C’s acepta una bajada de mínimos del IRPF y se «olvida» de Sucesiones y Donaciones

Representantes de Ciudadanos y PSOE –con la consejera de Hacienda, María Jesús Montero, a la cabeza– se reunieron ayer en la Cámara autonómica en el marco de la comisión de seguimiento del pacto de investidura. La segunda reunión, por cierto, en casi medio año desde que ambas formaciones llegaran a un acuerdo programático para que Susana Díaz pudiera tomar los mandos de San Telmo. El resultado del encuentro lo deslizó Susana Díaz en una entrevista en Onda Cero antes incluso de que se produjera la reunión. El Gobierno andaluz accede a bajar el tramo autonómico del IRPF para el próximo año. Es una bajada de mínimos. De un 2 por ciento para los que ganen hasta 60.000 euros. Una de las 72 medidas pactadas por C’s y PSOE recogía la disminución de este tributo entre un 2 y un 3,5 por ciento. El techo marginal de IRPF –un 49 por ciento– sigue siendo, junto al catalán, el más elevado de toda España.

Ciudadanos llevaba varias semanas poniendo como condición «sine qua non» para aprobar el Presupuesto la bajada del tramo autonómico del IRPF. El líder regional de esta formación, Juan Marín, lanzó un ultimátum hace unos días. El tiempo se va acabando. El Consejo de Gobierno debe enviar el Proyecto de Ley a la Cámara el 31 de este mes como fecha tope. La relevancia que este asunto significa para Ciudadanos no se correspondió con la destreza en el manejo de los datos por parte de su máximo responsable. Marín confundió el impacto económico que la medida tendrá para cada tramo salarial con el número de beneficiarios. De tal modo que tuvo que ser la consejera de Hacienda la que aclarara el baile de cifras. Los 1.400 euros anuales que, según Marín, se iban a ahorrar los que ganaran 12.000 euros resulta que son muchos menos.

Montero señaló que para una persona que gane unos 13.000 euros y no tenga hijos, la bajada le supondrá 138 euros anuales. Para quien gane 21.000 y tenga un hijo, 120 euros. El 70 por ciento de los contribuyentes declara rentas por debajo de los 20.000 euros, por lo que la mayoría de la población apenas notará la bajada: en torno a diez euros al mes. La medida supone una merma global de 120 millones de euros que la Junta espera compensar con una coyuntura económica general más favorable. El PIB puede crecer en 2016 en torno al 3 por ciento –la Junta aclarará la previsión en las próximas semanas– y la recaudación tributaria ya ha subido en los primeros meses del año.

Ciudadanos y PSOE no se ponen de acuerdo, sin embargo, en el impacto global de la medida. Esto es, cuánto puede suponer en el engranaje económico si es que opera ese círculo virtuoso de bajada de impuestos, más dinero disponible y creación de empleo y riqueza. C’s habla de entre 3.500 y 4.000 millones de euros. Díaz ya ha dicho que esa estimación le parece en exceso optimista. La consejera de Hacienda trató de cortar el baile de cifras con las dispares estimaciones de los expertos. «Unos hablan de 4.000 y otros de mil millones. No se ponen de acuerdo», dijo.

Hay codazos entre C’s y PSOE para reclamar la paternidad de la iniciativa. Juan Marín trató de anotarse el tanto señalando que en 33 años el PSOE no ha accedido nunca a una bajada de impuestos propuesta por otro grupo: «Sé que al PSOE le duele mucho bajar los impuestos». El secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, habló de «camino de entendimiento». Lo cierto es que hace sólo unas semanas la titular de Hacienda dijo en comisión parlamentaria que la bajada del IRPF no era posible y que lo sería cuando el Gobierno «percibiera con fuerza» la recuperación económica. Ayer tuvo difícil argumentar el cambio de postura. Díaz propuso una comisión de expertos para abordar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones que C’s a nivel nacional aboga por eliminar para herencias de hasta un millón de euros. Andalucía recaudó 363 millones por este tributo en 2014. C’s deja claro que sólo con la bajada del IRPF no es suficiente para aceptar las cuentas.

La subida de 2010 queda intacta

Griñán acometió una fuerte subida de impuestos en 2010. La crisis produjo el desplome de la recaudación. Ese año se hundió hasta los 9.555 millones, frente a los 12.854 de 2009. Griñán creó nuevas figuras tributarias de gestión autonómica como el céntimo sanitario, el impuesto sobre las bolsas de basura o el canon de mejora del agua. Además subió el IRPF a los que ganaban más de 80.000 euros. Esto seguirá intacto.