Andalucía

15.600 universitarios de fuera estudiarán gratis en Andalucía

Alumnos de otras comunidades tendrán bonificaciones mientras los 16.400 andaluces matriculados en el resto de España deberán pagar

El rector de la UCA y Arellano
El rector de la UCA y Arellanolarazon

El curso pasado 16.460 andaluces se fueron a estudiar a otras regiones de España. Algunos lo hicieron impulsados por la oferta; otros, ante la perspectiva de no poder cursar los estudios que deseaban al no alcanzarle la nota o por elección libre. Más allá de las motivaciones particulares, la decisión del Gobierno andaluz de bonificar al 99% las matrículas a partir del próximo curso supondrá un agravio para los universitarios andaluces que no estudian en su comunidad de origen. La mitad de los universitarios «exiliados» recaló en la Comunidad de Madrid, según las estadísticas oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) relativas al curso 2015/16. Ninguno tendrá matrícula gratis pero sí podrán optar a ella los 15.660 que estudiaron aquí y provienen de otras comunidades, siempre que aprueben sus asignaturas a la primera. Esto significa que familias que pagan sus impuestos en nuestra comunidad no se beneficiarán de la exención impulsada por la Junta y sí otras que tributan fuera.

La medida puede suponer también la vuelta al sistema de quienes abandonaron por falta de recursos económicos o ante la falta actual de expectativas laborales. Con esta variable debe contar la Consejería de Economía y Conocimiento en su estimación de coste de la bonificación anunciada. No en el próximo curso, pero sí a partir del siguiente podría comenzar a notarse, cuando se aplique la medida a nuevos alumnos. El «colchón» para quienes hasta ahora no podían disfrutar de beca –se va a bonificar un crédito por cada uno aprobado– es importante, teniendo en cuenta que un curso sale por unos 756 euros de media –el precio por crédito es de 12,62 para los grados y 13,68 euros en los másteres–. Los repetidores no tendrán ninguna compensación.

En este curso, los ingresos por másteres supusieron 17 millones de euros, que se reducirán a menos de la mitad –el coste por crédito se reduce de 29,57 euros a 13,68–. La Junta aportará en dos pagos esos nueve millones de diferencia, según establece el decreto de precios que aún se encuentra en fase de información pública. Las universidades se garantizan al menos hasta 2020 la percepción de 45,9 millones en total, de los que 36,9 corresponden a la estimación de la Consejería de Economía y Conocimiento sobre las bonificaciones de matrícula que tendrá que asumir. El cálculo inicial señalaba que tendría que aportar entre 25 y 30 millones extra. El proyecto de decreto de precios públicos pendiente de aprobación ha elevado la previsión hasta los 36,9 millones, incluyendo grados y másteres. En septiembre la cifra será más cercana a la realidad, aunque los estudiantes tendrán una última oportunidad en la convocatoria de diciembre para lograr la bonificación antes de tener que matricularse por segunda vez de la asignatura.

La universalidad de la gratuidad en las acreditaciones de idiomas queda pendiente. Las ayudas económicas en este caso solo atañen a los becarios del Ministerio: quienes no disfruten o hayan disfrutado de beca no tienen tampoco opción a recibir los 300 euros –como máximo– para afrontar los costes de adquirir la competencia exigida en una primera lengua extranjera para obtener el título de grado. La orden de 20 de junio sí contempla becar a alumnos que habiendo cumplido ese primer requisito quieran avanzar con un segundo idioma o examinarse de un nivel superior. El presupuesto es cerrado en este caso: la Consejería ha dispuesto 2,7 millones y no garantiza que todos los que tengan derecho reciban la ayuda –serían nueve mil beneficiarios calculando 300 euros por ayuda–.

En los últimos cinco años 37.276 estudiantes menos han ingresado en las universidades andaluzas, de los que veinte mil han sido solo en los dos últimos cursos. Las estadísticas oficiales señalan que en éste apenas se han superado los 201.000 alumnos, la cifra más baja de los últimos veinte años. En el dos mil había casi 272.000 estudiantes. El alumnado fue cayendo hasta el período de precrisis y en el 2009 se inició una vuelta a las aulas ante la incertidumbre de un mercado laboral que no ha comenzado a recuperarse hasta ahora, casi una década después. Las incorporaciones se mantuvieron hasta 2011, alcanzando los 238.550 alumnos. Desde entonces ha habido un continuo éxodo achacable en parte al coste, aunque las universidades señalan como causa principal la adaptación al Espacio Europeo, que fija en cuatro años la duración de las titulaciones.