Enrique López

La España invertebrada

En esta obra de obligatoria lectura, José Ortega analiza dentro de un estudio de la descomposición de las naciones, la desarticulación de España, como consecuencia de los regionalismos y separatismos, y todo ello lo enmarca en lo que denomina «un proceso de desintegración que avanza en riguroso orden, desde la periferia al centro, de forma que el desprendimiento de las últimas posesiones ultramarinas parece ser la señal para el comienzo de una dispersión interpeninsular». Muchos años han pasado desde esta reflexión, y más desde las pérdidas de las provincias ultramarinas, pero recordemos que en España nunca se consideraron estos territorios como colonias, sino como algo propio y a la vez singular. En estos momentos seguimos viviendo en España movimientos nacionalistas independentistas, apaciguados por el momento en el País Vasco, y exacerbados en la siempre tranquila Cataluña. A pesar de todo ello España sigue siendo España, y así nos ven desde fuera. Muchos son los que exigen posturas más enérgicas frente a estos movimientos y los personajes que los animan, pero al final y como siempre el sentido común se va a imponer, y se le dará respuesta oportuna a todos estos personajes, y si no que le pregunten a algún expresidente autonómico vasco. Lo realmente triste es que haya personajes que confundan sus anhelos, y casi siempre egoísmos personales, con lo que realmente le interesa a los ciudadanos, y valiéndose de un rancio y cada vez más denostado populismo provinciano, sigan animando cursos imposibles. En un mundo como el actual, los devaneos mentales en forma de procesos políticos ya no tienen cabida, están caducos y sus responsables lo saben. El problema radica en que cuando algunos fían su suerte personal al proyecto en el que se han embarcado, resulta muy difícil asumir la realidad y volver a un statu quo del que nunca se debió partir.