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Banderas: «En enero sufrí un ataque de corazón»

El intérprete reconoce en el Festival de Málaga, que ayer se clausuró, la gravedad del infarto que padeció el pasado 28 de enero y adelanta los nuevos proyectos que le aguardan, como un «biopic» de Versace

El actor Antonio Banderas durante la rueda de prensa que ha ofrecido hoy tras haber recibido una Biznaga de Oro honorífica en el vigésimo Festival de Cine en Español de Málaga
El actor Antonio Banderas durante la rueda de prensa que ha ofrecido hoy tras haber recibido una Biznaga de Oro honorífica en el vigésimo Festival de Cine en Español de Málagalarazon

El intérprete reconoce en el Festival de Málaga, que ayer se clausuró, la gravedad del infarto que padeció el pasado 28 de enero y adelanta los nuevos proyectos que le aguardan, como un «biopic» de Versace

Es difícil, muy difícil, atrapar a Banderas. Se pasa la vida en aviones, sets de rodaje, reuniones, hoteles... Todo muy frustrante para Juan Antonio Vigar, director del Festival de Cine en Español de Málaga, que lleva años corriéndole detrás para hacer, como dice, «justicia» y entregarle de una vez el máximo galardón del evento, la Biznaga de Oro honorífica. Pero es que, se excusa el malagueño universal, apenas ha tenido siquiera siete días este año para volver al terruño a disfrutar de ese exclusivo ático que se construyó hace un par de años y del que ayer salió para dirigirse, en loor de multitudes (aquí se le quiere casi como a una marca de ciudad), hacia el Teatro Albéniz. Sin embargo, lo que son las cosas, el homenaje del certamen le ha pillado en el momento justo, cuando más necesitado está del calor de su tierra.

Ayer, Banderas disipó todas las dudas sobre su estado de salud tras días de intensos rumores. Efectivamente, el malagueño no ha atravesado su mejor momento: «El 28 de enero sufrí un ataque al corazón –confesaba–. Fue benigno, tuve mucha suerte, no me dejó ningún daño en la “patata’’. Me sometí a una intervención en la que me implantaron tres “stents” en las arterias coronarias. Ahora estoy en un momento de recuperación, pero no ha sido tan dramático como se ha dicho. Lo que pasa es que le metí una paliza importante a la “patata” en los últimos 37 años».

La “patata” es el corazón y los casi cuatro lustros son los más intensos de su carrera, con hasta 102 películas. A sus 56 años, con nuevo look (una poblada barba), Banderas se presentó ante Málaga afable como siempre pero con el ánimo valorativo, ligeramente melancólico. «Me estoy replanteando muchas cosas a nivel personal y profesional. Hasta ahora era como las palomitas de maíz, no podía parar». Ahora, dice, se acerca el momento de volver a ponerse tras la cámara. Ya lo hizo en 1999 con «Locos en Alabama» y en 2006 con «El camino de los ingleses». «Quiero hacer historias que tengan que ver conmigo. Me gustó mucho cuando dirigí películas, pero hay que pararse y ver lo que uno quiere contar, qué es el que me ha impactado a mí en la vida», señala. Es, afirma, un director «muy personal» y su propia vida es su materia fungible: «La mejor cinta que he hecho es mi vida».

Y Banderas se emociona, se quiebra, pensando lo cerca que ha estado de perderla. Con los versos de Manuel Alcántara recitados por él mismo ante la prensa («A la sombra de una barca me quiero tumbar un día...»), tuvo que reprimir el llanto. Esa barca bien sería Málaga. «El regreso a mi tierra es una posibilidad muy cierta», asegura. Cercana, incluso. «Quiero volver aquí a hacer teatro». En las ruinas aledañas empezó su romance con la interpretación: «Ve-nía vestido de romano en una vespino». Antes de todo, de Almodóvar (ese director que «te domestica»), de Hollywood... Echando la vista atrás, Banderas recordó «lo complicado que era ser hispano en el cine cuando llegué a Estados Unidos». Ni siquiera sabía inglés. «No llamaba a la recepción del hotel de lujo en el que estaba para pedir comida porque no sabía el idioma, me daba vergüenza». En cambio, bajaba a la «fast food» de enfrente porque había un camarero apellidado Rodríguez. Ahora, todo ha cambiado, por más que Trump amenace lo logrado: «Es una persona que representa un daño para Hollywood y no lo esconde. Esperemos que la propia administración lo pare; resulta difícil pensar que va a permanecer cuatro años en el poder. Lo que da miedo no es tanto él sino que le hayan elegido. Denota un desencanto general, la posdemocracia, un salto al vacío. En cuanto a los hispanos, no se les puede llamar a una comunidad entera violadores y criminales».

- Con Billy August

El malagueño habló también de proyectos, del pasado y del futuro. Entre ellos, el «biopic» sobre Gianni Versace que dirigirá Billy August. El rodaje aún no ha comenzado y, de hecho, la presencia de Banderas aún no está garantizada. «No tomaré una decisión hasta que vea un guión definitivo», dice, pues lo que debe primar es el respeto hacia un hombre que él mismo conoció en Miami. A quien no conoció ni ha logrado dar vida mal que le pese es a Picasso. Hubo un conato de película, «33 días», con Carlos Saura, «un director con el que me ha gustado mucho trabajar las dos veces que lo he hecho». Pero la cosa no cuajó. «Aún sigo dándole vueltas a recuperar ese guión, que tenía un impacto emocional muy profundo y un ritmo maravilloso». La cinta narraría los 33 días que tardó en pintar el «Guernica» a los 56 años, exactamente los mismos que su-ma ya un Banderas para quien «no es verdad que el Festival de Málaga tenga una deuda conmigo». Todo lo contrario, dice.