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Doña Sofía, entre belenes y «tupperware»

Coincidió con Doña Margarita y Doña Pilar y adquirió varios regalos de Navidad

La Reina Emérita, durante su visita al Rastrillo, acompañada por Pina Sánchez Errázuriz
La Reina Emérita, durante su visita al Rastrillo, acompañada por Pina Sánchez Errázurizlarazon

Coincidió con Doña Margarita y Doña Pilar y adquirió varios regalos de Navidad.

Cuando faltaban pocos minutos para que el reloj marcara las doce y media del mediodía, los asistentes al Rastrillo de Nuevo Futuro se interesaban por conocer el recorrido que haría Doña Sofía por el mercadillo benéfico. ¿Cuál sería el mejor rincón para lograr la mejor instantánea?, se preguntaban. A su llegada, la recibieron la Infanta Doña Pilar, presidenta de honor de la asociación benéfica, así como Marta Herrero y Pina Sánchez Errázuriz, quien la entregó un ramo de rosas. Antes de almorzar en El Rincón de El Gourmet, coincidió con Doña Margarita y le dio tiempo a recorrer el recinto, parar en cada uno de los puestos, charlar con las voluntarias, que trabajan de manera desinteresada y, por supuesto, contribuir de la mejor manera, que es comprando numerosos regalos de Navidad.

Belenes y bufandas

Así, tras saludar a Fátima Basa, adquirió unos chales escoceses de lana y unas bufandas de «cashmere» antes de interesarse por la labor de las voluntarias de la Fundación Caíco, cuyo objetivo es mejorar las condiciones de vida de las familias unidas contra cáncer infantil. El de la Fundación Somosara Arraigo es «hacer viable el arraigo de los inmigrantes bien en su tierra de origen, bien en el país de acogida», nos cuenta una colaboradora, que la vendió tres bolsitas de tela y dos almohadones. La corona hecha a mano por las personas discapacitadas del Hogar Don Orione fue otro de los regalos que no faltaron entre las adquisiciones solidarias. A su paso por Cómala, puesto en el que colabora Margarita Vargas, echó un vistazo a los adornos y se hizo con varios lápices culminados en un árbol de Navidad, un par de cinturones, que no sabemos si estarán adjudicados al Rey, y unos útiles «tupperware» que cambian de tamaño en el momento de guardar la comida. A María Sánchez Villa la vimos envolviendo unas «pashminas» de lana para este invierno que no termina de llegar. Le entusiasmaron las piezas de Leontina Alascio y, tras curiosear la vitrina que presidía el «stand», se decidió por unos collares y unas pulseras. Cierto es que los Reyes Magos van a ser generosos en La Zarzuela, ya que Doña Sofía no falla a su cita anual con el mercadillo de esta ONG, que recibe al año más de 20.000 visitantes, cuenta con la colaboración de 1.200 voluntarios, está formado por 80 puestos y sus beneficios van dirigidos a los niños que viven acogidos en los hogares de Nuevo Futuro. El grupo Aureola la recibió a su paso por La Venta del Toro, donde las colaboradoras festejaron su presencia con unas sevillanas. A pocos metros, charló con Beatriz Lodge, esposa del embajador Antonio Oyarzábal y estos días voluntaria en Conde Duque, rincón diez para hacerse con piezas de decoración. A María Dolores Bermúdez de Castro se la encontró a las puertas de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén. Los adornos de Navidad los obtuvo en El Revoltijo, regentado por Cecilia Mérida y Mercedes Montes. Pregunte por las cajas de música y por los angelitos de cristal. Santiago Martínez, quien durante 25 años perteneció a la Guardia Real, no quiso dejar de saludarla cerca del puesto de Perú, en el que en cada visita compra varios belenes a Mari Luz Salvador, mientras que en el de Rusia, presidido por el Gran Duque Jorge Romanov, se decidió por unos pequeños huevos. No hay mejor forma de ayudar en semejante obra solidaria.