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El ducado más corto de Medinaceli

Marco de Hohenlohe falleció ayer en Sevilla a los 54 años tras permanecer tres días en coma. Heredó el título de su abuela, Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, en 2014. Ayer, la Casa de Pilatos le despidió con una ceremonia familiar

La Casa de Pilatos, residencia de los Medinaceli, acogió el funeral
La Casa de Pilatos, residencia de los Medinaceli, acogió el funerallarazon

Marco de Hohenlohe falleció ayer en Sevilla a los 54 años tras permanecer tres días en coma. Heredó el título de su abuela, Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, en 2014. Ayer, la Casa de Pilatos le despidió con una ceremonia familiar

En su casa, residencia de su familia desde hace cuatro siglos, fue despedido ayer el que ha sido durante dos años XIX duque de Medinaceli. La Casa de Pilatos, situda en el centro de Sevilla, acogió la misa en recuerdo de Marco de Hohenlohe, que murió de madrugada en un hospital sevillano tras permanecer tres días ingresado en coma. Su hermana Flavia fue quien difundió la noticia a través de las redes sociales. «Con gran pena en mi corazón os tengo que decir que Marco ha muerto rodeado de su familia y seres queridos. Le habéis dado muchas alegrías y a él a nosotros también nos alegraba las mañanas», publicó en su perfil de Facebook. Su hija Victoria, de 19 años, será quien ostente ahora el título que la reina Isabel de Castilla elevó de condado a ducado en 1479. También a través de las redes sociales, en este caso en Instagram, se despidió de él Luis Medina, donde colgó una fotografía familiar de su primo en el balcón del palacio acompañada del texto: «Alguien me dijo que los grandes suelen irse antes de tiempo. Descansa en paz. Semana Santa en casa». Tenía 54 años.

A las siete de la tarde se ofició el funeral. A la plaza de Pilatos fue llegando un goteo constante de familiares y allegados, entre los que se encontraban el duque de Segorbe, Ignacio de Hohenlohe, tío del fallecido; Rafael Medina, duque de Feria, y su esposa, Laura Vecino; su ex cuñada Naty Abascal; sus hijos, Alexander y Victoria, de riguroso luto y acompañados de su madre, Sandra Schmidt-Polex, con quien se marcharon a vivir a Múnich (Alemania) tras el divorcio. Sus hermanos, Flavia y Pablo de Hohenlohe, tampoco faltaron a la despedida, a la que acudieron alrededor de un centenar de personas.

Hijo de Maximiliano von Hohenlohe-Langenburg y Ana de Medina y Fernández de Córdoba, IX Condesa de Ofalia –título también heredado por su primogénita–, nació en Madrid el 8 de marzo de 1962 y era el mayor de tres hermanos. Además del ducado de Medinaceli, ostentaba el título de príncipe de Hohenlohe. Su vida quedó marcada por el terrible accidente de moto que sufrió en 1996 en Marbella (Málaga), poco después de su boda con Sandra Schmidt en Ronda, y que le dejó graves secuelas físicas, como reconocía ayer la propia Fundación Casa Ducal de Medinaceli –lo sobrellevó con «resignación, dignidad y buen humor», aseguraban–. El matrimonio se estableció en la localidad costasoleña, donde nacieron sus dos hijos, y permaneció allí hasta su separación en el año 2002. En el que fuera epicentro de la «jet» y «cuartel general» de su propia familia, con su tío Alfonso de Hohenlohe a la cabeza, se celebrará hoy un entierro íntimo.

El ducado de Medinaceli recayó en Marco de Hohenlohe directamente de su abuela, Victoria Eugenia Fernández de Córdoba –conocida familiarmente como «Mimi»–. Su madre, Ana Medina Fernández de Córdoba, no llegó a ostentarlo porque falleció en 2012, un año antes de que lo hiciera la XVIII duquesa de Medinaceli. Murió justo hace tres años, el 18 de agosto de 2013, y eso propició que su nieto heredara la titularidad de una de las más importantes casas nobiliarias del país, con cinco siglos de historia, junto a la de Alba. El título, con grandeza de España, pasó a sus manos en septiembre de 2014, ya que esperó un año para solicitarlo como muestra de luto por la pérdida de su abuela, a quien estaba muy unido. Con ella vivió en el palacio sevillano después de su divorcio y comenzó a trabajar en la fundación que gestiona el patrimonio familiar –que incluye también el hospital Tavera en Toledo, el Pazo de Oca en Pontevedra, la capilla de El Salvador en Jaén e innumerables obras de arte–. El duque de Segorbe la preside, pero no heredó el ducado porque se lo impidió la Ley de Igualdad para la Sucesión de Títulos Nobiliarios aprobada en 2006, que aupó a su hermana y madre del fallecido al primer lugar de la línea sucesoria.

El duque era muy apreciado entre sus vecinos y asiduo de la cercana plaza de La Alfalfa, donde solía desayunar a diario. De ello dejó constancia incluso en su página de Facebook, donde esta misma semana colgó algunas imágenes sentado en la mesa de su bar favorito, Casa Diego.

Arte por los cuatro costados

La Fundación de la Casa Ducal de Medinaceli reúne una de las más importantes colecciones artísticas de Europa, piezas entre las que cabe destacar seis obras de El Greco, entre ella, una escultura de las escasísimas representaciones legadas por el artista griego y que representa figura de un Cristo de pie, «La Piedad», de Sebastiano del Piombo, «La mujer barbuda», de José de Ribera (en la imagen, una detalle de la obra), uno de los lienzos más enigmáticos de la historia de la pintura, o «San Juan Bautista niño», única escultura de Miguel Ángel Buonarrotti que se halla en manos privadas y una de las muy escasas situadas fuera de Italia.