a tiros en 1988 por miembros del grupo paramilitar protestante Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF), también inactiva tras el fin del conflicto.

"Jock"Davison fue interrogado por la PSNI por su presunta relación con el asesinato del católico Robert McCartney, apuñalado en 2005 en un bar de Belfast por militantes del IRA, si bien fue puesto en libertad sin cargos.

Tras la muerte de McCartney, de 33 años y simpatizante del Sinn Féin, su familia aseguró que el movimiento republicano montó un muro de silencio e intimidación contra los posibles testigos.

Por ello, las hermanas McCartney y su viuda iniciaron una campaña nacional e internacional para que los responsables fueran llevados ante la Justicia, entre los que se encontraban, según la familia, Gerard Davison.

Efe