Caso Malaya

Mayte Zaldívar vuelve a las cocinas

Desde hoy disfruta del tercer grado penitenciario y en unos meses podrían concederle la libertad condicional

Maite Zaldívar saluda a su pareja Fernando Marcos a su salida de la prisión provincial de Alhaurín de la Torre (Málaga).
Maite Zaldívar saluda a su pareja Fernando Marcos a su salida de la prisión provincial de Alhaurín de la Torre (Málaga).larazon

Maite Zaldívar, exesposa del que fuera alcalde de Marbella Julián Muñoz, ha abandonado esta tarde la prisión de Alhaurín de la Torre después de que el juez le concediera el tercer grado penitenciario.

Hoy, a las cinco de la tarde, Mayte Zaldívar ha comenzado a disfrutar del tercer grado penitenciario. A esa hora, su pareja, el empresario Fernando Marcos, y sus dos hijas, Elia y Eloísa, estaban esperándola en la puerta principal de la prisión de Alhaurín de la Torre, en la que ingresó en octubre de 2014 para cumplir una condena de dos años y medio por blanqueo de capitales, y que se incrementó en seis meses al no poder hacer frente a una multa de 1.700.00 euros.

RESTAURANTES

La ex mujer de Julián Muñoz quiere rehacer su vida lo antes posible. En el tiempo que ha estado privada de libertad ha asistido a clases de inglés y de artes interpretativas, y ha enseñado a leer y escribir a varias reclusas. Según uno de sus abogados, Alfredo Herrera, Zaldívar podría estar planteándose abrir un restaurante en Marbella, ya que «es una gran cocinera». De hecho, durante un tiempo regentó junto al ex alcalde de Marbella dos, Mayte I y Mayte II, en los que ella se encargaba de la comida y él de las mesas. Pero su novio asegura que «ahora lo que tiene que hacer es descansar y meditar muy bien los pasos a dar en lo que se refiere a buscar trabajo. Estoy deseando verla, porque llevamos meses haciéndolo separados por un cristal en prisión».

El empresario ha movilizado las redes sociales a favor de que a Zaldívar le concedieran el tercer grado, algo que tanto familiares como amigos de la reclusa han valorado muy favorablemente. Marcos afirma que «por amor se hace cualquier cosa. Llevo dos años solo, sin la compañía de mi mujer, echándola de menos a cada instante y deseando que salga para emprender una nueva vida a su lado». Por su parte, Zaldívar ha reconocido en alguna de sus salidas de Alahurín que «Fernando se merece una medalla por todo lo que está haciendo por mí, por su amor y por su gran apoyo. Es un hombre extraordinario».

Quienes también cuentan las horas para reencontrarse con su madre son Eloísa y Elia, las hijas de Zaldívar. «Todos estamos muy contentos con la concesión del tercer grado y con muchas ganas de abrazarla», confiesa la primera. Su hermana asegura que ,«cuando le dijimos que se lo habían concedido, no se lo creía. Llevaba tanto tiempo esperando este momento que dudaba de que llegara tan pronto». Precisamente es Elia una de las mayores preocupaciones de Zaldívar en este momento. La joven sufre un problema de visión grave en uno de sus ojos y su madre quiere estar cerca para ocuparse de su bienestar. Elia y Eloísa sienten devoción por ella y siempre han estado seguras de su inocencia, haciendo responsable de su ingreso en prisión a su padre, Julián Muñoz.

La semana próxima empezará a cumplir el tercer grado en el centro de inserción de Algeciras. Podría haber elegido el de Málaga capital, pero por motivos personales ha optado por el algecireño. Es el mismo en el que permanece su ex marido, Julián Muñoz, aunque estarán en módulos separados. Aun así, su hija Elia cuenta que «mis padres se llevan bien, han enterrado antiguas rencillas. Cuando mi padre pidió perdón a mi madre, ella lo aceptó por el bien de la familia. Es lo mejor para todos; así, si algún día tienen que aclarar las cosas, lo harán sin problema y cara a cara».

Desde el centro penitenciario desvelan que «ha sido una presa ejemplar; una mujer querida por todos y a la que le ha faltado tiempo para ayudar a otras reclusas. Estamos muy contentas de que pueda dejar este recinto. Se merece una segunda oportunidad. Ya ha pagado con creces lo que hizo. Nos sorprendió a todos por su extraordinaria capacidad de adaptación. Es tranquila, simpática, y nunca fue sancionada. Ha llevado su condena con resignación y estaba ilusionada con lograr el tercer grado; echa mucho de menos a su familia. Todas le deseamos lo mejor en esta nueva etapa».

En régimen de tercer grado, dormirá de lunes a jueves en un centro de inserción y disfrutará de total libertad desde el viernes por la mañana hasta el domingo por la noche. Y si todo transcurre con normalidad, dentro de unos meses se le concederá, como ocurrió con Isabel Pantoja, la libertad condicional. Y no será hasta octubre del próximo año cuando recupere por completo su libertad. El estado de salud del ex alcalde de Marbella, aquejado de múltiples dolencias, la preocupa también. En uno de sus últimos permisos penitenciarios, Zaldívar confesó que «el estado de Julián me da mucha pena, sobre todo, por lo mal que lo están pasando mis hijas, sé que ven a su padre muy deteriorado. Espero que se mejore y pueda disfrutar de nuestros nietos».

Pero lo realmente grave es la situación económica con la que se encuentra Zaldívar a su salida de prisión. «El único dinero que tenía lo guardaba en su domicilio y fue incautado tras su detención. Se encuentra muy mal, hasta su casa está embargada», confirma su abogado.