Toni Bolaño

Las 50 sombras de los Pujol

La Razón
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Como si del día de la marmota se tratara, la comparecencia de tres miembros del clan Pujol en el Parlament siguió la tónica que pusieron en práctica la pasada semana los patriarcas de la saga, Jordi Pujol y Marta Ferrusola, junto a su primogénito, Jordi Pujol Ferrusola. Negar la evidencia, no tener memoria y buscar protección en el proceso judicial para no contestar.

De las respuestas, pocas sorpresas. Marta Pujol intervino con voz trémula. Tuvo que reconocer que le dieron su primer trabajo en la Administración cuando sólo llevaba un año licenciada, que ha trabajado en el Ayuntamiento de Sant Vicenç de Montalt sin contrato y sin superar ninguna prueba de acceso, que ha compaginado este empleo con trabajos con la Administración catalana y, en un caso, que ha trabajado en un proyecto de la Generalitat para el ayuntamiento que la tenía contratada de tapadillo.

Marta Pujol Ferrusola se defendió. Me atacan «por mis apellidos», dijo, a lo que el diputado de ERC Oriol Amorós contestó seco: «Pues durante años no se quejó». Esos mismos apellidos le abrieron puertas «porque repartía tarjetas», según su propia afirmación. La hija mayor de la saga puso encima de la mesa una bomba de relojería que dará que hablar. Su hermano Jordi y sus padres dijeron que no tenían ni idea de la gestión del legado de su abuelo. Jordi, por su parte, afirmó que gestionó este legado desde 1992. Marta dijo algo diferente. Afirmó que en 1992 ella abrió una cuenta en Andorra y que la regularizó en 2014. O sea, mantuvo el dinero negro durante 24 años. La pregunta es: ¿y sus hermanos? Oriol, minutos más tarde, lo negó todo.

Oriol Pujol entró en la plaza tras su hermana. Sable en mano y repartiendo mandobles. Arrogante y prepotente, contestó con displicencia a los diputados y aprovechó que el Pisuerga pasaba por Valladolid para repartir veneno con rifirrafe incluido el PP. Al final, lanzó el mensaje que llevaba preparado: el ataque a su familia es un ataque al proceso soberanista. Ha reivindicado su inocencia en todas las acusaciones y ha defendido los cobros de su mujer de los mediadores en diversas operaciones. Su hermano Pere fue el último en declarar. Más de lo mismo. Reivindicó su inocencia. También defendió ser el rey de los negocios en esta nueva versión de las 50 sombras de los Pujol.