Islam

Una prenda agita los principios de la Unión Europea

Nuevos partidos conservadores se suman a los radicales para que se prohíba el bañador islámico

Protesta frente a la embajada francesa en Londres, esta semana
Protesta frente a la embajada francesa en Londres, esta semanalarazon

Nuevos partidos conservadores se suman a los radicales para que se prohíba el bañador islámico

Este verano, las playas de Francia han abierto el debate sobre el uso del «burkini» en las costas europeas así como en las piscinas municipales. La discusión sobre el recatado bañador y las libertades individuales ha llegado en un momento en el que Europa atraviesa un acusado aumento de la islamofobia. Tras las multas en Cannes, en los países vecinos se han preguntado si era necesario o no prohibir el «burkini». Sin embargo, la vestimenta islámica (hiyabs, chadores y niqabs) lleva años generando polémicas en diversos puntos de la geografía europea.

Alemania

El partido conservador al que pertenece la canciller Angela Merkel quiere prohibir parcialmente el niqab (cubre todo menos los ojos), pero su socio de coalición, los socialdemócratas, se niegan. Según el ministro del Interior, Thomas de Maiziere, en una opinión personal, «el niqab no tiene lugar en Alemania», pero sugirió que sería difícil prohibirlo a nivel nacional. Los conservadores quieren obligar a las mujeres a que lleven la cara descubierta mientras conducen, en registros, controles de pasaporte o manifestaciones; y prohibir el burka y el niqab en colegios, universidades, servicios públicos y juzgados. Para Merkel, una mujer así vestida «tiene pocas posibilidades de integrarse».

Austria

Este mismo argumento utilizan los políticos conservadores austríacos para demandar el veto total al niqab y al burka, al ser Austria un país mayoritariamente católico. El ministro del Interior, Wolfgang Sobotka, añadió que no obstante sería muy problemático lograr una prohibición total en términos de derecho constitucional.

Bélgica

Es uno de los países europeos más estrictos al respecto del uso del código de vestimenta islámico. Las autoridades belgas ya prohibieron el niqab en 2011. De acuerdo a cifras de Reuters, desde entonces, 60 mujeres han sido procesadas por llevarlo puesto. En cuanto al uso del «burkini», está prohibido en la mayoría de las piscinas municipales de Bélgica, no así en sus playas del norte. Aun así, el partido derechista flamenco Nueva Alianza Flamenca (N-VA) demanda que se prohíba en su totalidad. «Si se permite (vestir «burkinis») estaréis poniendo a estas mujeres al margen de la sociedad», explicó Nadia Sminate, diputada del N-VA al diario «De Standaard».

Italia

El ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, rechaza la posibilidad de instaurar la prohibición del bañador islámico en sus playas porque en su opinión sería «contraproducente» y podría llevar a más ataques terroristas. Eso sí, en la región de Lombardía se prohibieron los burkas en hospitales y oficinas públicas del Gobierno local en enero.

Países Bajos

El debate sobre el veto al velo integral lleva diez años sobre la mesa, pero siempre ha chocado con objeciones prácticas o constitucionales. Por ejemplo, el ultraderechista Geert Wilders aboga por cerrar todas las mezquitas y las escuelas islámicas y prohibir el Corán, para acabar con la «islamización» de Países Bajos. Asimismo, propone prohibir el uso de cualquier velo islámico en espacios públicos. Ya en 2015, las autoridades, sin mencionar ninguna palabra religiosa (es decir, también se incluye un casco de moto), prohibieron «llevar la cara tapada» en colegios o en lugares donde deben ser identificados por motivos de seguridad.

Suiza

Este julio, entró en vigor una nueva ley sobre la prohibición del burka en un cantón suizo de Tesino. Allí, las multas pueden llegar a los 9.200 euros por vestir el velo integral y dos mujeres ya han sido penalizadas en lo que va de verano. Además, el grupo que consiguió en 2009 que ya no se construyeran más minaretes en Suiza, presiona para que se vete el uso del velo integral a nivel nacional.