Literatura

Boris Izaguirre: «La Reina Letizia es una mujer muy admirable que toma decisiones y se arriesga»

Boris Izaguirre: «La Reina Letizia es una mujer muy admirable que toma decisiones y se arriesga»
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Observador, valiente y discretamente llamativo. Boris Izaguirre es sobretodo un escritor que seduce a través de la literatura creando imágenes sugerentes que atrapan al lector. Su última novela, ‘Un jardín al norte’ está cosechando un “éxito inesperado”, según asegura el polifacético comunicador venezolano, basado en la historia de amor y en la arrolladora personalidad

de la espía británica, Rosalind Fox. Nos adentramos en la novela para descubrir, a través de ella, la trayectoria literaria de este master del entretenimiento. Sin lugar a dudas, Boris es un 10 en letras.

¿Qué hay de realidad y de ficción en ‘Un jardín al norte’?

Es la novela sobre Rosalind Fox. Son unas memorias muy maquilladas de una mujer claramente atormentada por el hecho que había tenido un protagonismo destacado en decisiones muy importantes del siglo XX, vinculadas también a nuestro país, pero nunca jamás se le reconoció su labor. Precisamente se murió sin reconocimiento y yo analizando su perfil y trayectoria pensé que podía hacer una gran novela con un gran personaje

-¿Qué le atrajo de su biografía?

Me atrajeron sus múltiples roles. Hay muchas mujeres dentro de este personaje. Ella primero tiene que ser hija, luego esposa, luego madre, luego amante, luego de pronto se descubre a sí misma y también se ve como una mujer que quiere ir hacia delante pero la sociedad le está poniendo constantemente obstáculos para que no lo haga. Es un ejemplo de una lucha femenina que lamentablemente suena a muy actual.

¿Cómo describe a Rosalind Fox?

Es un personaje femenino extraordinario porque era una mujer valiente, independiente, adelantada a su tiempo indiscutiblemente pero, sobre todo, una mujer que vio su trabajo como espía como una profesión.

Sin duda, una heroína...

Yo creo que es lo que otras mujeres han detectado en ella y yo me he guiado mucho por ese oído, ese instinto.

Si Rosalind Fox estuviese viva, ¿qué personaje de la actualidad podría encarnar?

Pienso que Rosalind Fox se hubiera visto reflejada en Margaret Thatcher. A lo mejor la propia Thatcher la conoció y le robó muchos detalles. Eso lo desconozco.

En su caso, ¿conoce a alguna Rosalind Foxque valore a nivel personal y profesional?

¡Amigas mías muchísimas! Aunque a nivel profesional creo que sería la Reina Letizia. Doña Letizia es una mujer muy admirable, con una historia personal increíble, que toma decisiones y se arriesga. En este momento está demostrando que es un soporte a la institución y por eso la apoyamos indiscutiblemente como Reina y porque forma un gran equipo con el Rey Felipe VI.

¿Qué quería transmitir con esta última novela? ¿En qué se diferencia del resto?

Esta novela no tiene nada que ver conmigo. No es una explicación de mi manera de ver el mundo, no es una reflexión de Latinoamérica, no es una visión de la actualidad... Es una obra literaria que mezcla una historia de amor y aventuras, una novela de entretenimiento. Yo creo que tiene todos los ingredientes para llegar a un público más amplio.

La competencia literaria está a flor de piel. ¿Con qué más argumentos convencería usted a los lectores potenciales?

Pues les diría que se lo van a pasar muy bien y que van aprender. Es evidente porque los personajes, tanto Rosalind Fox como Juan Luis Beigbeder atraviesan momentos históricos en su vida muy importantes. Precisamente, una de las cosas que más he disfrutado en la novela es en recrear la intimidad de la historia. Hay que leerse la novela como un gran entretenimiento

Volviendo a sus inicios. ¿Cuándo empezó su pasión por la escritura?

Tengo un recuerdo de mi infancia y es el de despertarme con el sonido de la máquina de escribir de mi padre que era crítico de cine. Mi padre me enseñó a escribir a máquina y poco a poco me contagié de su pasión.

¿Cómo ha evolucionado su manera de escribir?

Yo pienso que me he puesto menos peros. Ahora yo escribo para disfrutar aunque es inevitable sentir cierta angustia en el transcurso de la escritura de una obra porque estás atado a una historia que va evolucionando poco a poco hasta que empiezas a ver el final y la terminas. Con el tiempo he aprendido que se puede disfrutar del proceso y te das cuenta que es un aprendizaje.

Esa angustia que describe debe ser el miedo a la página en blanco...

Siempre existe ese miedo aunque la tecnología creo que ayuda mucho a evitarlo. Por ejemplo, si te quedas en blanco puedes coger el móvil, llamar a tus fuentes o tus contactos, puedes utilizar los buscadores online para informarte de algo al momento...

¿Y si la tecnología falla? ¿Cómo estimula su creatividad?

Pues me voy a nadar un poco o voy al gimnasio y desconecto. En la anterior novela, en ‘Villa Diamante’ tuve un momento ‘Forrest Gump’. Me bloquee y me levanté diciendo que tenía que correr. Empecé a correr y me ayudó a concentrarme de nuevo.

Lamentablemente a día de hoy la literatura pierde lectores y la televisión gana espectadores. ¿Qué opina de este cambio de tendencia?

Yo estoy en ambas cosas. Creo que si como escritor te diriges a los lectores conseguirías de nuevos. En mi caso, por ejemplo, es la apuesta que he intentado hacer con ‘Un jardín al norte’: he ido directamente a mi lector fiel y a nuevos públicos.

¿Qué papel tendría que jugar la lectura en el desarrollo de una persona?

Leer es esencial. Cuando me preguntan como he conseguido todo lo que tengo siempre contesto lo mismo: leyendo. Yo no fui a la universidad porque no pude ni tuve una buena vida académica pero siempre he leído muchísimo y he acumulado conocimientos e información que es muy importante para configurar el hombre en el que me he convertido hoy.

La comunicación del siglo XXI es más visual y viral que nunca. Lo sabe de buena tinta...

Lo sé aunque las novelas también pueden ser visuales, al menos las mías lo son. Para mí es importantísimo describir las personas, el sitio, el tiempo, la situación, la emoción, el color que tenga la emoción, la textura del traje que lleva puesto un personaje... Tienes que construir imágenes y saber recrear escenarios para ganarse al lector.

¿Cómo encaja las críticas?

Las encajo bien. Las leo y les doy la importancia que hay que darlas. Las críticas no me afectan demasiado porque soy hijo de un crítico y sé cómo se hacen y cómo se construyen. Lo he estado viendo todos los días. De hecho he aprendido a escribir bien viendo a mi padre hacer las críticas. En este momento me siento muy valiente. He tomado decisiones muy valientes en toda mi vida y sé que dispongo de este valor.

Como profesional de los medios, ¿qué es para usted un buen ‘influencer’?

Es una persona que te otorga una solución. Tú puedes criticar pero tienes que dar a la vez una mejora de la situación, según tu criterio. Lo que consideres que no está correcto y como puede enderezarse.

¿Cuáles son sus retos de futuro?

Ahora mismo no consigo desprenderme todo lo que quisiera de Rosalind Fox. No esperaba una acogida tan grande del libro. El éxito de ‘Un jardín al norte’ me ha dejado de momento parado.

¿Algún otro sueño?

¡Me encantaría estar en la lista de los mejores vestidos! -se ríe-. Antes me vestía con ganas de dejar al mundo boca abierto pero ahora me visto pensando lo mismo pero en clave elegante.