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El vino del mar

Carmen Lomana, en las bodegas Barbadillo, en Sevilla, donde disfrutó de sus deliciosos caldos
Carmen Lomana, en las bodegas Barbadillo, en Sevilla, donde disfrutó de sus deliciosos caldoslarazon

Tengo mi cabeza en ebullición. Me gustaría compartir con ustedes muchísimas vivencias y pensamientos de una semana intensa, pero necesitaría al menos dos páginas de mi adorado periódico y no está el papel para dispendios.

He llegado hace unas horas de una experiencia que empezó en Sevilla y terminó en Sanlúcar, navegando por el Guadalquivir, hecho que me ha entusiasmado por la enorme placidez que se respira cuando uno se deja llevar por las aguas de un río como éste, con una Ribera de vegetación boscosa y una luz otoñal que al pasar por Doñana, y divisar la marisma, alcanza su grado máximo de belleza. Cuando esto se une a unos deliciosos caldos de Bodegas Barbadillo acompañando a un buen jamón y langostinos mientras Caco Senante toca la guitarra y canta para nosotros ya no se puede pedir más. Hay que reconocer que las mujeres del sur tienen un arte especial para bailar sevillanas. Yo soy incapaz de darle al arte flamenco, me siento como «guiri», como intrusa o «gallina en corral ajeno». Cuando llegamos a Sanlúcar estaba atardeciendo y seguimos con una noche mágica que nos ofreció Barbadillo en sus bodegas para celebrar el 40 aniversario de su vino Castillo de San Diego, al que llaman el vino del mar, y nos sumergimos en un océano de espectáculos de baile y cante flamenco, violines, canto lírico y danza en distintos espacios de la bodega. Ahí estaba mi adorado Michi Primo de Rivera, Concha Galán, María José Suárez y muchos amigos sanluqueños y jerezanos

Esta experiencia la compartí con mi hermana María José. Nada nos gusta más que poder disfrutar de estas escapadas juntas recordando nuestra época de solteras y olvidando responsabilidades y trabajo. Nos pasamos horas charlando y comentando la actualidad y cotilleos. Pues en ésas estábamos cuando a mi hermanita se le ocurrió encender Telecinco y apareció la madre biológica de Chabelita. Clavada a ella. No dábamos crédito. Enseguida empaticé con mi compañera de Supervivientes pensando lo duro que debe de ser encontrarse con esa realidad por mucho que quieras hacerte la dura, por mucho que quieras cerrar los ojos... Y cuando por primera vez lees lo motivos que la llevaron a darla en adopción y cómo al estar adoptada por alguien tan conocido como Pantoja pudo seguir la vida de su hijita en silencio...Una persona cercana a mí es la que descubrió a esta señora y fue a su encuentro en la ciudad de Arequipa (Perú). Me dice que es dulce y silenciosa. Y no seré yo quién la juzgue. ¿Pero quizá hubiese sido más generoso no aparecer? Les aseguro que el tema me tiene preocupada, quizá por el cariño que tengo a mi compañera de isla, una mujer a la que todos hemos visto crecer, equivocarse, y también comprobar sus ideas claras, su frialdad a la hora de analizar con madurez su situación familiar y cómo se ha sentido excluida por algunos miembros de esa familia. En las interminables horas compartidas como náufragas hablamos muchísimo, la conozco bien y estoy segura de que saldrá airosa de esta situación. La que me parece digna de lástima es Isabel Pantoja. Parece imposible que se le acumulen tantos problemas. Cuenta una leyenda urbana que Lola Flores le echo una maldición cuando Paquirri se enamoró de ella y dejó a Lolita. Yo no creo en las brujas, pero haberlas haylas.