Cerco a la corrupción

Las partidas de dominó de Granados en la cárcel de Estremera

El ex consejero imputado se ha ganado la confianza de los presos de su módulo pero aún no ha salido de Preventivos

Francisco Granados solicitó un habeas corpus que fue rechazado por la jueza de guardia de Majadahonda
Francisco Granados solicitó un habeas corpus que fue rechazado por la jueza de guardia de Majadahondalarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@731b78c5

Francisco Granados se ha adaptado sin dificultades a la vida carcelaria. De hecho, y según ha podido saber este diario, prácticamente es uno más en la madrileña cárcel de Estremera. El ex alcalde de Valdemoro fue trasladado al módulo 3 de preventivos, una de las zonas más tranquilas y menos masificadas de la prisión. Y se ha integrado con rapidez, hasta el punto que disputa partidas de dominó y de parchís con otros reclusos. Se lleva bien con todo el mundo, sin excepciones, no tiene reparos en hablar con la gente de tú a tú y parece que han bastado unos pocos días para ganarse su confianza.

Irónicamente, Granados fue el encargado de inaugurar la misma prisión en la que actualmente está ingresado, el centro penitenciario Madrid VII, la más reciente de la Comunidad de Madrid. Entonces era consejero de Presidencia, Interior, y Justicia, y estuvo acompañado del ministro del Interior en aquella época, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo.

Con todo, Granados todavía no le ha podido sacar todo el partido que podría a su módulo. Aún tiene la opción de solicitar salir de preventivos y hacer uso de las instalaciones –la cárcel cuenta con polideportivo, gimnasio, piscina y biblioteca– así como de otras actividades que hay a disposición de los reclusos. Pero a día de hoy, salvo jugar con los presos, estar en su celda o salir al patio, pocas más ocupaciones tiene. A pesar de que las celdas del módulo son para dos presos, y que salvo por alguna circunstancia especial o enfermedad deben compartirse, lo cierto es que Granados tiene la suya a su entera disposición.

Hay que apuntar que el principal imputado en la «operación Púnica» comparte módulo con Gao Ping, empresario chino detenido en el marco de la «operación Emperador», desarrollada por la Policía para desmantelar una red de blanqueo de capitales, fraude fiscal y contrabando. Aún así, no consta que el ex consejero madrileño y el «capo» de la mafia china en la región hayan entablado relación entre ellos.

Como ya había publicado LA RAZÓN durante esta semana, los controles psicológicos que se le habían realizado a Granados por parte del equipo psicológico de la prisión habían sido muy positivos. De hecho, nunca se ha planteado la aplicación del Protocolo de Prevención de Suicidios (PPS) y, desde el principio, ha destacado por su rauda adaptación. Este «buen comportamiento» podría influir para que la Junta de Tratamiento de Estremera, que engloba desde el director hasta el jefe de servicios, se plantee la posibilidad de trasladarlo de un módulo a otro sin tantas precauciones donde interactúe con más presos.

Por contra, su antiguo socio, David Marjaliza, sí que quedó «impresionado» tras su ingreso en la prisión de Aranjuez. Con todo, tampoco fue necesaria en su caso la aplicación del PPS. En cambio, según pudo averiguar este diario, otro de los detenidos por la «operación Púnica» que también ingresó en el centro penitenciario de Estremera y cuyo nombre no ha trascendido, sí ha sido sometido al Protocolo de Prevención de Suicidios después de que, durante los exámenes psicológicos que se realizan a todos los nuevos internos mostrase síntomas de depresión.

Hasta la fecha, Francisco Granados ha podido comunicarse con su familia y su abogado, algo que se produjo durante el primer fin de semana de su detención una vez que fue trasladado al centro penitenciario de Estremera. De hecho, el ex senador permaneció durante un día en la prisión de Soto del Real después de que el juez de la Audiencia Nacional Eloy de Velasco decretase su ingreso en prisión incondicional por formar parte de una trama de corrupción mediante la que cobraba comisiones por «conseguir» contratos a varias empresas en distintos ayuntamientos del sur de la región.

Granados también fue trasladado temporalmente al juzgado de Majadahonda pasadas 72 horas de su detención tras solicitar un habeas corpus. Sin embargo, la jueza de guardia rechazó su puesta en libertad por detención ilegal ya que las diligencias de su arresto ya se habían transformado de policiales a judiciales. Posteriormente, el consejero permaneció en el cuartel de la Guardia Civil de Las Rozas hasta que el juez De Velasco le llamó a declarar y decretó su ingreso en prisión.

Celda común

Mientras, en la prisión de Navalcarnero se encuentran el presidente de la Diputación de León, Marcos Martínez, y el alcalde de Valdemoro, José Carlos Boza. No sólo comparten módulo –uno de respeto para reclusos preventivos–, sino que incluso comparten celda. Los dos se encuentran bien y no han tenido problemas de adaptación. Suelen pasear juntos por el patio común del módulo.

Acusado de ocho delitos

- El ex senador y ex consejero de la Comunidad de Madrid se encuentra en prisión incondicional en la cárcel de Estremera acusado de ocho delitos por el juez Eloy de Velasco: blanqueo de capitales, organización criminal, contra la Hacienda Pública, malversación, tráfico de incluencias, cohecho, prevaricación y fraude. Las penas por estos delitos se establecen entre seis meses de multa a condenas de prisión de hasta cinco años.