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«‘Revirás’ de la vida»

Iker Casillas ha perdido su buena estrella
Iker Casillas ha perdido su buena estrellalarazon

Ddecía una canción de Manuel Alejandro que cantaba Raphael que «la vida da muchas vueltas, y el tiempo corriendo pasa». Qué gran verdad. Muchas baladas, tangos y, sobre todo, boleros son como una especie de libro de primeros auxilios de la vida misma. Mientras escuchaba la citada canción me vino a la memoria Iker Casillas, un joven con poco más de 30 años al que parece que su buena estrella, que más bien ha sido magnífica, ha dejado de brillar. Conocen que el fútbol no es mi pasión, más bien en mi vida representa el tedio, pero en momentos patrióticos –que palabra tan mal vista en los tiempos que corren– como grandes finales de equipos españoles o momentos gloriosos de la selección, he vibrado como el que más. Luego están los grandes personajes del citado deporte. Sin duda, Iker es de los más grandes.

Considerado el mejor portero del mundo durante años, admirado y querido como persona sencilla, recuerdo haber sido vecino en Boadilla del Monte (chalet normalísimo) en el que siguió viviendo cuando ya ganaba fortunas anuales. Se mudó a otros lugares de más plan a punto de casarse con Sara Carbonero. De pronto llega desde la Gran Bretaña un soberbio y maleducado entrenador portugués. Como dirían los brujos, adivinos, echadoras de cartas, Mouriño parece gafar a la hasta entonces máxima estrella. Las relaciones entre el portero y el entrenador se convierten en oscuras, malvadas, malísimas. A Iker la situación le pasa factura, su rendimiento baja de forma alarmante y su salida del Madrid, no es la mejor. Posiblemente Casillas también tuvo parte de la culpa. Cambió de equipo. Oporto recibe al jugador como lo que es, un ídolo, pero tampoco en el club portugués vuelve la buena forma y los aficionados a este deporte no tienen punto medio: o aman hasta el delirio o al segundo penalti que no paras te llenan de insultos. En esa situación se encuentra Iker. Como además su contrato es de los de 10 millones anuales, que en un principio nadie criticaba, ahora se usa como lanza contra el futbolista. No terminan ahí los problemas. Su mujer, Sara Carbonero, es asediada, incluso insultada por las calles. El fútbol es un deporte de hombres, aunque la mujer empiece a formar parte del mismo. Todavía es caldo de cultivo para el machismo más rancio. Se han oído voces que aseguran que la periodista tiene mucho que ver con el declive del que fue el mejor del mundo en su puesto.

En esta historia tambien hay mimbres para programas esotéricos. Mouriño para muchos había gafado a Casillas, pero parecería que fuerzas poderosas habían entrado en combate, sin dejar claro quién era el vencedor de tan dura pugna, porque lo cierto es que el entrenador luso también salió de fea manera del Real Madrid y que en su vuelta a Inglaterra le ha acompañado el fracaso. A mitad de temporada ha sido expulsado del club por sus malos resultados. Por primera vez, el que también fue considerado como el mejor entrenador se ha visto en el paro. El desencuentro de los dos dioses del fútbol ha terminado con la buena estrella de ambos. La pregunta es ¿qué hace un hombre que tiene la edad en la que muchos empiezan a destacar en sus profesiones, que lo ha conseguido todo? Me viene a la memoria algo que me contó María Teresa Campos en uno de los viajes que compartí con ella. Afirmaba la presentadora que ella había tenido dos vidas:una hasta cumplir los cuarenta, en la que había trabajado desde que tenía 15 años en su Málaga, haciendo de todo y llegando a conseguir su primer Premio Ondas, con sus hijas por delante, salta a Madrid y empieza a forjarse una de las máximas figuras de la televisión, que a sus 74 años sigue teniendo un programa de éxito y otro a punto de estrenar. Su pensamiento es que si su éxito le hubiese llegado a los 20 años, a los 40, como tantas y tantos en este mundo, hubiese estado olvidada. Le contesté que llevaba toda la razón, pero que en cualquier caso, estar en tu trabajo, diez escalones por encima del resto, aunque seas muy joven, siempre será maravilloso. Espero que Iker Casillas ponga en su haber todo lo conseguido y que cuando deje el deporte activo sepa montarse otra vida, en la que disfrute de lo mucho que tiene y no me refiero solo al dinero. Como dijo la gran María Félix, «el dinero no da la felicidad, pero te quita los nervios, y eso ayuda mucho».