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Oriol Elcacho: Pasarela con sabor a Terruño

Modelo

Oriol Elcacho: Pasarela con sabor a Terruño
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Con el arroz entre ceja y ceja, confiesa que delante de una sartén «sale bien del paso». Fuera de la cocina se ha lanzado al mundo del vino

Con el arroz entre ceja y ceja, confiesa que delante de una sartén «sale bien del paso». Fuera de la cocina se ha lanzado al mundo del vino

Su Selfierreceta

Ensaladilla rusa de la huerta del tío Miguel

Ingredientes:

-2 patatas nuevas cortadas irregularmente-2 zanahorias cortadas a dados y 1 rallada en finas tiras-1/2 pimiento rojo-Aceitunas rellenas-Judías verdes-Ventresca de atún en conserva-Mahonesa casera-Sal-Tomates cherry-Picos de pan, para acompañar

Elaboración:

-Se cuecen todas las verduras y se dejan enfriar. Después se les añade la ventresca desmigada, las aceitunas, la sal al gusto y la mahonesa. Se decora con tomatitos cherry y algunas aceitunas.

Desconozco si 97-77-92 son las medidas del hombre perfecto, pero ésas son las del modelo internacional Oriol Elcacho, que tampoco debe andar muy lejos del prototipo ideal. A sus 20 años, el catalán comenzó a viajar por el mundo y no tuvo más remedio «que espabilar». En la vida... y en los fogones: «Soy un cocinero que sabe salir bien del paso, guiso sano y sé escoger los productos. Soy más bien autodidacta por necesidad y, aunque me gusta la cocina, me inclino por los platos fríos porque no tengo mucha paciencia», dice Elcacho.

Recientemente, Oriol ha decidido involucrarse de lleno en una de sus pasiones, el vino. «No lo hago por ningún tipo de tradición familiar, ha surgido y me he embarcado con Josep Borrás, mi amigo, en el proyecto de la Bodega Mas de les Vinyes. Mi socio sí viene de familia de viticultores, principalmente de su padre, Emilio Borrás, que es enólogo. Ellos me han contagiado la pasión por el vino y por la tierra del Montsant». Su primer vino tinto se llama Traca i Mocador, en castellano, «para quitarse el sombrero». Y ante lo que se lo quita Oriol, a la vez que pierde el sentido, es por «la comida mediterránea y el arroz. Ya sea en paella, con conejo, de pescado o de setas... Soy capaz de hacer muchos kilómetros por un buen arroz», apostilla.

Por otro lado, tiene la suerte de vivir con la modelo Davinia Pelegri, que aporta a la pareja ricas viandas familiares: «Para aprovisionar mi despensa recurro al huerto de la familia de mi chica en Lérida y allí me proveo de hortalizas recién cogidas, aunque lo que nunca puede faltar en mi casa es un saquito de arroz bomba del Delta del Ebro».

Como ambos viajan constantemente, no son de grandes compras en el mercado. «Hortalizas, melocotones de Lérida, algo de ventresca de atún y poco más, porque con los viajes se nos estropea la comida», desvela. Es modelo, sólo hay que verlo, pero eso no le impide comer de todo y, con éstas, procura huir de dietas y tendencias: «Sólo hay que estar informado, usar el sentido común y no hacer una montaña de ciertas modas. Me gusta la comida sana y el buen producto, por ejemplo, los guisos de carne y patatas que me hacía mi abuela Lola, algo sencillo y sabroso».

Su vida es glamurosa y su entorno profesional está rodeado del mayor lujo, de ahí que las cosas sencillas sean las más apreciadas por Oriol. «Un sencillo jamón cortado por mi tío Miguel, que tenía una charcutería ‘‘delicatessen’’ y con sus manos hacía que esos cortes de jamón fuesen mantequilla en la boca. Mis amigos se volvían locos». No es para menos.

Con la cocina sana siempre presente, Elcacho se atreve con todo; así, dice que lo más extraño que ha probado fue en Japón: «Comí pasta de raíz de wasabi rallada y pude ver que no es esa pasta verde a la que nos tienen acostumbrados aquí». Y hablando de lo más rico vuelve a tirar hacia su pasión, «quizá es el arroz con espardeñas, el llamado “pepino de mar”, en el Petit Comité del cocinero Nandu Jubany».

Mi restaurante favorito

«El Monvínic, en Barcelona, por su espectacular interiorismo, su alta cocina y por ser un centro de referencia de estudio de la cultura del vino».