Depp, un pirata en bancarrota

El actor vuelve a acaparar titulares por sus chistes sobre Donald Trump en Glastonbury y por unos correos electrónicos filtrados que evidencian
su delicada situación económica.

Parece que Johnny Depp no está viviendo sus mejores momentos. El pasado mes de enero el actor demandó a sus mánagers (The Mandel Group), por la nada desdeñable cantidad de 25 millones de dólares, por la mala gestión que supuestamente han hecho de su fortuna. Estos no han esperado para contraatacar con otra demanda. El pasado lunes enviaron un correo electrónico a la Corte Superior de Los Angeles que demuestra que el protagonista de la franquicia de «Piratas del Caribe», a pesar de su situación financiera un tanto delicada, se negaba a renunciar a su avión privado y a otras exquisiteces. Depp escribía a sus gerentes la siguiente frase: «Volar con aerolíneas comerciales sería una puta pesadilla». Desde The Mandel Group afirman que el actor les ha costado millones de dólares en penalizaciones por parte del fisco. Por si fuera poco, Depp tuvo que disculparse públicamente por una broma sobre Donald Trump que hizo esta semana durante la presentación de su película «El libertino» en el Festival de Glastonbury. «¿Cuándo fue la última vez que un actor asesinó a un presidente?», preguntó al público. Más tarde explicó que el chiste «no sonó como habría querido, no lo hice con malicia».

Apegado a su jet privado

Con respecto a su situación económica, el portal Deadline Hollywood publicaba hace pocos días un correo electrónico de 2009 en el que el representante del actor, Joel Mandel, le recomendaba no despilfarrar el dinero. «Tenemos que hablar a tu regreso de las vacaciones y antes de que vuelvas a Francia sobre tu situación financiera. Hemos tenido que pedir préstamos para mantenernos estables y tenemos que devolver el dinero». Depp respondía explicándole que no tenía muchas opciones, sobre todo en lo que se refería a volar en líneas aéreas comerciales. Para él, hacerlo atraería a los paparazzi, lo que sería un trago de proporciones monumentales. A cambio, ofrecía subastar algunas de sus posesiones, como libros, cuadros y propiedades inmobiliarias, lo que fuera con tal de no renunciar a su jet privado.

Tras la demanda interpuesta a su representante, éste decidió filtrar los correos a la Prensa. Depp explica en uno de ellos que el filme «The Rum Diaries» fue un sacrificio en lo que se refería a su reducido salario, pero que tenía varios cheques golosos por sus siguientes películas, como «The Tourist», que le devolverían la estabilidad económica. Por si no fuera suficiente, el abogado de Depp quiere que una ex empleada de TMG, Janine Rayburn, declare en el juicio sobre los oscuros negocios que la empresa ha realizado durante años y sobre su omisión de cómo manejaban la fortuna del actor. TMG ha querido evitar a toda costa dichas declaraciones, pero la jueza las ha admitido a trámite. Desde el grupo afirman que se trata de una mentirosa compulsiva que nunca ha tenido acceso a conversaciones privadas entre Mandel y Depp. Sin embargo, su abogado defiende el honor de su clienta afirmando que es una mujer muy respetada.

Para complicar más la historia parece ser que el equipo de TMG estaba al corriente del supuesto maltrato de Depp hacia su ex esposa, Amber Heard. Los documentos expuestos por el grupo revelan que el actor habría llegado a las manos con ella y que incluso le habría propinado una patada. Durante el sonado divorcio la actriz compartió varios mensajes de texto que había intercambiado con el asistente del actor en los que éste se disculpaba con ella por el errático comportamiento de Depp. El protagonista de «Eduardo Manostijeras» negó que esos mensajes tuvieran validez, así como el episodio de la supuesta patada. Ahora se conoce que presionó a su asistente para que negara estas evidencias. La batalla judicial continúa y pronto se sabrá si Depp sale exonerado de esta pesadilla o le caerá todo el peso de la ley.