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Ruth Beitia: «Revilla no me saluda desde que entré en la política»

Atleta de cuna y política por convicción. A sus 36 años es la mayor opción de medalla de España en el Mundial

Ruth Beitia: «Revilla no me saluda desde que entré en la política»
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Ruth Beitia no para. Es atleta, seguramente la mejor de la historia de España, y política del PP en el Parlamento cántabro. Por el camino también estudió Fisioterapia. A sus 36 años la vida le dio una segunda oportunidad que no ha desaprovechado: en 2012 dijo que se retiraba, volvió meses después y a partir de ahí ha obtenido los mejores resultados de su carrera, que espera seguir ampliando en el cercano Mundial de Pekín o en los Juegos de Río 2016. En política, ha pasado del Gobierno a la oposición.

–¿Recuerda su primer salto?

–No recuerdo esa primera vez, sería en escolares. Tengo los récords de Cantabria desde categoría inferior y me parece que el primero de benjamines es 1,27, así que imagínate (su plusmarca nacional actual es 2,02). Soy la quinta de cinco hermanos y fue muy fácil elegir el deporte que quería hacer porque me he criado en una pista de atletismo. Empecé haciendo cross con 6 años, y con 11, a trabajar con Ramón Torralbo, mi entrenador actual. Es mi 50 por ciento, fue él el que me enseñó las disciplinas del salto. Cuando me preguntan por qué elegí la altura siempre digo que fue al revés, que ella me eligió a mí.

–El atletismo le viene de cuna, ¿y la política?

–De la confianza de las personas que tengo en Cantabria, del que fue presidente y ahora es secretario general de mi partido, Ignacio Diego. Hace nueve años quiso que entrase en política, en la ejecutiva del partido, para hablar de deporte y me gustó mucho. Era otra forma de representar a los cántabros. En la anterior legislatura me dijo que si quería ir con él en las listas para ser diputada en Cantabria, lo barajé como hago siempre con mi familia y con mi entrenador y me dijeron que adelante. Además, las áreas que llevo, que han sido deportes, discapacidad, mujer, juventud, cooperación... me llenan muchísimo. Tuve la oportunidad en la anterior legislatura de ser la secretaria primera de la Mesa del Parlamento de Cantabria. Ha sido una legislatura difícil porque atravesamos la crisis y supimos al menos encauzar la situación para ir saliendo poco a poco. Fueron cuatro años intensos de trabajo.

–No es una profesión que ahora tenga muy buena fama...

–Es verdad que el maestro, el cura y el político, que eran como las tres figuras respetables de la sociedad, tienen menos fuerza. En el caso de los políticos, tenemos que recuperar esa confianza de la gente porque la hemos perdido, y lo hemos hecho con razón, porque ha habido muchísimos casos de corrupción. Creo que es como el dopaje en el deporte: aunque hay que tener en cuenta la presunción de inocencia, se debe atajar desde el minuto cero. Tenemos que ser gente respetable, que dé ejemplo.

–¿Qué es ser política?

–Para mí es hablar con la gente, escucharla, no oírla, que es muy distinto. Ésa es la primera lección que aprendí. Me encanta el tú a tú, tener siempre mi despacho abierto para cualquier persona, y me gusta que la gente por la calle me cuente sus inquietudes. Es bonito poder ayudar y como gestores y representantes de los ciudadanos es lo que debemos hacer.

–¿Es la política lo que esperaba?

–Sí, porque me ha tocado un sector bonito. En el mundo de la discapacidad hemos hecho un trabajo increíble. En Cantabria fuimos el Parlamento autonómico que por primera vez hizo una comisión de permanencia de discapacidad y por muy poquito no nos dio tiempo a hacer una ley de discapacidad para adaptar a la convención internacional de la ONU, pero es un trabajo que habrá que pedir ahora desde la oposición, para que los discapacitados tengan sus derechos y sus deberes. Respecto al deporte había una problemática: que las niñas en sexto de Primaria abandonaban la actividad deportiva; y nos preocupamos por reunir a las deportistas de élite de Cantabria para ir por los colegios contando nuestras experiencias, decirles que no habíamos dejado de hacer muchas cosas por el deporte, sino que somos personas normales con una vida al final más plena porque nos dio la oportunidad de viajar, de tener valores... Por ese proyecto nos felicitaron desde Bruselas.

–¿Le preocupa lo que suceda el 27-S en Cataluña?

–Me duele en lo más profundo de mi ser, porque me encanta Cataluña; he entrenado muchísimas veces en el CAR de San Cugat desde pequeña. Entiendo que habrá gente que quiera la independencia, otras que no, pero las personas que se sienten españolas no tienen que estar viviendo este tira y afloja, esta tensión. No es correcto, hemos nacido en territorio español, somos españoles y tenemos que trabajar todos juntos.

–¿Y los nuevos partidos?

–Me parece que si la gente los elige está bien. Hay que hacer un consenso y tener distintos puntos de vista dentro de la política, pero, bueno, creo que las autonómicas han dejado un poco al descubierto cómo son estos grupos políticos nuevos y se está haciendo como una especie de experimento sociológico respecto a la política. Me parece bien, hay que dar nuevos puntos de vista, además son gente con ganas. A ver qué pasa, creo que es muy nuevo todo para poder hacer todavía una valoración.

–¿Qué le preocupa más, el Mundial o las elecciones generales?

–Paso a paso, cada una tiene su importancia. Por supuesto que me preocupa el futuro de España, cómo no, y las elecciones, pero ahora estoy centrada en el Mundial. Luego habrá que ponerse fuertes con la campaña.

–¿Cómo llega a Pekín?

–Llevamos todo el año entrenando fuerte para que el pico de forma sea la gran competición del año. Llego bien, con ilusión y ganas, y eso es buenísimo.

–¿Puede superar los 2,03?

–Los tengo en mente, claro. Cada noche me acuesto con la sensación de que lo puedo hacer y me levanto con la ilusión de que lo puedo conseguir.

–Por cierto, ¿cómo se lleva con Miguel Ángel Revilla?

–No me llevo, sin más. Pienso que lo único que ha querido es ser presidente del Gobierno cántabro, le ha dado igual todo. Me parece que en las cadenas tiene todas las fórmulas mágicas y cuando entra al gobierno no tiene tantas, está todo un poco como paralizado... No me parece que sea el político más adecuado para ser el presidente de Cantabria. Y a nivel personal, no me saluda desde que entré en política.