Natalie Portman

Natalie Portman reinterpreta a Jackie Kennedy

Como siempre, y esta vez con Portman a la cabeza, los Globos de Oro nos han dejado una estela de moda difícilmente superable

Natalie Portman lució un elegante modelo de Prada que acaparó todas las miradas
Natalie Portman lució un elegante modelo de Prada que acaparó todas las miradaslarazon

Hollywood es Hollywood. Y no podía venir más al caso el título en español de la gran vencedora de la noche, «La La Land» («La ciudad de las estrellas»), para hablar del estilo de las mujeres que brillan hasta la fascinación en el firmamento de la Meca. Porque allí todo es mágico y a lo grande: las alfombras rojas miden 9.000 metros de largo y quienes las pisan son estrellas de verdad, de las que no necesitan echárselas por encima. Por eso, sentarse en el sofá de casa y perder horas de sueño esperando la llegada de mujeres como Meryl Streep, Emma Stone, Brie Larson y Natalie Portman, por nombrar a algunas de las más espléndidas de la velada, merece la pena. Y tanto que sí.

Si tuviéramos que hablar de una tendencia, sin duda la del escote ha sido una de las grandes protagonistas en todas sus formas y extensiones. Arma de doble filo, dicho sea de paso, porque igual que sienta de cine, te puede arruinar la noche. No fue el caso de la ganadora del Globo de Oro a mejor actriz de comedia o musical en esta edición, Emma Stone, porque el suyo era moderno, comedido y, sobre todo, muy sofisticado. Claro que el vestido al completo nos dejó sin palabras. De Valentino, firmado por su director creativo, Pierpaolo Piccioli, es un diseño realizado en tul de seda bordado con líneas en hilo de plata y estrellas de lentejuelas. Romántico por el color, sexy por el escote y clásico por la magnífica cola que lo remataba. El modelo llevaba la espalda cruzada con tirantes formados también por estrellas. Además, acertó con el peinado: un recogido suelto en forma de falso bob, con raya al lado y maquillaje en tonos rosados. ¿Las joyas? Una delicia. Una gargantilla de aire retro y unos sencillos pendientes. Las sandalias eran de Jimmy Choo.

Pero no fue la única que brilló en esta noche que ya no es, según sus organizadores, la antesala de los Oscar porque con 74 ediciones en su haber cuenta con la suficiente y notoria identidad como para deslumbrar por sí misma. Me quedo con la maravillosa aparición en el Beverly Hilton de Los Ángeles de Natalie Portman, quien, de nuevo embarazada, sorprendió con un vestido tipo túnica, en tono mostaza, de Prada, reinterpretando, como primera dama de la escena que es, a un modelo que ya luciera Jacqueline Kennedy Onassis en 1975, la mujer a la que Portman da vida en la película «Jackie».

Kidman, envejecida

Otro escote de vértigo bien llevado fue el de Reese Witherspoon, quien se decantó por un vestido en amarillo intenso de Atelier Versace. No estuvo de suerte –con el modelo, se entiende– Nicole Kidman, que optó por un romántico o, mejor dicho, «romanticón» vestido de Alexander McQueen que lo único que hacía, lejos de dulcificarla, era ponerle años encima. Veremos si en los Oscar podremos darle el aplauso. En cuanto a colores, triunfaron los pasteles, con el marfil, el gris plata y el rosa empolvado de Lily Collins, del modisto Zuhair Murad, en los primeros puestos; el infalible negro y los más vivos, como el espectacular rojo carmesí de Brie Larson, de la firma Rodarte. En cuanto a los peinados, sobre todo, muchos recogidos, y es que, con estos vestido de noche y semejantes joyas es, desde luego, lo propio.