Premios Goya

Unos Goya en blanco y «Made in Spain»

Las actrices y estilistas apuestan por este color para la noche grande de nuestro cine, donde la moda española tiene su mejor escaparate

Las actrices Macarena Gómez, Paula Echevarría y Natalia de Molina posan en el «photocall» de ediciones anteriores de los Goya
Las actrices Macarena Gómez, Paula Echevarría y Natalia de Molina posan en el «photocall» de ediciones anteriores de los Goyalarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@14f05763

Las actrices y estilistas apuestan por este color para la noche grande de nuestro cine, donde la moda española tiene su mejor escaparate

Veremos si se cumplen las predicciones y las apuestas, pero todo parece indicar que los premios Goya de este año van a ser los más blancos de todos. Y no nos referimos a que vayan a dejar a un lado las críticas a la actualidad, sino a que los expertos apuntan a que será ese color el que arrase en la alfombra roja: «Tiene pinta de que el blanco va a ser la estrella», afirma la estilista Ana Capel, que viste esta noche a María León, Silvia Alonso, Belén López, Celia Freijeiro y la nominada a Actriz Revelación, Belén Cuesta. «Es una moda. Lo hemos visto en galas internacionales con críticas buenas. Y las actrices también se fijan en esas cosas. De hecho, dos de mis chicas van a ir vestidas de ese color y podrían haber sido más, pero tuve que decir basta», asegura Capel. «Es un color maravilloso que se ve muy bien en foto», asegura Víctor Blanco, que viste entre otras a la impecable Silvia Abascal. «El problema es que no es un tono fácil, puede generar inseguridades».

«Tener a una actriz con un vestido tuyo en la alfombra roja supone mostrar tu trabajo a un público muchísimo más amplio y con intereses diferentes», comenta la diseñadora Alicia Rueda, que este año, entre otras, vestirá a Leticia Dolera con un patrón «muy especial, lleno de líneas verticales, con un concepto arquitectónico y con aplicaciones bordadas florales y una golondrina que se convierte en un punto focal sobre el color azul tiza». Conseguir un trabajo así lleva meses de preparación. «Yo voy estudiando todo el año y pensando en los vestidos conforme veo desfiles y, en noviembre, me pongo a mover cosas y a tantear firmas», asegura Blanco. «Si visto a alguna nominada, por ejemplo, me gusta que partamos de cero», confiesa Capel: «Empezamos con la idea del traje unos dos meses antes. Voy apuntando ideas que me enamoran y luego pongo sobre la mesa los diseñadores que me interesan, ellas los suyos... y vamos descartando. En el caso de Belén, hemos optado por Nacho Aguayo para Pedro del Hierro».

Siguiendo la preferencia por lo español, Juanjo Oliva firmará los vestidos de María León y Antonia San Juan y Silvia Pérez Cruz, también nominada a Actriz Revelación, vestirá de Cortana. Pronovias hará lo propio con Amaya Salamanca: «Me permiten hacer propuestas sobre lo que me gustaría llevar y hacen que en todo momento me sienta cómoda», comenta la actriz a LA RAZÓN sobre su tándem con la firma catalana. La Academia incluso pone a disposición de los actores un «showroom» destinado a vestir con moda española la gala más importante del cine español. «A mí me gusta apostar por diseñadores nacionales», asegura Capel. «Creo que tenemos muy buena gente y que este evento es la mejor forma de que se vea». Los que no pasearán por allí serán los diseños de las marcas propiedad del grupo Puig: Carolina Herrera, Nina Ricci, Jean Paul Gaultier y Paco Rabanne. La empresa ha vetado la gala por disputas con su patrocinador principal, Saphir, condenada por competencia desleal e infracción de marca.

Pero, ¿cómo conseguir el vestido que más llame la atención? «Deben buscar algo elegante y chic, diferente y con toques clásicos. Los de cuerpo sirena suelen funcionar de maravilla», aconseja Blanco. Salamanca dice que, para ella, lo importante es «que me apetezca llevarlo, que sea distinto y que me dé seguridad», aunque admite que a la hora de las fotos se suele sentir inquieta: «Cada vestido tiene una forma distinta con la que posar para que salga más favorecido, pero la realidad es que siempre me pongo muy nerviosa y, al final, ¡se me acaba olvidando!»