Política

Juan Manuel Moreno Bonilla: «El voto te lo prestan y hay que luchar por conservarlo»

Juan Manuel Moreno Bonilla / Político. Se confiesa un apasionado de Andalucía. Nieto de jornaleros, malagueño nacido en Barcelona, probó la victoria tras las últimas elecciones y ahora sigue trabajando por el cambio como líder de la oposición andaluza

Juan Manuel Moreno Bonilla
Juan Manuel Moreno Bonillalarazon

Se confiesa un apasionado de Andalucía. Nieto de jornaleros, malagueño nacido en Barcelona, probó la victoria tras las últimas elecciones y ahora sigue trabajando por el cambio como líder de la oposición andaluza

Cuando era presidente de Nuevas Generaciones, Juan Manuel Moreno Bonilla le torció el brazo al sector derecho del PP y logró que Aznar suprimiese el servicio militar obligatorio; una pequeña hazaña, sí, pero una minucia comparada con la misión que tiene encomendada ahora: desmontar el sempiterno Gobierno socialista de la Junta de Andalucía. El primer paso fue su victoria el 27-J. Y como queda mucho por andar, antes quería «pasar unos días en la playa porque el año ha sido agotador». Ya está otra vez metido en harina. Juanma, desmontando a un régimen.

–Dice la Biblia: es más difícil que a un malagueño lo reciban bien en Sevilla que que pase un camello por el ojo de una aguja.

–Todos los localismos son ridículos y deben ser superados. A mí, desde luego, me han recibido muy bien en Sevilla, pero detrás de la broma hay un trasfondo político: el centralismo de la Junta, que lleva 35 años sin entender las especificidades de una tierra tan diversa como Andalucía.

–¿Cómo está Paco, el portero del bloque donde vivía de niño? Recuerdo que era su principal seguidor.

–Está fenomenal. Yo le auguraba que se quedaría calvo, pero el tío tiene todo su pelo. Es una persona entrañable, sabia, siempre dispuesta a ayudar. Encarna la sabiduría popular de los andaluces y, para un político, es fundamental no perder el contacto con la calle. Hay que hablar con todos los Pacos posibles para que te digan cuáles son las cosas que les preocupan o qué puedes mejorar en tu partido.

–Muy pocos españoles saben que estamos ante uno de los responsables de la desaparición de la mili obligatoria.

–Eso fue hace veinte años. Teníamos claro que el modelo de ejércitos de reemplazo estaba obsoleto, como así se ha demostrado, y le planteamos la supresión del servicio militar a Aznar con una campaña muy divertida: ¡Rompan filas! A pesar de la oposición frontal de las bases del PP y de cuadros muy importantes del partido, se terminó la mili.

–Llegó hace algo más de dos años, siendo casi un desconocido, para liderar al partido de Arenas, Teófila, De la Torre, Zoido... ¿Le ha dejado de hablar a quien le propuso para el cargo?

–Hombre, tanto como para dejarle de hablar... pero es verdad que en estos veintiocho meses he trabajado más horas que en toda mi vida. Andalucía son ocho provincias, más de mil kilómetros de litoral y la única comunidad de España que tiene un vuelo interno, el Almería-Sevilla. Pero el PP andaluz tiene a gente de mucho peso y mucha valía que facilita la labor de cualquiera.

–Señor ganador de elecciones en feudo ajeno, ¿qué es el carisma?

–El carisma, a veces, se tiende a confundir con el éxito y no es exactamente así. Alguien que no tiene buenos resultados,pero los tiene un día y de repente, se convierte en carismático siendo la misma persona que la víspera. Yo creo que el carisma tiene que ver con otras muchas cosas: por ejemplo, con la capacidad para hacer que un mensaje cale y para entusiasmar a mucha gente.

–La victoria sabe a...

–A gloria. Al principio, a alegría y satisfacción por haber alcanzado una meta, pero también a responsabilidad para consolidar esos resultados, porque eres conscientes de que los votos te los prestan los ciudadanos y hay que luchar por conservarlos todos los días, no sólo durante la campaña.

–Y la victoria deja sed de...

–De más. De conseguir que Andalucía deje de ser la única comunidad autónoma de España en la que no ha habido alternancia en el poder desde 1978.

–Contando la época preautonómica, el PSOE gobierna Andalucía desde hace 38 años, ¿usted llamaría a eso régimen?

–La palabra régimen es inexacta porque el PSOE gobierna gracias a los votos de los ciudadanos. Ahora bien, ha construido una red clientelar inmensa que le permite controlar todos los resortes de poder de la región, de modo que es el territorio donde se pelea en las elecciones en más desigualdad de condiciones. El PP lucha en Andalucía con una maquinaria perfectamente engrasada que no está al servicio de los ciudadanos, sino al servicio de un partido.

