Cibeles Fashion Week

Esta pasarela es una ruina

Esta pasarela es una ruina
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En las 65 ediciones de Cibeles, algunos que en su momento se vendieron como reyes de la moda resultaron o bien un fiasco porque acabaron viviendo de las subvenciones o no encontraron apoyo suficiente en un sector que no apostó por ellos.

En las 65 ediciones de Cibeles, algunos que en su momento se vendieron como reyes de la moda resultaron o bien un fiasco porque acabaron viviendo de las subvenciones o no encontraron apoyo suficiente en un sector que no apostó por ellos. La industria de nuestra moda representa el 2,8% del PIB español y supone el 4,3% del empleo nacional. La bicefalia entre Madrid y Barcelona no ha ayudado nada al eco y a la consolidación de los diseñadores. Del primer desfile de esta pasarela que lleva 65 ediciones sólo han sobrevivido dos nombres: Roberto Verino y Ágatha Ruiz de la Prada. Nos ha faltado hacer «marca España». De entre los que desaparecieron de nuestros armarios, mencionar a Miguel Palacio, Alvarado, Victorio & Lucchino... Amaya Arzuaga ha cerrado líneas de negocio y quiere centrarse en la venta on-line. Otros, como Lemoniez, supieron reciclarse y han encontrado en otras

líneas su salvación

Victorio y Lucchino: de la moda a la decoración

La pareja sevillana debutó en Cibeles en los 90. Sus desfiles siempre creaban expectación mediática. Pudo ser el exceso de volantes o la sobredosis de lunares lo que les hizo decaer. Lo cierto es que sus problemas con Hacienda les ha puesto en la cima de la actualidad textil al conocerse hace unos días que han tenido que hacer una dación en pago del edificio sevillano que acogía su taller de costura. Licenciaron su nombre para fragancias, gafas y joyitas. Ahora lo intentan con la decoración.

Miguel Palacio, rumbo a México

De diseñador ocasional de la Reina Letizia ha pasado a la situación más dramática del mundo textil. Lo tuvo todo, pero algo falló. Cuando estaba al borde de la asfixia y de cerrar su atelier, le llegó un contrato para diseñar una colección cápsula para Hoss Intropia. Con ella desfiló en la MBFWM, pero después de un par de temporadas, la experiencia acabó en fracaso. Agobiado por las deudas, puso rumbo a México de donde ha regresado a Madrid aún peor.

Antonio Alvarado: escuelas de moda

Antonio Alvarado fue uno de los máximos protagonistas de La Movida y generó un caldo de cultivo creativo sin parangón. Era un imprescindible, pues lo mismo diseñaba un vestuario para un corto de Almodóvar que para una de las miles de estrellas musicales que actuaban en Rock Ola. Fue pionero en desfilar en Moda España y, con el cambio de siglo, fue apagándose hasta que su etiqueta desapareció. Ahora está vinculado con varias escuelas de moda.

Ángel Schlesser: fuera de la creación textil

El cántabro vendió hace un año el 75 por ciento de su firma a Óscar Areces, a través de la Corporación PRINOA. Conserva un 25 por ciento y un compromiso de vinculación con la marca por cinco años por prestación de servicios. Después de 27 desfilando en la pasarela madrileña no estuvo presente en la anterior edición de la MBFWM para saludar al final del carrusel. Las desavenencias con el actual propietario le han provocado que se aparte de la creación textil.

Antonio Pernas: vetado en Cibeles

Empezó a desfilar en Gaudí en 1989 y un año después en Cibeles. El modisto que en 1999, junto a Jesús del Pozo, Verino, Schlesser y Devota y Lomba movió los cimientos de la pasarela madrileña desapareció en 2007. Todo comienza cuando dos años antes vendió su firma al grupo Caramelo, que según Pernas, empieza a incumplir lo acordado, hasta que en 2007 prohíben a Caramelo desfilar en Cibeles. La marca ahora está libre de cargas y esperando ser relanzada.

Lydia Delgado: moda para sus clientas

Consiguió vivir entre las pasarelas de Barcelona y Madrid. Alguna vez vistió a Doña Letizia cuando era princesa. Ahora mantiene un taller pequeño que provee a su tienda de Barcelona con clientas de toda la vida. En Madrid y Mallorca hace ventas puntuales y practica lo que llaman «slow fashion». Su hija Miranda Makaroff sigue colaborando con ella con una línea que hacen codo con codo. En 1992 comenzó sus desfiles en Gaudí y Cibeles hasta 2010, cuando se retiró del «show».

Javier Larrainzar, hostelero en Marbella

El de Javier Larrainzar, al que le salieron los dientes viendo cómo su padre le cosía los trajes de chaqueta a medida al Rey Juan Carlos y puso su pequeño imperio en marcha, es otro caso de ruina. Media sociedad española se rendía ante sus trajes de chaqueta y cuando parecía que abría otra tienda más en el barrio de Salamanca de Madrid, anunciada a bombo y platillo, se supo de su suspensión de pagos. Ahora vive en Marbella dedicado a la hostelería.

Cobo y Azcona, imposible pero original

Las Vacas Flacas de Miriam Cobo y Carolina Azcona desfilaron desde 1993 hasta 1999. Su moda imposible pero original no estaba preparada para el consumo humano. Ellas se nutrían en los bazares de los chinos y en la tiendas del «Todo a cien». Realizaban sus prendas con guantes de fregar, paños de cocina y gorros de baño. Muy divertido aunque poco consistente, pero mientras existieron como firma de moda, fueron muy jaleadas por el respetable.