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Una amistad millonaria

Tanto Lucía Bosé como su hijo Miguel poseían obras del malagueñode una relación que comenzó en 1958 en la plaza de toros de Arlés

Picasso juega con Miguel Bosé
Picasso juega con Miguel Bosélarazon

Pablo Ruiz Picasso y la familia Dominguín-Bosé mantuvieron una amistad que duró desde finales de los años 50 hasta la muerte del artista en 1973. Aunque ya existía admiración mutua anterior, el diestro y el malagueño fundieron su pasión por los toros en una amistad que se fraguó en 1958 en Arlés de la mano del escritor y cineasta Jean Cocteau. Después, e invitados por el pintor, el matrimonio formado por el torero y la actriz pasaron largas temporadas en su residencia La Californie en Cannes. La pasión de Picasso por el mundo de los niños se materializó en multitud de regalos que fue haciendo tanto a Luis Miguel y Lucía como a sus hijos Miguel y Lucía, y más tarde a la que llevaría su nombre, su ahijada Paola.

De esta relación de amistad y cercanía, la familia Dominguín Bosé llegó a conseguir decenas de obras en papel, cerámicas y collages con tiernas dedicatorias. Algunas fueron vendidas en 2008 por Lucía Bosé, en 40 lotes que subastó Christie’s en Londres y cuyos beneficios sirvieron para la creación y mantenimiento del Museo de Los Ángeles en Turégano, que tuvo que cerrar en 2007. Entre las obras más emblemáticas, por el valor humano que se desprende de ellas, está el «Retrato de Lucía Dominguín» (1961), que consiguió venderse por más de 26.000 euros, y que muestra a la hija mayor con cuatro años vestida de flamenca con la siguiente dedicatoria: «Domingo 15-1-61. Para mi novia Lucía. Pica- sso»; «La poupèe», el dibujo de una muñeca Mariquita Pérez, juguete que fascinaba a la pequeña; «Taureau aux quatre oreilles» (1962) («Toro con cuatro orejas»), que nació de una anécdota con Miguel Bosé, cuando llegó a casa muy ufano porque su padre había «cortado cuatro orejas» a un toro. Cuando Picasso intentó explicarle que solo podía tener dos, el niño le recordó que en algunas de sus pinturas había hasta cuatro ojos. Y, por el conflictivo dibujo que podría costarle un disgusto a Lucía Bosé dedicado a Reme, la cuidadora de los hijos del matrimonio, llamado «La chumbera» (1963), vendido por 198.607 euros.

También Miguel Bosé vendió objetos muy queridos para él y que fueron regalos de Picasso, como una increible colección de cerámica con la que consiguió 370.000 euros, que incluian el jarrón «Gros oiseau», pintado por el artista en 1953, «Plat aux oeufs», plato decorado con dos huevos y un tenedor (135.000 ), y otros con dibujos de un fauno, escenas taurinas y detalles costumbristas.