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La violencia arrasa las calles en el «día de la ira»

La represión de las protestas se salda con otros 92 muertos n Los Hermanos Musulmanes prometen nuevas movilizaciones

Una mujer llora sobre el cadáver de su marido, muerto ayer en los enfrentamientos con la policía en El Cairo
Una mujer llora sobre el cadáver de su marido, muerto ayer en los enfrentamientos con la policía en El Cairolarazon

El Viernes de la Ira cerró ayer una semana sangrienta y dramática en Egipto, que sigue contando muertos y heridos sin parar desde el miércoles pasado. Ayer, fallecieron al menos 92 personas, según el recuento oficial, aunque la Hermandad elevaba ese número. La guerra de cifras no se detiene y los cadáveres siguen acumulándose en las mezquitas: la de Al Fath se convirtió ayer en una nueva morgue improvisada, donde yacían los cuerpos de los fallecidos en los enfrentamientos que tuvieron lugar en la plaza Ramsis, en el centro de El Cairo.

Ése era el punto de encuentro designado por los islamistas para congregarse en el denominado «viernes de la ira»: los Hermanos Musulmanes habían convocado manifestaciones en protesta por el golpe de Estado y, sobre todo, por la violencia del miércoles, que suma ya más de 630 muertos. Después del rezo del mediodía, habían planeado marchas desde 28 mezquitas de la capital egipcia hacia la plaza Ramsis, en el corazón de la ciudad. Esas manifestaciones se encontraron rápidamente con la resistencia de las Fuerzas de Seguridad y los militares, encargados de hacer cumplir el estado de emergencia y con poderes excepcionales para hacer frente al reto de los islamistas.

La violencia estalló rápidamente cuando una de las marchas llegó cerca de la plaza Ramsis, junto a la comisaría de Azbaquiya, donde habrían muerto al menos 15 personas. Los gases lacrimógenos alcanzaron rápidamente la plaza, en la que había decenas de miles de seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi, incluidas muchísimas mujeres. La gente dejó a los niños en casa ante la posibilidad de una nueva matanza contra los manifestantes islamistas, que estaban preparados para hacer frente a las balas. «Ya no tenemos miedo, nos han estado asesinando desde el principio, desde la masacre junto a la sede de la Guardia Republicana hasta el desalojo de nuestros campamentos el miércoles», aseguraba a LA RAZÓN Ahmed, un hombre de mediana edad que leía el Corán en una esquina de la plaza Ramsis poco antes de que se empezaran a escuchar los disparos. Los manifestantes señalaban los edificios de los alrededores, en los que supuestamente había francotiradores, y levantaban sus zapatos hacia el helicóptero militar que sobrevolaba ininterrumpidamente la zona.

Los islamistas se enfrentaron una vez más a la brutalidad de las Fuerzas Armadas y de seguridad, apoyadas por agentes de paisano, «matones» a sueldo e incluso los propios ciudadanos, incitados por el discurso oficial que considera a los Hermanos Musulmanes terroristas que quieren sembrar el caos en Egipto. En un comunicado emitido ayer, el Gobierno interino dijo que el país «se enfrenta a un plan terrorista de los Hermanos Musulmanes» y la televisión pública mostraba un rótulo en su pantalla en el que se leía «Egipto resiste el terrorismo».

Por su parte, los manifestantes aseguran ser pacíficos, aunque algunos de ellos fueron vistos llevando armas. Un grupo de mujeres llegadas desde la provincia de Sharquiya (en el Delta del Nilo) decía airado a este periódico que lo único de lo que disponen es agua fría para soportar el calor y su fe. «Esta es mi única arma», aseguraba una joven de nombre Samaa, mostrando el Corán, libro sagrado del islam.

La guerra «santa» entre los dos bandos se prolongó ayer durante horas en las calles de El Cairo, que era una ciudad fantasma y aterrorizada, con los tanques desplegados en las principales vías de la ciudad. Incluso en los barrios más seguros y lujosos, los vecinos establecieron «patrullas de seguridad» para proteger sus casas, y pocos eran los que se atrevían a salir a la calle, donde el sonido de los disparos no dejó de sonar hasta el comienzo del toque de queda, a las 7 de la tarde, hora local. La Hermandad aseguraba en un comunicado que el derramamiento de sangre «profundiza las diferencias, que al principio eran políticas y se han manchado de sangre», y son cada vez más irreconciliables.

Cronología

03-07-2013

El general Abdelfatah al Sisi encabeza un golpe de Estado y depone a Mursi. El presidente del Tribunal Constitucional, Adli Mansur, se pone al frente del país. Se inicia la represión de los Hermanos Musulmanes

08-07-2013

Las manifestaciones de la Hermandad en apoyo a Mursi se disuelven brutalmente. En un mes y medio, más de 280 islamistas mueren a manos de la violenta represión que realizan el Ejército y la Policía

16-07-2013

Un Gabinete de 33 ministros toma poeseión con Mansur como presidente interino. Al Sisi mantiene el cargo de ministro de Defensa y asume el de viceprimer ministro

25-07-2013

Un tribunal acusa a Mursi de traición, de colaborar con Hamas y de conspirar para causar la muerte a soldados egipcios. Se da el primer ultimátum a los islamistas para que desmantelen los campamentos

07-08-2013

La mediación promovida por EE UU, Emiratos Árabes Unidos y Qatar fracasa. El Ejército amenaza con desalojar las acampadas que los seguidores de Mursi han montado El Cairo

14-08-2013

Las Fuerzas Armadas asaltan las dos acampadas de la capital egipcia.

La Policía dispara contra los manifestantes y se impone un toque de queda y el estado de emergencia en el país