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«Prince quemó la urna con las cenizas de nuestro bebé»

Mayte Garcia publica un libro donde narra los episodios más traumáticos de su relación con el fallecido cantante, con quien llegó a tener un hijo

Mayte y Prince contrajeron matrimonio en 1996 y se divorciaron en 2000
Mayte y Prince contrajeron matrimonio en 1996 y se divorciaron en 2000larazon

Mayte Garcia publica un libro donde narra los episodios más traumáticos de su relación con el fallecido cantante, con quien llegó a tener un hijo

A sus 16 años, Mayte Garcia era toda una fan de Prince. No se perdía ninguno de sus conciertos, aunque para el cantante ella sólo era una más entre sus miles de seguidores. Todo cambió el día en que la madre de Mayte envió al equipo del artista un vídeo en el que su hija demostraba sus dotes bailando la danza del vientre, lo que ocasionó que en uno de esos conciertos Prince la reconociera entre el público y la invitase al «backstage». A este encuentro le siguieron cartas y llamadas telefónicas por parte de él. Se había quedado prendado de aquella chica y los 15 años de diferencia no impidieron que entre ellos se forjara una relación profesional –Mayte acabó convirtiéndose en su bailarina – que con el tiempo, teniendo ya García 22, acabó en matrimonio en 1996. Dos meses después de casarse, se queda embarazada, pero a los seis días del parto el bebé fallece a causa de una enfermedad rara. La muerte del pequeño Amiir –que significa Prince en árabe– supuso un duro golpe para la pareja, que acabó divorciándose en 2000.

Ahora, 17 años después, cuando está a punto de cumplirse el primer aniversario de la muerte del cantante, su ex mujer se sincera en «The Most Beautiful: My Life With Prince» (Hachette UK), un libro donde narra los episodios más oscuros de su relación con el intérprete de «Kiss». «Firmé los papeles del divorcio dos meses después de que falleciera nuestro hijo, cuando una persona de su equipo me informó de que Prince había quemado todo lo que le recordaba a mí y al bebé, incluyendo la cuna, la ropa, los juguetes y hasta la urna con las cenizas», desvela en el libro, en el que cuenta cómo Prince pasó de la alegría a la tristeza cuando el médico les comunicó que el bebé padecía síndrome de Pfeiffer, un mal que provoca graves malformaciones y que acabó con la muerte prematura del recién nacido: «Llegó a un punto en el que no podía ni respirar», confiesa.

El embarazo transcurrió con normalidad hasta que en el octavo mes ella comienza a sangrar. El doctor recomienda practicar una amniocentesis, a lo que Prince se opuso. Optó por llevarse a su esposa de la consulta y rezar por la salud de su futuro hijo. Pero las malas noticias se confirmaron en la siguiente cita, en la que el médico les anuncia que el bebé nacería con enanismo. Sin embargo, la realidad fue peor de lo esperado y, tras dar a luz y coger en brazos a su hijo, Mayte supo que algo grave le pasaba. «Le dije: “Mamá está contigo”, mientras que Prince preguntaba: “¿Por qué no llora?”». Fue cuando se percataron de la grave enfermedad: «El rostro de mi marido se impregnó de terror al conocer al pequeño que tanto deseaba».

«Debemos dejarle ir»

Los días posteriores al parto fueron de constantes intervenciones para el recién nacido, que permanecía intubado, hasta que al sexto día les comunican que para que continuase con vida debían practicarle una delicada traqueotomía. Mayte, desesperada, le gritó al doctor: «¡Lo estás torturando!». «En ese momento Prince me dijo: “Debemos dejarle ir”».

Garcia también confiesa cómo le chocó el hecho de que, tras abandonarla devastada por la muerte de Amiir, días después el artista volviese a casa para conceder una entrevista, obligándola, pese a su estado depresivo, a participar y él mostró ante las cámaras todos los enseres del bebé y que poco tiempo después quemaría.