Actores

Loles León: «Estoy guapa porque me arreglo los fondos y los bajos»

Compagina su trabajo en «La que se avecina» con la obra de teatro «¡Oh Cuba!» y el estreno del mediometraje de Julián Quintanilla «El mundo entero»

Loles León: «Estoy guapa porque me arreglo los fondos y los bajos»
Loles León: «Estoy guapa porque me arreglo los fondos y los bajos»larazon

Compagina su trabajo en «La que se avecina» con la obra de teatro «¡Oh Cuba!» y el estreno del mediometraje de Julián Quintanilla «El mundo entero».

Mi querida amiga Loles, a quien descubrí hace mil años siendo yo universitaria en el Café Vaivén de Madrid –aún recuerdo cómo se escandalizaban mis compañeros y quizá hasta yo misma con su desparpajo–, es una artista de los pies a la cabeza. Por eso tiene cabida en cualquier parte y por eso, aunque sea a temporadas porque la inclemencia de su profesión castiga hasta a los más grandes, se le acumula el trabajo en tantas ocasiones. Como ahora, que anda liada hasta la extenuación. Pero ella puede con todo. ¿Qué tiene entre manos? «Pues tengo tres producciones. La primera, la obra de teatro “¡Oh Cuba!”, con textos inéditos de García Lorca que estrené este verano en el Generalife, en la Alhambra de Granada, donde por primera vez entró una actriz a interpretar y donde comparto escenario con veintitrés personas. Además, acabo de volver de Hollywood, donde hemos estrenado el mediometraje de Julián Quintanilla “El mundo entero”, y me he incorporado a “La que se avecina”».

Ahí es nada. Trabajo, trabajo y más trabajo. Son etapas y esta merece el esfuerzo. Y también volver a una comunidad de vecinos.... «Sí, pero esta es diferente. De entrada, no son todos los mismos actores, hay muchos más y las tramas son estupendas, no tienen nada que ver con las anteriores. Son de verdad, como la vida misma. Creo que por eso le gustan tanto a la gente y tiene tantísima audiencia, porque cada uno se siente identificado con algunos de los vecinos de la serie».

«Adiós, ahí os quedáis»

Desde luego, aunque no sé si en la vida de todos hay una Menchu, un personaje que, al parecer, comparte rasgos con la propia Loles. «Se parece bastante a mí, sí. Lo hablamos con Alberto (el director de “La que se avecina’’) y buscaron un personaje en el que yo encajara y que identificaran conmigo. Menchu representa a todas esas sesentonas de la menopausia y tal que llevan años y años con su marido, el marido pasa de ellas, los hijos están mayores, los nietos se han ido y ellas se sienten solas y un día dicen “adiós, ahí os quedáis” y emprenden su vida con las amigas. Luego hacen viajes a Cancún y se follan a este y al otro y al de la moto... Yo también soy así. No he tenido la experiencia de un matrimonio de años porque me he casado con mi profesión, pero también soy de esas que dice: “No y no, la vida es corta y hay que vivirla y si aquí no estás bien pues te vas para otro lado...”».

Hablando de maridos, Loles en «La que se avecina» se reencuentra con su ex marido de «Aquí no hay quien viva», con quien ha confesado que se bailaría un bolerazo... «Y eso que en esta serie no me puede ni ver. Yo me voy a su casa a ver si me lo tiro, pero no hay manera, ya me lo ha dicho. Bueno, eso lo hace Menchu porque es una mujer muy envalentonada. Yo siempre fui tímida con los tíos y ahora estoy envalentonada también: “¿Cómo que no te gusto si estoy monísima?”».

Muy envalentonada, sí, pero sé de buena tinta que Loles ahora le dedica poco tiempo al amor. «Es verdad, ahora no me entretengo con nadie. Voy y vengo y pillo aquí y allí porque es que tengo mucho trabajo. Además de todo lo dicho he grabado una promoción con Font Vella para el cáncer de mama. Y, claro, estoy con cuatro cosas a la vez, tengo ruedas de prensa, entrevistas, promociones... y poco tiempo para lo demás». Le digo a Loles que en las redes se liga mucho. O eso dicen... Algunos no paran de darle al Tinder. «Uy, sí. Yo he estado. Pero me tuve que quitar porque enseguida me reconocen. Así que no he podido ligar nunca en las redes porque a mí lo que me gusta es el cachondeo y el vacile, pero sin que sepan quién soy y eso no puedo hacerlo».

Quien no utiliza las redes para la diversión las utiliza para el trabajo. «Es mi caso. Y Twitter, Facebook e Instagram los uso sobre todo para comunicarme con mis seguidores. Les pongo cosas, hago “stories” para que ellos disfruten y vean dónde estoy y lo que hago. Enseño un sitio, una peluca que me he encontrado, tu último libro, que me encantó... Es un poco compartir la vida en directo. Y si alguien me dice algo feo, lo bloqueo y ya está», relata Loles.

Buenas y malas rachas

Pero hay cosas muy suyas, de las que Loles nunca habla. Su familia, por ejemplo. «Eso me lo reservo para mí; tan pública, tan pública, en la tele, en el cine, en el escenario, en el teatro, en las promociones de publicidad, en Instagram, en Facebook... ¡Algo me tendré que quedar solo para mí!».

Decía al empezar esta entrevista que Loles estaba en racha y que hasta los grandes pasan por rachas que no son buenas. «Tú me has visto a mí en racha mala y la has vivido conmigo cuando no levantaba cabeza y sabes qué duros fueron esos casi dos años, pero al final salgo porque mi actitud es de tirar para adelante. Siempre me he buscado la vida y he llamado a mil puertas para poder avanzar en mi trabajo. Pero hay rachas y rachas y pueden tenerte meses en casa desesperada. Aunque yo en ese ostracismo, si ha hecho falta, me he puesto a servir copas porque el piso hay que pagarlo y hay que comer. Por suerte también llegan de pronto trabajos inesperados que son un regalo». Como el de «MasterChef». «“MasterChef Celebrity” me puso en la casa y en el corazón de la gente. Y me dio un empujón grandioso. Eso sí que fue un reciclaje porque la gente me ha descubierto tal como soy. Es una experiencia que repetiría todas las veces que me llamaran».

El caso es que Loles vive ahora un momento laboral excepcional. Qui-
zá por eso está tan guapa. «Por eso y porque estoy ahí arreglándome los fondos y los bajos», dice. ¿Los bajos? «Uy, sí, es que hay un láser que te arregla la vagina. Porque las señoras mayores también tenemos vagina y se nos pone un poquito de aquella manera. Y para que no se atrofie, pues eso, el láser, y yo ando poniéndome las cosas en su sitio y se lo recomiendo a todas las personas de mi edad».