Gastronomía

Lali reinventa el local más antiguo de Segovia

El proyecto más personal de Ángel de la Esperanza propone unas jornadas gastronómicas del cerdo ibérico elaborado a la parrilla de carbón vegetal

La antigua casa de comidas que abrió sus puertas en 1893 ahora se ha convertido en Lali, un restaurante en el que se mantiene el aroma de antaño pero con el cofort del siglo XXI
La antigua casa de comidas que abrió sus puertas en 1893 ahora se ha convertido en Lali, un restaurante en el que se mantiene el aroma de antaño pero con el cofort del siglo XXIlarazon

Comer bien en Segovia, tierra de asados y excelentes legumbres, es fácil. En la capital segoviana la oferta gastronómica resulta de lo más abundante, aunque puestos a elegir, merece la pena dejarse guiar por los consejos de los autóctonos. Y son ellos los que nos cuentan que el restaurante más antiguo de la ciudad, antes conocido como «La Oficina» (que abrió sus puertas allá por 1893 como casa de comidas), mantiene hoy en día el liderazgo culinario en la ardua tarea de agasajar al comensal.

Gran parte de la culpa la tiene un nombre propio: Ángel de la Esperanza, más conocido como «Lali», chef y alma máter que da nombre al nuevo restaurante que desde hace un año se ha convertido en la cita obligada de todo aquel que pisa Segovia con la firme intención de comer bien. «Durante este primer año de andadura sólo hemos tenido buenas noticias. Resulta muy satisfactorio ver el apoyo y la fidelidad de los clientes, pues eso es lo que nos mantiene intacta la ilusión del primer día», afirma Ángel de la Esperanza, «este proyecto es una de las apuestas más importantes de mi vida y por eso el local lleva el nombre con el que todos me conocen, Lali», confiesa el chef, que también regenta el restaurante Golf Segovia, en los Ángeles de San Rafael, además de dar de comer a los futbolistas del Atlético de Madrid cuando viajan fuera.

Tradición y vanguardia

La antigua casa de comidas situada en el número diez de la calle Cronista Lecea de Segovia, situada a pocos pasos de la Plaza Mayor, permite al comensal combinar tradición y vanguardia de forma muy sutil y acertada. Desde fuera, parece que nada haya cambiado, pues la fachada mantiene intacto el encanto de las típicas portadas de caserío castellano de antaño. Sin embargo, al cruzar la puerta entramos en otra dimensión, pues en el interior prima la decoración moderna, aunque delicada y sin estridencias, lo que crea una atmósfera sencilla y muy agradable que nos invita a disfrutar de una gran velada. «Hemos mantenido algunos detalles de la época original, como los suelos de barro, las vigas de madera o las vidrieras que miran al exterior. Pero esa tradición no está reñida con el confort, por eso hemos apostado por sillas muy confortables, una vajilla de gran calidad, una mantelería de máximo nivel... En definitiva, queremos que el comensal disfrute de un restaurante tradicional pero con el confort actual», detalla de la Esperanza.

El objetivo de hacernos sentir bien se cumple desde el primer momento. Pero la experiencia se completa cuando nos sentamos a la mesa, que al fin y al cabo es lo que importa cuando elegimos un restaurante. En el caso de Lali, basta con abrir la carta para entender que hemos acertado, pues incluso entre las raciones sobresale la materia prima más excepcional de España, como la parrilla de verduras del Carracillo, la ración de gamba blanca de Huelva o los callos al estilo segoviano.

A la parrilla

Si optamos por comer a la carta, el producto de temporada es el que manda, por eso, para picar y compartir merece la pena decantarse por las alcachofas salteadas con jamón ibérico, la cecina de Kobe o los judiones segovianos con su apaño, mientras que para comer no defrauda ningún asado, ya sea cabrito o cordero. «Lo que mejor sabemos hacer es la cocina castellana, la típica de Segovia, pues estoy convencido de que en la sencillez está el secreto», asegura de la Esperanza. Por eso, de hecho, sea cual sea nuestra elección, el chef nos recomienda dejar hueco para probar alguno de los asados a la parrilla de carbón vegetal, ya que es la joya de la corona del nuevo restaurante. «Resulta perfecto para cocinar el cerdo ibérico y precisamente ahora tenemos unas jornadas gastronómicas dedicadas a este producto. Trabajamos con el mejor cerdo ibérico de bellota de montanera de La Prudencia», detalla el chef, que nos recomienda probar «la presa, la pluma o el secreto ibérico a la parrilla de carbón vegetal».

El menú diario también está a la altura de las expectativas, tal y como ocurre con la carta de raciones, perfecta para la barra o la planta de abajo. Más información en www.restaurantelali.com y en el teléfono 921 475 365.