Lifestyle

Marco Asensio, el Rafa Nadal del Real Madrid

Amigos, mallorquines y ejemplares. El tenista se quedó pasmado con él en el Mallorca y siempre le decía que acabaría jugando en el Bernabéu

Marco Asensio en una foto de Instagram
Marco Asensio en una foto de Instagramlarazon

En la hoguera de las vanidades existen ejemplos de deportistas por los que uno pone la mano en el fuego porque sabe que jamás se quemará.

En la hoguera de las vanidades existen ejemplos de deportistas por los que uno pone la mano en el fuego porque sabe que jamás se quemará. Rafa Nadal o Pau Gasol son grandes ejemplos de ello, pero también un recién llegado, Marco Asensio. Es en la virtud de la admiración, propia de los humildes, aunque sean números uno en sus profesiones, donde se gesta la ascensión de este futbolista de 21 años y la seguridad de que el éxito no le maleará. Rafa Nadal, madridista confeso, y el presidente Florentino Pérez se rinden en admiración mutua. «Tienes que fichar a Marco Asensio», le decía el tenista al máximo mandatario cada vez que visitaba el palco del Bernabéu. Se lo repitió, pero con mayor vehemencia, cuando entró en puja por el chaval el Barcelona. «No puedes dejarlo escapar». Florentino le hizo caso, le pidió el teléfono de Asensio y el de su tío, Miguel Ángel Nadal, accionista y director deportivo entonces del Mallorca, y en cinco minutos fichó a la última perla del fútbol español.

Rafa Nadal, prodigioso con la raqueta, pero también hábil en el golf y el fútbol, se quedó pasmado ante este chico de Calviá, al que el Mallorca fichó con 10 años y con 17 años ya dirigía en el césped el juego del equipo balear. Pero la admiración por él va más allá del terreno deportivo. Son amigos, conoce su historia personal, su capacidad de sacrificio, sufrimiento y trabajo, sus orígenes y a su familia.

Fútbol por las venas

En otro camino de ida y vuelta de las admiraciones destaca la de Marco Asensio por Zidane desde pequeño. Le echaba horas con su hermano practicando la ruleta del francés en el césped que enfrente de su casa había puesto el abuelo para que los nietos practicaran el deporte que les corría por la sangre, pues su padre, Gilberto, también fue futbolista, y a su madre, holandesa, le debe su nombre, Marco, por Van Basten. Y eso que su padre, de origen vasco, siempre intentó que sus hijos se fijaran y ficharan por el Athletic, pero mientras Igor, el mayor, ha heredado el amor por esos colores y no lo oculta en las redes sociales, Marco siempre soñó con su futuro en blanco. Un sueño que compartía con su madre. Por eso, un día que la familia paseaba por el puerto de Palma y se cruzaron con Florentino Pérez por los pantalanes, María le paró para que todos se hicieran una foto con él y le espetó: «Este es mi hijo Marco Asensio y un día jugará en el Real Madrid».

Eran tiempos felices, pero en el difícil oficio de vivir Marco tuvo que afrontar uno de los peores castigos de la vida. Perdió a su madre con apenas 15 años. Un cáncer se la llevó en 2011 dejando solos a Gilberto, Igor y Marco, que tuvo que madurar pronto y, entre todos, ayudar a que la familia saliera adelante anímicamente. Desde entonces, todos los goles se los dedica a ella. Nadie olvida cómo el día de su presentación en el Bernabéu como nuevo jugador del Real Madrid, hace un año y cuatro días, rompió a llorar al recordarla. «Ella, desde arriba, siempre me está apoyando», dijo antes de no poder continuar con su discurso.

Quienes conocen bien a Marco aseguran que es un chico súper educado, profesional y humilde. «Es muy normal», es el apelativo más repetido. Quizá porque su mayor virtud es que fuera del terreno de juego se hace notar poco. Isco es su «bro» (hermano) dentro del vestuario madridista, pero es muy querido por cada uno de sus compañeros. No es amigo de los tatuajes, ni tampoco de compartir a través de las redes sociales su vida sentimental cuando tenía novia. Que ya no, está soltero.

La única pareja que se le ha conocido desde que fichó por el Madrid es Marina Muntaner, una instagramer mallorquina de 24 años que estudia Educación, según ella misma describe en su perfil. Es más, aunque todas sus publicaciones son fotografías de ella y pudiera pensarse que es modelo, Marina reconoce que no lo es de «forma profesional sino simplemente un hobbie» y que lo verdaderamente importante son sus estudios. Una relación que, sin embargo, quizá por la juventud de él, nunca adquirió carácter de oficial a los ojos del mundo. De hecho, Marina no estuvo presente en el Bernabéu el día que Marco hacía realidad su gran sueño. Tampoco tenían publicaciones juntos, a excepción de una sola que subió ella y que iba acompañada –con un corazón– del siguiente mensaje: «Si es capaz de sacarte una sonrisa en los peores momentos, es capaz de cualquier cosa en cualquier momento».

Marina acudió alguna vez a los palcos privados de los partidos en el Santiago Bernabéu y solía estar, sobre todo, con Alice Campello, la ahora mujer de Álvaro Morata, ya que se casaron este mismo verano. Una boda, al igual que la de Lucas Vázquez, Kovacic y Danilo, otros madridistas, a las que no pudo asistir pues estaba concentrado con la selección sub’21 durante la disputa del Europeo. Sin embargo, terminada la competición sí pudo acudir al enlace de su amigo, compañero durante su etapa en el Espanyol y guardameta de la «Rojita», Pau López, cita en la que Marco Asensio acudió sin Marina. Sin ella y sin ninguna otra.