Sevilla

Boda con la Esperanza de testigo

La Razón
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«¡Hola!» trae a su portada lo que le es más grato: una bella boda. En este caso es así. La novia, Yeyes Manzanares, hija y hermana de José María Manzanares padre e ídem hijo, que ejerció de padrino, pues el progenitor de ambos ya está fallecido. Ambos tienen el cartel de grandes figuras del toreo, al tiempo que toreros adoptados por la afición taurina sevillana como toreros de la tierra. Y ambos han tenido el mismo cariño por Sevilla. Manzanares padre venía mucho a esta tierra, tenía visita obligada a su Esperanza Macarena; y su hijo, igualmente. Tanto es así que la novia quiso que en altar de su boda, con la Esperanza nuestra de madre protectora presidiendo desde su altar mayor, estuviese el último traje de luces que se hizo el gran torero alicantino, y ofrecérselo a la Señora en uno de los días más importantes de su vida. Por cierto, el domingo les contaré que yo también he estado en el mismo lugar que los novios, y no precisamente por mi boda. Volvamos al casamiento. Con el pedigrí macareno de la familia, la novia nunca tuvo dudas, se casaría en la Basílica de la que son titulares Nuestra Señora del Santo Rosario, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de la Esperanza Macarena. He vuelto a dejar fuera de juego al novio, que es un apuesto deportista francés, Guillermo Cazeille. Los Manzanares nacen con el certificado de belleza garantizado, así que la novia estaba bellísima con un impresionante vestido de Rosa Clará. La ceremonia fue larga, pero de tanto esplendor que los invitados se dieron cuenta del tiempo transcurrido al terminar. Manuel Lombo, gran amigo, cantó en la misa maravillosamente y con los pellizcos flamencos que tanto gustan a los contrayentes. Se lo van a pasar muy bien con el desfile de invitados, que eran personas muy conocidas que además hicieron honor a los novios en cuanto a elegancia. Otro detalle más de la sevillanía de la nueva señora Cazeille: después de la cena no se abrió el baile con el clásico vals, ni con la cursi balada que algunos escogen para este momento porque con esa canción se dieron el primer beso. No, escogieron unas sevillanas bellísimas del gran Manuel Pareja Obregón. De corazón les deseo felicidad y que sus vidas sean un reflejo de tan mágica boda.