–Se vota pero, ¿la democracia andaluza es de calidad?

–La democracia andaluza está pervertida y, desde luego, esa falta de alternancia es una anomalía. Los tribunales han demostrado que los ERE, y veremos también si los cursos de formación, han constituido un gran fraude a los andaluces. Encaminado a que se enriquezcan ilegítimamente algunos pero también encaminado a alimentar esa red que luego se traduce en votos.

–Hace 30 años que España ingresó en la UE y los diferenciales económicos con respecto a la media europea de Andalucía se han ensanchado. ¿Cómo es posible?

–Es triste que haya indicadores en Andalucía, como la tasa de desempleo, en que estemos peor que en la época preautonómica. Estamos a la cola de Europa a pesar de que se han ingresado 80.000 millones en fondos europeos y otros tantos con cargo a la cooperación, una cantidad de dinero inimaginable a la que a menudo se ha dado un uso pésimo. Pese a ello, somos la única región de España que no se ha acercado a Europa. Al contrario, estamos más lejos que en 1986.

–Muchos votantes del PP en Andalucía tienen la impresión de que su partido no le afea a la Junta su corrupción para no escuchar reproches parecidos.

–Los casos de corrupción en el Partido Popular nos avergüenzan y nos duelen. Están ahí, hay que reconocerlo, pero eso no ha sido obstáculo para que el PP andaluz haya dedicado un montón de recursos para investigar la corrupción de la Junta. No hay más que ver el diario de sesiones del Parlamento para comprobarlo: somos de largo el grupo que más iniciativas ha presentado para esclarecer posibles irregularidades.

–Sin personalizar en partido alguno, ¿le parece edificante el espectáculo de la política española de diciembre a estar parte?

–En absoluto. Estoy de acuerdo en no personalizar porque cada cual tiene su responsabilidad y el resultado es que la gente se cabrea, descree y tiende a alejarse de la actividad política. Vamos a llegar casi a los 300 días sin Gobierno, es un desprestigio y es agotador.

–Ya hay manuales de psicología que definen a la bipolaridad como el comportamiento de Ciudadanos con los gobiernos de Andalucía y Madrid.

–No sé si llamarlo bipolaridad pero, sin duda, existen dos varas de medir. Lo que en un sitio son dificultades y bloqueo, en el otro es un cheque en blanco. Después de más de un año de legislatura, Ciudadanos en Andalucía no ha pedido ni una sola auditoría externa de empresas públicas u organismos que pueden estar incurriendo en irregularidades ni han propiciado el menor cambio en un partido que lleva casi cuarenta años gobernando.

–En todo caso, ¿no le parece un poco errado darle tan duro al único partido dispuesto a pactar con ustedes?

–No creo que sea dureza, es contar una realidad. A lo mejor, muchos problemas de los andaluces se resolverían aclarando dónde están los cientos de millones de euros evaporados con los ERE. Pero no sé si Ciudadanos pretende enterarse.

–Como hijo de autónomo, ¿qué le parece la política fiscal de Montoro?

–Reivindico a los autónomos porque son las personas más sacrificadas del país. Ellos y sus familias. Cuando mi padre estaba malo, mi madre o yo mismo teníamos que abrir la tienda. Quien no ha vivido eso, jamás lo comprenderá, y por eso soy consciente de que la política fiscal con respecto a los autónomos es mejorable. Ahora bien, sería injusto no reconocer que en la pasada legislatura se avanzó bastante. Pero nunca es suficiente, hay que seguir.

–Celia Villalobos... ¿Por qué?

–(Por primera vez, responde sin mirar al entrevistador y tapándose la boca con la mano). Fue la persona que abrió la puerta a las victorias del PP en Málaga y siempre ha aceptado con disciplina las decisiones del partido, le haya tocado estar en un puesto u otro.

–¿Cuánto hace que no le hacían una entrevista sin nombrar a Susana Díaz?

–Uy, ni me acuerdo, y hoy casi lo hemos conseguido. Es normal, ella es la presidenta andaluza y yo soy el jefe de la oposición... Reconozco que como rival política es durísima, muy buena en el regate corto y sabe hacer populismo. Como gestora, sin embargo, es pésima: poco ambiciosa y corta de miras.

¿Mar o montaña?

El verano le ha dado un tiempo de descanso, no mucho, que nunca lo es, pero sí suficiente. Y posa con la montaña de fondo, a donde a buen seguro no le importará refugiarse en días de tanto calor. En su tiempo de asueto consulta su dispositivo móvil y desde allí lee los periódicos. «He seguido LA RAZÓN desde su fundación y lo considero de referencia en España, donde la Prensa es variada y plural. Me preocupa que se lean menos periódicos en nuestro país. Es un mal síntoma y una mala cosa para la democracia», declara.