Gobierno de España

La reina ausente

Doña Letizia no asistió a la jura de cargos del nuevo Gobierno porque no lo estimó necesario. A esa hora, ella preparaba sus propias audiencias del día

Doña Letizia, en un acto de su propia agenda oficial
Doña Letizia, en un acto de su propia agenda oficiallarazon

Doña Letizia no asistió a la jura de cargos del nuevo Gobierno porque no lo estimó necesario. A esa hora, ella preparaba sus propias audiencias del día

El artículo 58 de la Constitución española de 1978 es muy claro: «La reina consorte o el consorte de la reina no podrá asumir funciones constitucionales, salvo lo dispuesto para la Regencia». Es decir, que Doña Letizia no está obligada a estar presente en las tomas de posesión, ni en la del día 31, en la que Mariano Rajoy prometió su cargo como presidente del Gobierno ante el Jefe del Estado en el palacio de La Zarzuela, ni en la de ayer, cuando las ministras Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal prometieron sus cargos y los once ministros restantes los juraron. Doña Letizia no estaba presente en el salón de Audiencias junto al Rey, no porque no pudiera sino porque no lo estimaron necesario. Ella, a esa hora, preparaba sus propias audiencias. A las 11recibió a la redacción de la revista «Mía», con motivo de su 30º aniversario, y 45 minutos después se encontraba con los representantes de la campaña «Un juguete, una ilusión» de RTVE. Fue una jornada de reencuentro con colegas de profesión y optó por que el Jefe del Estado acudiera solo a la toma de posesión del nuevo Ejecutivo. La respuesta oficial de la Casa Real es contundente: «Que Doña Sofía estuviera en las tomas de posesión no era trascendente constitucionalmente. La Casa quiere poner de manifiesto que esto es un proceso constitucional, que no tiene nada que ver con presencias institucionales que Doña Letizia pueda tener en otros ámbitos. Por otro lado, no hay nada que impida que ella asista. La Reina puede acompañar al Rey, pero éste es un proceso constitucional y Doña Letizia no tenía ninguna competencia en ese asunto». Podría interpretarse con su ausencia que lo mejor era mantener un perfil bajo que no diera pie a centrarnos en sus estilismos y con ello pudiera eclipsarse el acto en sí. Es una interpretación ante la ausencia con respecto a la costumbre iniciada por la anterior soberana. Recordemos que hace 15 años, cuando entró en la familia Borbón dijo: «A partir de ahora voy a integrarme y a dedicarme a esta nueva vida con las responsabilidades y obligaciones que conlleva y con el apoyo y el cariño de los Reyes y, por supuesto, con el ejemplo impagable de la Reina». Doña Sofía sí que ha podido ser un ejemplo, pero los tiempos entre ambos reinados son diferentes y lo cierto es que ya lo dijo Don Felipe el día de su proclamación como Rey: «Es una monarquía renovada para un tiempo nuevo».

Nada extraño, pero sí una diferencia más con respecto a Doña Sofía: siempre acompañaba al Rey en el salón de Audiencias y se situaba a su derecha. Hace años, hablé de este asunto con el entonces jefe de la Casa Real, Sabino Fernández Campo, quien me dijo que era la propia Reina quien insistía en acudir. «La Reina no tenía postura allí. Lo discutimos y alegué para apoyar a Doña Sofía, puesto que ella tenía un interés enorme en estar presente en la toma de posesión de los miembros del Gobierno, que no iba como testigo de la ceremonia sino que lo hacía como dueña de la casa donde la ceremonia se celebraba y después felicitaba y saludaba a los invitados, un poco como una ama de casa pero no como reina».

Un portavoz de la Casa Real aclara a LA RAZÓN que «es normal que se hayan introducido pequeños cambios». De ahí que se redujera la Institución al matrimonio Borbón-Ortiz, a sus dos hijas y a los Reyes Eméritos. Del núcleo duro salieron las infantas Elena y Cristina, que pasaron a ser familia del Rey. También Don Felipe ha querido otorgar mayor transparencia a la Casa Real, dando a conocer cómo se distribuye el presupuesto que recibe para el mantenimiento de ésta y los sueldos de sus miembros. En lo que respecta a la Reina, también hemos apreciado algunos cambios, como obviar el uso de mantilla y traje largo negro en los actos castrenses, aunque como princesa sí que hubiese acudido vestida de esta manera. También ha variado la composición de su agenda: si la Reina Sofía se dedicaba más a labores sociales o musicales, la Reina Letizia ha optado por un papel más «ejecutivo». Tampoco parece que le gusten mucho las reverencias de hincar la rodilla ante ella y prefiere un tratamiento menos soberano. Además, procura llevar una vida familiar normal, distinguiendo con claridad entre horario laboral y familiar, cuando acude de compras por Madrid, sale con sus amigas o acude con el Rey al cine vestida con ropa informal para no ser reconocida.