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El duelo de los Llach: «Tú has contribuido a mis miserias»

El cantautor respondió en Twitter a la información de LA RAZÓN: «Son miserias». Su primo Lluís Grande contesta: «No me ha llamado porque si lo hiciera reconocería que tiene miedo»

La reacción del cantautor: «Si salgo en la portada de La Razón deber querer decir que he hecho una buena campaña electoral. Me felicito. Por lo demás... miserias. Felices vísperas»
La reacción del cantautor: «Si salgo en la portada de La Razón deber querer decir que he hecho una buena campaña electoral. Me felicito. Por lo demás... miserias. Felices vísperas»larazon

El cantautor respondió en Twitter a la información de LA RAZÓN: «Son miserias». Su primo Lluís Grande contesta: «No me ha llamado porque si lo hiciera reconocería que tiene miedo»

«Si salgo en la portada de La Razón debe querer decir que he hecho una buena campaña electoral. Me felicito. Por lo demás... miserias. Felices vísperas». Así respondía el cantautor Lluís Llach a la información publicada ayer en este periódico en la que se informaba de la intención de Lluís Grande Sánchez, su primo carnal, de escribir un libro sobre la saga familiar. La obra llevaría por título «Yo sólo quería la independencia de mi cuerpo» y estaría dividida en tres partes. Por un lado, una titulada «Los ancestros», en los que narraría la disputa entre el padre de Grande y la hermana de éste, María Grande, madre de Llach. Ambos pertenecían a la alta burguesía catalana y fueron desheredados por el tío de ambos, con el que convivían en Porrera (Tarragona). La segunda parte, que da título al libro, narraría cómo Lluís Grande, siendo adolescente, quería dejar un hogar problemático e iba a conocer a su primo Lluís Llach en uno de sus conciertos, cuando era ya todo un emblema en Cataluña. Era el año 1973 y Llach le acogió durante ocho años en Barcelona, hasta que Grande decidió dejarle. Trabajó para él a destajo y nunca le faltó dinero, pero nada de eso le compensaba. Afirma que la convivencia con él le ha dejado una serie de secuelas psicológicas que aún arrastra. Dichas secuelas constan en un informe médico. La tercera parte se titularía «Los mitos también caen».

Llach, cabeza de lista en Juntos por el Sí por Gerona, ha respondido a LA RAZÓN, pero no a su primo. Grande, que tiene 58 años y es vecino en Reus, tampoco lo espera. «Si me llamara, reconocería que tiene miedo», afirmó ayer a este diario. La información ha causado mucho revuelo en la ciudad. ¿La reacción? «Me ha llamado mucha gente, pero no cojo el teléfono. Tengo muchos amigos, incluso de Convergéncia, que están a mi lado», añade. Sobre la reacción de su primo en las redes sociales, Grande asegura que claro que tiene «miserias», pero que el cantante «ha contribuido mucho para multiplicarlas. Él no quiere contacto con la miseria, porque la miseria se contagia».

Desde principios de los años ochenta hasta la fecha, Grande sólo ha vuelto a ver a su primo en un par de ocasiones. Sin embargo, el contacto que ha tenido con gente cercana a él, sus recuerdos y sus ganas de «vomitarlo todo» le han hecho dar el paso de querer relatar su historia, que sabe que podría causar un gran revuelo en Cataluña. Grande no oculta que están separados también en el plano político. «Soy partidario de sumar, nunca de restar. Soy partidario de defender la cultura, los libros, el teatro, el cine... Es un gran cantante y un gran artista que atrae masas, pero me gustaría saber qué preparación tiene. Me gustaría saber cuál es su programa político. Él pertenece a la alta burguesía catalana y pronto será aforado». Y deja una reflexión: «Si todos fuésemos valientes y denunciáramos al vecino que es corrupto, se acabarían los corruptos».

En su obra, Grande tiene pensado relatar con todo detalle los años que compartió con el músico, en aquella Barcelona liberal de la década de los setenta, y donde se codeó con las amistades del artista. Le vio por primera vez en 1973 tras uno de sus conciertos y, aunque nunca se habían visto antes (debido a la disputa entre el padre de Grande y la madre del músico), Llach le conoció al instante por los rasgos familiares. De hecho, estuvo presente en aquel concierto en el que el cantante «fue sancionado con 100.000 pesetas por incitar con la mirada al público». Él se define como su «chico de los recados». Y entre otros episodios concretos, le gustaría narrar la huida que Grande hizo en 1975 a París, año en el que murió Franco, y donde le esperaba su primo.