Moda

Un modelo llamado Tony Castro

La aparición del nieto del dictador entre el casting de modelos del desfile de Chanel en La Habana, le ha robado el protagonismo al otro rumor de estos días: ¿estamos ante el adiós de Karl Lagerfeld?

Antonio Castro, antes del desfile de Karl Lagerfeld
Antonio Castro, antes del desfile de Karl Lagerfeldlarazon

La aparición del nieto del dictador entre el casting de modelos del desfile de Chanel en La Habana, le ha robado el protagonismo al otro rumor de estos días: ¿estamos ante el adiós de Karl Lagerfeld?

Algunos de debieron pensar ayer que Batista había vuelto a la isla o que nunca se había marchado realmente. La cuestión es que la pasada noche, La Habana se transformó en un icono del lujo, la sofisticación y el buen gusto. Si la visita de Barack Obama se interpretó como el inicio de un nuevo proceso de apertura (no olvidemos tampoco las que realizaron los diferentes pontífices), la llegada del desfile Crucero 2016/2017 de Chanel (un día después de que el primero americano en 50 años atracara en la isla) se ha visto como la materialización de la revolución anunciada. Poco a poco se van derrumbando muros y seguro que la idolatrada Coco Chanel brinda allá donde esté por poder presumir de ser la primera en haber puesto una pica en Flandes (en el habanero Paseo del Prado, para ser más concretos) y simbolizar como nadie la nueva etapa cubana. En Twitter la casa, quizá jugando con los dobles sentidos, anunciaba así el desfile: «Entre dos estaciones, Chanel Crucero».

Icono del lujo

Pero no es en este caso el buen hacer de Karl Lagerfeld lo que más ha dado que hablar estos días. Si de por sí ya es noticia que un icono del lujo, el capitalismo y la clase propietaria (por usar un lenguaje castrista) escoja la bellísima capital como marco para presentar sus propuestas y que además esto sea visto con buenos ojos por parte del régimen, dos han sido los rumores que se comentaban entre bambalinas. Por una parte, y dentro de ese juego de tronos en el que vive inmerso el sector desde hace un tiempo, se murmuraba que éste sería el desfile de despedida del káiser (y todos apuntan a Hedi Slimane, que dejó recientemente Yves Saint Laurent, como su sucesor. Aunque a otros les gustaría que fuera Alber Elbaz, ex director de Lanvin). El primer desfile de la «maison» en Latinoamérica sería por tanto el último del hombre que lleva capitaneando Chanel desde hace tres décadas. Eso sí, se despediría dejando a la casa en la plataforma de despegue para conquistar el nuevo mercado a explotar: América Latina. Tras Estados Unidos y Asia, toca concentrar los esfuerzos en ese gigante lleno de recursos y con una clase alta ansiosa de gastar en moda.

El otro gran protagonista de la rumorología durante estos días tiene un apellido muy conocido en la isla: Castro. Tony, nieto de Fidel e hijo de Antonio Castro, médico y presidente de la Asociación de Béisbol de la isla, ha estado en boca de todos por ser uno de los posibles elegidos para conformar el selecto (y secreto) casting, donde sí se barruntaba que estarían el español Jon Kortajarena y el icónico Baptiste Giabiconi, además de Sebastien Jondeau, el jovencísimo Brad Koening y Gabriel Kane. Al cierre de esta edición, el desfile aún no había comenzado. Ésta no sería, sin embargo, la primera incursión del joven de 19 años en la moda. El nietísimo ya sabe lo que es este mundo: ha trabajado para editoriales que se realizan en la isla y participó en una sesión para el fotógrafo cubano Brian Canelles. Seguiría así los pasos de su tía Alina Fernández, hija extramatrimonial del dictador con Natividad Revuelta, que también trabajó como maniquí antes de huir de la isla.

Mercados emergentes

La colección crucero sirve a las casas de moda para ofrecer propuestas de transición entre una temporada y otra (pensadas para las clases adineradas que en pleno diciembre deciden irse unos días a climas tropicales, por ejemplo, a La Habana). En el caso de Chanel, sus propuestas han viajado por todo el mundo desde que en 2006 el restaurante Metrazur de Nueva York acogió el primer desfile. Así, las creaciones de crucero no se presentan en París sino que se aprovechan para conseguir impactos en mercados emergentes o de interés para la marca. Saint-Tropez o Venecia, Miami o Los Ángeles, Dubái, Singapur o Seúl, por todos estos lugares hemos visto desfilar los diseños del maestro alemán. ¿Terminará el viaje de Lagerfeld en La Habana?