Todos repudian a Roxana en Arequipa

Es la mujer más perseguida y buscada. Roxana Giovanna Luque Salca, la madre biológica de Chabelita, la hija de la tonadillera, ha decidido poner tierra de por medio y desaparecer de su entorno, de su barrio. Al menos, de momento. A su alrededor nadie habla. Lejos de su vivienda en Arequipa, ilocalizable salvo si media una jugosa cantidad de dinero de por medio. Los periodistas españoles y peruanos hacen guardia en su domicilio y lugar de trabajo con la misión, vana, a qué engañarnos, de arrancarle unas palabras extra tanto a las entrevistas que ha dado a una revista en España como a su aparición en televisión ayer por la noche. Su irrupción en el mercado rosa ha trastocado tanto su vida como la de sus allegados.

Protegiéndola de futuras exclusivas –o quizá avergonzados– los familiares guardan silencio y miran hacia otro lado dentro de una sociedad conservadora en la que no está bien visto que una muchacha soltera, embarazada por segunda vez, entregara en adopción a su hija hace más de 20 años. Varios miembros de su familia desconocían este hecho. «Me estoy enterando por las noticias internacionales», cuenta desde la ventana del primer piso –donde funciona un precario taller de costura– una asustada y nerviosa mujer, cuñada de Marina Luque Salca, hermana menor de la madre biológica de Chabelita. No da crédito. Y no es la única impresionada por la revelación. El barrio ha sufrido un pequeño terremoto y todos quieren saber. Pero Roxana no habla. El bullicio de la barriada se apaga cuando sale el tema de la niña, el de la adopción.

- Sobornos para hablar

Tienen sus vecinos demasiadas preguntas en el aire. «Nos están acosando con tanta cuestión. Hay coches parados, nos preguntan y llaman a la puerta desde bien temprano». La calle se agita por las voces: «No tenemos nada que ver con este asunto». Y la cosa se pone tan seria que incluso amenazan con ir a la Policía. La situación ha cogido por sorpresa a los trabajadores del barrio de Arequipa. Jamás vivieron un movimiento similar Según el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (ReNIEC), Roxana Luque junto a la de Arequipa registró una dirección en la urbanización Javier Prado del distrito limeño de San Borja. En la Superitendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) aparece también con otra dirección diferente, donde funciona el vídeo-bar Masttur, que abre a primera hora de la tarde y no cierra hasta el amanecer. Allí un hombre de 38 años asegura no conocerla y se queja de haber sido sobornado con dinero a cambio de localizar a la madre biológica de la hija de Pantoja. Increíble pero cierto. Sin embargo, algunas vecinas del bar confirman que han visto en ocasiones a Roxana por el local y que ese hombre es un familiar próximo. Sólo los más jóvenes son los que ofrecen alguna pista, escasa, pero confirman dónde vive Marina Luque: en la calle Yavari número 301, Zamácola, del distrito de Cerro Colorado (en Arequipa). Y a la vuelta reside la familia de su esposo. Ni rastro de ella. El negocio de internet que tiene, un locutorio, está cerrado desde hace días, al poco de publicarse sus entrevista en España. No se observa movimiento ni dentro ni fuera y la puerta está cerrada.

Tampoco ha acudido en los últimos días a su lugar de trabajo en el tradicional mercado de San Camilo de Arequipa. Allí Roxana solía llegar a primera hora de la mañana para vender sus frutas y verduras. Solía, porque hace días que no aparece por allí y el puesto está abandonado, cubierto con una manta de rafia azul. La pregunta está en boca de todos: ¿Cuándo volverá Roxana a dar la cara? Y, sobre todo, ¿cómo regresará y cuándo tras hablar en exclusiva para un programa de televisión? Y es que a nuestra protagonista la situación económica nunca le ha sido favorable, todo lo contrario. A duras penas la familia podía salir adelante, por eso algunas de sus compañeras del mercado se mostraban confusas al verla tan arreglada en las fotos de «Lecturas», bien maquillada y peinada. «No la reconocemos», dicen. Tras someterse al maquillaje y la peluquería la entre Chabelita y su madre biológica el parecido se acrecentaba, era impresionante. «Los rasgos físicos, de rostro, color de piel y contextura de cuerpo son realmente parecidos a sus primas, tías y familiares», comentan en el barrio.

En Perú hay quienes justifican la necesidad de Roxana de manifestar públicamente su deseo de abrazar de nuevo a Chabelita por el hecho de sentirse querida, un deseo acrecentado tras la pérdida de su hija mayor Patricia, que falleció trágicamente hace siete años, cuando había cumplido los 17, y que dejó en la familia un enorme vacío. En España, a estas alturas, el caso de la madre biológica de Chabelita se ha convertido en la comidilla del mundo del corazón, bien por cómo se ha hecho (vía exclusiva y sin haberlo hablado previamente con las directas perjudicadas, las dos Isabeles), además de por las consecuencias que pueda tener para la joven de 21 años, sin olvidar la parte legal del caso.

- Acciones legales

La reacción, como no podía ser de otra manera, no se ha hecho esperar en España y es la tonadillera quien intentaba ayer contrarreloj frenar la presencia de la madre biológica de su hija Chabelita. Los abogados de la artista preparaban un burofax para evitar la entrevista de Roxana Luque. El motivo no era otro que «un quebranto de los Derechos Fundamentales de las personas implicadas». Por si no fuera suficiente, pondrán en marcha una nueva estrategia tanto Isabel Pantoja como su hija al presentar demandas contra la publicación que editó la entrevista de Roxana Luque, así como contra ella. El momento elegido por la madre biológica de Chabelita para dar la cara y salir a la luz no podía haber sido peor elegido, pues la cantante atraviesa una situación personal bastante complicada. Tanto Kiko Rivera como Chabelita apoyan y arropan estos días, en los que ha salido de permiso y reside fuera del foco mediático, a su progenitora, para quien este culebrón que no ha hecho más que empezar se ha convertido en un nuevo frente abierto.