Sociedad

Paquita Rico, ¿dónde vas, triste de ti?

A los 87 años, la reconocida artista vive en Sevilla, su tierra natal, alejada de antiguas amistades y padece «lagunas de memoria» y las secuelas de una reciente caída que le ha provocado varias fracturas.

Paquita Rico, ¿dónde vas, triste de ti?
Paquita Rico, ¿dónde vas, triste de ti?larazon

A los 87 años, la reconocida artista vive en Sevilla, su tierra natal, alejada de antiguas amistades y padece «lagunas de memoria» y las secuelas de una reciente caída que le ha provocado varias fracturas.

Sigue siendo la mujer elegante y presumida de antaño, pero el paso del tiempo ha hecho mella en Paquita Rico, hasta el punto de que en su entorno reconocen que «tiene lagunas de memoria y le cuesta reconocernos». La veterana actriz, que cumplió 87 años el pasado jueves, dejó Madrid hace ocho y vive en Los Remedios, uno de los barrios más señoriales de Sevilla. La protagonista de «¿Dónde vas, Alfonso XII?», filme que forma parte de la mejor historia cinematográfica española, sigue siendo muy guapa, con un cutis cuidado y unos ojos que todavía encandilan. En su retiro hispalense intenta rememorar viejos recuerdos y una carrera marcada por los éxitos. Quizá el más celebrado sea su papel de María de las Mercedes, la esposa de Alfonso XII.

Son pocos los que mantienen contacto con ella. Allí, alejada de antiguas amistades y con escasa familia, ve pasar los días desde el ventanal de su amplio piso y recibe las visitas de Juan Pedro, el maquillador de las famosas, del diseñador Tony Benítez y de sus familiares. Vive sola, con la única compañía de dos señoras que la cuidan y que ahora la ayudan a recuperarse de una caída reciente que le ha provocado varias fracturas.

Quien tuvo, retuvo

Algunas mañanas se la ve pasear por el barrio, algo encorvada pero con sus mejores galas (quien tuvo, retuvo). Sin embargo, apenas hace vida social. Asistió hace unos meses a la boda de un familiar y acudió a un concierto de la artista Erika Leiva en el teatro Lope de Vega de la capital andaluza. Su estado de salud, algo delicado, aconseja no prodigar las salidas. La mujer que fue bautizada como «el rostro más bello de nuestro cine» decidió huir del mundanal ruido madrileño, vendió su piso de la zona del Bernabéu y se instaló en la tierra que la vio nacer.

Benítez cuenta que «Paca está bien físicamente, pero tiene problemas de memoria que le impiden reconocer a la gente. Da pena de lo que ha sido a cómo está. Vive en un piso maravilloso y amplio. Ella compró el edificio entero y repartió los otros entre sus hermanos. Es una gran persona». Nos descubre también que «un día a la semana va a una cafetería cercana a su casa para desayunar. Otros, unos familiares se la llevan a una finca y de paseo. Si estoy en Sevilla me acerco a verla y le llevo unos pastelitos que le gustan. Cuando hablamos de nuestras edades, ella, tan coqueta, dice que tiene 84 años. Está muy guapa. Nos reímos mucho. Me pregunta que quién soy, y cuando le digo que Benítez, responde: “Claro, claro”. Tiene la casa llena de fotos de la película “¿Dónde vas Alfonso, XII?”. Siento una enorme pena –añade– al contemplar que grandes figuras, como la misma Paca o Carmen Sevilla, tienen problemas de memoria. Paca me pregunta a veces por Lola Flores o Maruja Díaz, a las que quería mucho. No recuerda que han muerto. O me dice que por qué no nos vamos a Sevilla y le contesto que ya estamos allí».

Dos de sus sobrinas, que vivieron en Madrid con ella, se trasladaron a Sevilla. Tony añade que «los tres hermanos de Paca –Alberto, Antonia y Amparo– han fallecido. La viuda de Alberto vive en el mismo edificio y la ve todos los días». La última vez que coincidimos con ella fue en la capilla ardiente de Rocío Jurado, de la que también era muy amiga. En años anteriores solía asistir a actos sociales acompañada de su gran amigo Ricardo Villena. Cuando éste murió, Paca decidió apartarse de todo y de todos. Ricardo era su confidente, su amistad más entrañable.

Según Tony, «está mejor que Carmen Sevilla. Tiene momentos de gran lucidez y otros de menos. Desgraciadamente, no se puede luchar contra el destino». Paquita hablaba de Carmen como «mi hermana», eran uña y carne, igual que con «La Faraona Lola», y dicen los que mejor la conocen que la desaparición de sus amigas la afectó mucho. En una ocasión, me confesó que «de las artistas en activo, la que más me gusta es Isabel Pantoja; la quiero mucho». También que «en mi joyero guardo una pieza muy especial, un collar de esmeraldas que me regaló Doña María, la madre del Rey Don Juan Carlos, y que perteneció a María de las Mercedes». El personaje real es una constante en sus recuerdos; a pesar de los olvidos, sabe que ese nombre está escrito con letras de oro en la historia de su vida.