Actores

Marta Hazas: «Yo no me incluyo en ese ‘‘nosotros los actores’’»

Marta Hazas / Actriz. Interpreta a la inconformista y ambiciosa Clara Montesinos en la serie «Velvet», que afronta su cuarta y última temporada. Reconoce que ha llegado a la profesión en «tiempos del ‘‘low cost’’» y desmiente los sueldos millonarios de la televisión. La veremos casada este año, aunque aún no tiene fecha cerrada

Marta Hazas
Marta Hazaslarazon

Interpreta a la inconformista y ambiciosa Clara Montesinos en la serie «Velvet», que afronta su cuarta y última temporada. Reconoce que ha llegado a la profesión en «tiempos del ‘‘low cost’’» y desmiente los sueldos millonarios de la televisión. La veremos casada este año, aunque aún no tiene fecha cerrada

Marta Hazas ya apura los detalles para dar el sí quiero a su pareja desde hace cinco años, el también actor Javier Veiga. Será en Santander, durante una ceremonia sencilla por lo civil. Esta guapa mujer estudió Periodismo, pero enseguida le picó el gusanillo de los escenarios y decidió formarse como actriz en la escuela de Cristina Rota, de donde tantas estrellas nacionales han surgido. Nació en la capital de Cantabria al filo de terminar un año y comenzar el otro, un 31 de diciembre de 1977. Dice sentirse afortunada en tiempos de crisis y, aunque en la profesión se cobren sueldos «low cost», a ella, por suerte y también por tenacidad, no le falta trabajo. Además, de los 11 años que lleva viviendo en Madrid, los ocho últimos, los de la crisis, son los que lleva trabajando como interprete. «He llegado con el ‘‘low cost’’ y, como no conozco otra cosa, pues para mí el estado de crisis es lo normal», afirma.

–¿Qué es lo que nunca le han preguntado y le apetece mucho contestar?

–Pues no lo sé. ¿Sabes una cosa? Que lo que me gustaría no quiero que me lo pregunten porque tampoco quiero que se publique.

–¿Por preservarlas?

–No. Es para no contestar en caliente.

–¿Cuando vuelve a su tierra qué es lo primero que hace?

–Generalmente, coger a mi perro, que vive allí, y darnos una vuelta cerca del mar porque necesito verlo. En Madrid lo echo muchísimo de menos; y luego, por supuesto, comerme unas rabas.

–Alguna vez acabará «Velvet», ¿se encuentra preparada para que eso ocurra?

–No sé cuándo pasará, pero a mí me encantaría continuar en Bambú porque es una productora que me encanta y todos los proyectos nuevos son bienvenidos, porque yo lo que no quiero es parar.

–¿Hay algo seguro?

–Seguro tengo que vuelvo al teatro, concretamente estrenamos una comedia en noviembre en el Reina Victoria. Arrancaremos en Madrid y luego tendremos «bolos» por toda España.

–Entiendo entonces que este verano se va a quedar sin vacaciones...

–Pues sí, porque en julio grabamos los capítulos de «Velvet» y en agosto comenzamos los ensayos de la comedia que estreno en noviembre. Alguna escapada seguro que hago, pero será muy corta, veré el mar, cogeré fuerzas y regresaré, pero yo estoy feliz teniendo trabajo.

–¿«Velvet» ha sido su trampolín mediático?

–Estoy recogiendo todo lo que he sembrado, y si no hubiera existido antes «Bandolera», «Gran Hotel» y «El internado» no hubiera sido igual el personaje de Clara. Es la suma de una trayectoria y, posiblemente, no habría sabido hacer un papel así sin los trabajos anteriores.

–Como ya le ha ocurrido antes a otros tantos actores, ¿no le pica la curiosidad de ponerse al otro lado de la cámara?

–Reconozco que tengo un poquito de inquietud por ello, me gusta, pero voy a esperar a que se harten de mí cuando estoy delante.

–¿Quizá se atrevería para abrir boca con un corto como ya han hecho Penélope Cruz o Leticia Dolera?

–Bueno, no me apetece tanto hacerlo. Me gusta dirigir actores aunque no sea estar detrás de la cámara, sino entre bambalinas, en el teatro. Un corto no es lo que más me apetece. Digamos que esperaré a tener una historia buena, y entonces, será cuando lo haré.

