Gastronomía

«Estas recetas alimentan tanto la barriga como el alma»

Bárbara Pañeda publica «Ajo, el cocinillas», un libro con recetas de temporada ilustradas y contadas para niños

La nutricionista Bárbara Pañeda
La nutricionista Bárbara Pañedalarazon

Cocinar con niños es algo más que un juego para mantener a tus hijos entretenidos. “Es una fuente de experiencias, de sensaciones y de aprendizaje cultural”, explica la nutricionista Bárbara Pañeda, que junto con la ilustradora Julia Solans acaban de publicar el libro “Ajo, el cocinillas”, el primer volúmen de una serie con recetas inspiradas en cada una de las cuatro estaciones. Publicado en la editorial Somos Libros, esta primera obra utiliza incluye doce recetas de invierno elaboradas por Pañeda. Además del paso a paso, cada receta incluye consejos y anécdotas sobre cómo complementar el plato para tener una comida sana y nutritiva. El libro se puede comprar a través de la tienda online de la web de Somos Libros o en librerías.

-¿En qué consiste la colección de Ajo el cocinillas? ¿Son cuatro libros o hay más títulos pensados?

-“Ajo, el cocinillas” es una colección de, inicialmente, cuatro libros, donde queremos que los niños y las niñas entren en el mundo de la cocina y aprendan y vivan lo que supone cocinar en las distintas estaciones. Acabamos de empezar el proyecto con las recetas de invierno y en las próximas temporadas iremos con la primavera, el verano y el otoño. De esta manera acercamos el mundo natural a las cocinas y a los más pequeños a través del personaje Ajo (creación de Julia Solans), que tiene alma, vida propia, y que es capaz de transmitir en unas cuantas recetas muchos valores que alimentan no solo la barriga, sino también el alma.

-¿Qué ingredientes y qué tipo de platos se presentan en cada libro? ¿Son recetas propias/inventadas?

-Queríamos que fuese una cocina de temporada, ecológica, saludable y con un componente muy importante de conciencia y de evitar el despilfarro. Estoy segura de que algún que otro ingrediente va a ser nuevo para los niños y las niñas y, claro, para las familias. También se trata de ir conociendo más y mejores alimentos. La base de los platos se puede encontrar en cualquier tienda y serán los alimentos de temporada, los que da la huerta en cada estación. Las recetas forman parte del saber popular y lo que hemos hecho ha sido darlas un toque para que sean más saludables, y también más fáciles de cocinar por los pequeños. Este libro también es ideal para aquellos que se quieran iniciar en la cocina...pienso en la cantidad de estudiantes que se van de sus casas a estudiar y no saben ¡ni cómo hacer una sopa!

-¿Son ingredientes fáciles de conseguir y asequibles?

-Así es. Creo que las personas tenemos que ayudar a que nuestras tiendas, donde vamos a comprar, sean cada vez lugares más abiertos a alimentos que puede ser que habitualmente no tengan. Cada persona tiene la posibilidad de abrir puertas.

-¿Comer bien y sano puede ser siempre barato?

-Es una cuestión de organización como siempre ha sido en la cocina. El ejemplo es lo que han hecho nuestras madres y nuestras abuelas que de un plato sacaban tres. Hacían lentejas y tenían para dos días por lo menos, luego otro hacían puré y luego otro una sopa. Comer sano es una cuestión de conciencia y de creatividad. Y también de aprovechar todo lo que cocinamos haciendo mermeladas cuando la fruta se va a poner mala, o congelándola antes y luego hacer helados.

-¿Se puede cocinar y jugar cocinando? A muchos padres no les gustan que sus hijos se metan en la cocina. Hasta hace parecía que niño y cocina eran incompatibles. ¿Con qué edad se pueden meter en la cocina?

-Todo esto que me preguntas es muy interesante porque nos lleva es a una reflexión, a una toma de conciencia de qué queremos para nuestros hijos y cómo lo queremos. La comida es la base de la entrada en este mundo una vez que de bebés hemos dejado la lactancia materna. Es una fuente de experiencias, de sensaciones, de aprendizaje cultural. En la medida que queramos que nuestros pequeños se involucren en su propio cuidado, su propio bienestar y el del planeta que nos da cobijo estaremos más abiertos y dispuestos a que entren en la cocina. Claro que inicialmente va a ser un gran lío. Y como todo es cuestión de aprendizaje y de práctica, según lo vayan haciendo también será todo más fácil. Ahora bien, no les pongamos a cocinar un martes a las ocho de la tarde cuando es el momento del baño, de cenar y acostarse. Encontrar momentos donde el tiempo no sea tan importante y dedicarles también ese tiempo. Lo que importa es la experiencia conjunta. El resultado viene dado. Y si a la primera no sale bien, como en la vida misma, se repite y seguro saldrá mejor.

-Si los niños cocinan ¿se comerán mejor la verdura, el pescado...?

-Si los niños cocinan se comen todo. Cuanto antes les iniciemos en la cocina, en los distintos sabores, presentaciones, texturas, más fácil será. Y también hay que saber que los niños, cada niño, cada niña pasa por etapas. Puede que inicialmente les gustase un alimento y por un tiempo lo rechacen. Pues no pasa nada. Mucha tranquilidad, mucha calma, flexibilidad. Esto es un camino de largo recorrido. Y también es importante ver qué están comiendo los adultos. Se aprende por imitación, si un adulto come de todo será muy probable que el hijo también lo haga.

-¿Se puede y se debe introducir la formación gastronómica en los colegios? ¿Se podría enseñar a los niños qué cocinar para estar más sanos? ¿Lo hacen en otros países? Se enseña nutrición en muchos colegios, pero luego los niños se alimentan muy mal.

-Jajajaja, con estas preguntas podríamos escribir un libro. Bueno, desde mi punto de vista y teniendo en cuenta el mundo en el que vivimos actualmente me parece fundamental incluir la cocina, la comida y los alimentos en el currículum escolar. ¿Por qué? pues porque si bien hace unos años cocinar y dar buenos alimentos era un valor, hoy en día hay es un factor que nos tiene locos. Como dicen en algunos lugares, "prisa, mata". Y es esa prisa el factor que define qué comemos y cómo comemos. Educar es crear una condición favorable para aquello que estamos promoviendo. Y de esto se trata. De hacer que la opción saludable y amable con la tierra sea la más fácil de elegir, de consumir.

-Detrás del libro está el colectivo Cenas con Fecha de Caducidad. ¿En qué consiste?

-Es es un proyecto que está basado en la necesidad de crear conciencia en cuanto al despilfarro de nuestra sociedad. Cómo con lo que no queremos comprar (porque tiene una fecha de caducidad pronta o porque tiene un aspecto que no gusta) podemos no sólo dar de comer sino recaudar fondos para proyectos solidarios. Los mejores chef de cocina se han prestado a este proyecto que como ellos definen "es un proyecto gastronómico y solidario único. Un restaurante efímero e itinerante que abre sus puertas en diferentes espacios y ciudades. Una galería de arte, una sala de ensayo, el patio de un colegio... Nace para ofrecer una experiencia diferente e irrepetible a sus comensales y para generar conciencia sobre el despilfarro de alimentos". La unión de este proyecto para hacer esta serie de libros hace que “Ajo, el cocinillas” sea mucho más que un mero libro de recetas de cocina. Hay muchos libros ya. Lo que hace que este sea muy especial es precisamente su visión para generar conciencia.