Famosos

El falso romance con Carla que Trump vendió

Cuenta «People» que él mismo se hizo pasar por su publicista para dar alas al bulo

Carla Bruni, en los 90 y Donald Trump, en su juventud
Carla Bruni, en los 90 y Donald Trump, en su juventudlarazon

Cuenta «People» que él mismo se hizo pasar por su publicista para dar alas al bulo

14 de septiembre de 1991. Carla Bruni, a la que el «New York Post» relacionó con Donald Trump, le explica al «Daily Mail» que el millonario es «obviamente, un lunático». El rumor de su hipotético romance es «tan falso», dice, y luego añade que «está profundamente avergonzada». La modelo explicó que sólo se habían visto una vez, un año antes, durante una gala caritativa en Nueva York, «y no le he vuelto a ver más, de eso estoy segura». Un momento, paren máquinas. ¿Tuvieron o no tuvieron algo Trump y la entonces futura señora de Sarkozy? ¿Quién mentía? Para entender mejor de lo que hablamos conviene recordar antecedentes y acudir a Andrew Kaczynski y Nathan McDermott, de «BuzzFeed», que el pasado año publicaron la pieza definitiva sobre el asunto.

Veamos. En el 91 Trump acababa de romper con Marla Maples, pero aquello quedaba un poco triste en las portadas. De modo que dedicó los días siguientes a fingir que era «un tal John Miller, asistente publicitario del señor Trump», para confirmar su lío con la italiana. Al menos eso contaba, años después, la revista «People», que explicó cómo «el 26 de junio, el diario “New York Post” publicó un titular de primera página anunciando que Trump, de 45 años,había dejado a su novia de toda la vida, Marla Maples, de 27, y había empezado a salir con una modelo llamada Carla». Ávidos de confirmar la noticia, los reporteros de «People» llamaron a su oficina para «preguntar si la historia era verdad. Cinco minutos más tarde, un hombre que se identificó como John Miller, y que afirmó manejar la publicidad de Trump, confirmó todo y en detalle». «Miller» –proseguía el semanario–«se jactó del ejército de mujeres que perseguía a Donald: Madonna era una, Kim Basinger otra. Le llaman todo el tiempo mujeres hermosas e importantes».

Yo no he escuchado esa cinta, y por tanto no puedo confirmarlo, pero según los reporteros de «BuzzFeed», la gente de «People» le puso la grabación a Maples y ésta «identificó la voz del teléfono como la de Trump». Añaden que en 2008, entrevistado en la radio por el periodista Howard Stern, Trump explicó que «Carla es una mujer con el pecho muy plano, no es la clase de las que te gustan, Howard». Lo que sigue, cortesía de Kaczynski y McDermott, es impagable: «¿Era mala en la cama?», le preguntó Stern. «No puedo comentar eso», respondió Trump. «Va a casarse con el presidente de Francia y quiero mantener buenas relaciones con ese país. No quiero criticar a la primera dama». «Probablemente se tumbó ahí como un pez», dice Stern. «No puedo comentar», repitió Trump. Todo esto, en fin, para concluir que el actual presidente de Estados Unidos tiene sus días y momentos en los que parece salido de la comedia «¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú». Como un general «Buck» Turgidson, pero sin el carisma, la gracia y el talento del inolvidable George C. Scott, su historia sería de mucha risa si no diera tanto miedo.