–Entre ensayos y grabaciones, prepara su boda. ¿Hay fecha?

–No, no hay fecha fija y no lo he dicho porque sinceramente no lo sé. Tenemos una idea de qué meses podrían ser, como octubre, pero no un día fijado. Yo no he anunciado mi enlace, es que os enteráis de todo. No era ningún secreto, pero...

–¿Hubo pedida tradicional con rodilla en el suelo?

–Digamos que hubo una muy bonita, personal e intransferible, y no fue ni en Madrid ni en Santander. Javi hace unas pedidas de mano tan buenas... Claro, como es también guionista...

–¿Conquista por sus buenas dotes en la vitrocerámica?

–No, no cocino, soy muy buena gourmet. Guisan por mí. La verdad es que mi chico cocina muy bien.

–No siguen entonces el rol tradicional.

–Para nosotros no es un intercambio de papeles, ya no me ha tocado esa generación de los roles. Nosotros no lo vemos como un intercambio de papeles, cada uno hace lo que se le da bien. Yo, por ejemplo, manejo los aparatos de electrónica. Las mujeres hemos evolucionado y no estamos todo el día blandiendo una espada cada vez que nos abren una puerta o nos ceden el paso o si, por ejemplo, voy con un señor con el que estoy trabajando no tengo necesidad de que me abra una puerta, pero si voy con mi chico y me abre la puerta y me deja pasar o si tengo frío y me presta su chaqueta pues me parece muy bien y que de pronto alguien me diga guapa cuando voy por la calle pues también.

–¿Ha votado en las elecciones o es del club de los desencantados?

–Claro que voto, para opinar hay que votar. Me preocupa que seamos tan conformistas todo y lo digo en general y yo me incluyo, pero es verdad que hay un cansancio generalizado.

–Los actores suelen ser reivindicativos.

–¿Pero nosotros, quiénes?, yo es que no me considero «nosotros los actores». Yo soy Marta y no me meto en los circuitos de los actores a los que usted se refiere, ni en otros tampoco. Yo prefiero que la gente se crea mis personajes y cuanto menos sepan sobre lo que pienso o lo que hago, mucho mejor.

–¿Manifiesta sus opiniones?

–Claro, con mis amigos y mi gente, pero me gusta mantener el misterio. Por ejemplo, ahora cuando veo a un amigo en el teatro, hay cosas que digo «esto es muy suyo» y me cuesta más meterme en el papel. Me gusta el misterio.

–¿Cuando le piden firmar un manifiesto la ponen en el brete de manifestarse?

–Pero no es un brete porque cada uno ya sabe a quién dirigirse y si se refiere a los actores de los que tanto se habla, los llamados «de la ceja», al final los pobres han sido los chivos expiatorios de un montón de cosas y no son así, no son «si estás conmigo o contra mí». Son gente que tienen unas ideas muy claras y luchan por ellas y no te ponen en un brete.

–¿Qué le pareció que la Reina Letizia apareciera en el rodaje de «Isabel» a saludar a los actores, a Jorge Sanz y Penélope Cruz?

–Pues la verdad, es que no opino sobre eso. Ni me pareció bien ni me pareció mal. Si son amigas y se conocen pues muy bien, que vaya a verla. Si yo fuera la Reina iría a muchos más sitios y haría lo que me diera la gana.

–¿También se pondría los pantalones rotos y la camiseta para salir fuera del horario laboral?

–Uy, no lo dudes. Si fuera la Reina haría lo que me diera la gana y saldría a la calle con un loro en la cabeza si quisiera.

–Marilyn se ponía nº5 de Chanel para dormir, ¿usted para salir qué se pone?

–Ella se dormía oliendo a Chanel y yo siempre llevo en mi bolso una barra peach, melocotón, de MAC, que hace juego con el colorete que también es de MAC y de color melocotón. Marilyn se lo ponía para dormir y yo no me pinto los labios para dormir, pero siempre me gusta llevar los labios de ese color.

¿Mao o montaña?

El rodaje de «Velvet» y los proyectos teatrales de la temporada que viene la tienen sin vacaciones. Pero una escapadita a la playa no se la quita nadie. «Para coger fuerzas», dice Hazas.