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Irlanda sí quiere

Los irlandeses respaldan de manera masiva el derecho de los gays a casarse. «Estamos ante un nuevo país», coinciden los analistas políticos

Irlanda acepta en referéndum legalizar el matrimonio gay
Irlanda acepta en referéndum legalizar el matrimonio gaylarazon

Los irlandeses han votado abrumadoramente a favor de cambiar la Constitución para legalizar el matrimonio homosexual. Así lo reconocieron las urnas y los líderes de ambos bandos del referéndum ayer, en la que ha sido la primera votación en el mundo sobre este asunto. Durante el escrutinio, la única pregunta era saber por cuánto margen ganaría el «sí» en la histórica votación del viernes. Tras horas de recuento, la Comisión del plebiscito anunció en la tarde de ayer que el electorado irlandés aprobó con un 62,1% la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Inmediantamente las parejas gays lo celebraron abrazándose y besándose –entre otras escenas de júbilo– en los centros de recuento de votos y en la sede oficial de los resultados, el Castillo de Dublín, que abrió su plaza empedrada central a miles de juerguistas que siguieron los resultados en directo en pantallas gigantes bajo un –poco común– sol. «Somos el primer país del mundo en consagrar la igualdad al matrimonio en nuestra Constitución y por mandato popular. Eso nos convierte en un faro, en la luz para el resto del mundo, luez de libertad e igualdad. Por ello es un día para estar orgulloso de ser irlandés», indicó Leo Varadkar, un ministro que salió del armario al comienzo de la legislatura en un Gobierno que se ha esforzado en enmendar la católica y conservadora Carta Magna irlandesa.

«La comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) en Irlanda es minoría. Pero con nuestros padres, nuestras familias, nuestros amigos y colegas, somos mayoría», dijo Varadkar, quien siguió el recuento desde el centro de votos de Dublín. «Para mí no ha sido sólo un referéndum. Ha sido más... como una revolución social», reconoció. En el distrito del noroeste de Dublín, el 70,4% votó por el «sí» a las bodas gays, pero el resultado es indiscutible, pues los observadores, repartidos en todos los centros de votación, precisaron que el liderazgo del «sí» es irrefutable a nivel nacional.

Michael Barron y Jaime Nanci, una pareja gay que se casó legalmente en Suráfrica hace cinco años, también celebraron la noticia con sus amigos en el centro de recuento de Dublín. Eran consciente de que, una vez que el Parlamento apruebe la ley complementaria, su matrimonio será reconocido en su país de origen. «¡Oh, Dios mío! Ahora estamos casados», tuiteó Nanci a su marido y al mundo en los cientos de miles de tuits con el hashtag #LandslideOfLove, o lo que es lo mismo, victoria aplastante del amor.

Los analistas políticos que han cubierto referendos irlandeses durante décadas coincidieron en que la mayoría de ayer ha marcado un importante cambio generacional desde 1980, cuando los votantes respaldaban firmemente el adoctrinamiento católico y votaron masivamente en contra del aborto y del divorcio. «Estamos en un nuevo país», concluyó el experto Sean Donnelly, que tachó el resultado de un «maremoto» que ha producido mayorías a favor del matrimonio gay incluso en los rincones más conservadores y rurales de Irlanda.

«Estoy ante una generación distinta», explicó Donelly, que lleva analizando la política irlandesa desde 1970. «Cuando me crié la Iglesia era superpoderosa y la palabra gay ni se usaba. Cómo han variado las cosas desde mi infancia hasta ahora. Es un cambio masivo para un país conservador». La viceprimera ministra, la líder del partido laborista Joan Burton, reconoció que Irlanda se estaba convirtiendo en una «nación arcoiris con una enorme diversidad». Ap