Relaciones laborales

De nueve a dos

La Razón
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Una de las más novedosas técnicas de sangrado de la Junta consiste en obligar a los arrendadores de viviendas a depositar el importe del mes de fianza que paga el inquilino en uno de sus chiringuitos, la Dirección General de Alí Babá dependiente de la Consejería de Media en la Cabeza, o algo así. Mientras dure la relación entre dos ciudadanos adultos y en pleno uso de sus facultades, el dinero que uno le entrega como garantía al otro queda en manos de Leviatán, cuyos enchufados son tenidos como más capaces de manejar los fondos ajenos, al contrario que el contribuyente, tonto y por consiguiente indigno del derecho a la propiedad. Semejante rapiña, tan injusta, es el principal factor motivador para el alquiler opaco, entre otras cosas porque ni siquiera se lo ponen fácil al cumplidor. Una profesora de secundaria, excusarán la referencia doméstica, en trance de arrendar un piso se ve obligada a comprarle un día de asueto (80 eurazos de vellón) a su empresa porque los abnegados trabajadores que agarran la pasta y sellan el correspondiente recibo sólo atienden de 9 a 2. ¡Claro! Es más útil al interés general que hagan meditación zen en su casa durante media hora al día para eludir la orden del Tribunal Constitucional que ponerlos detrás del mostrador una tarde a la semana. No deberían estar contentos los funcionarios andaluces con el caramelo envenenado que les han endilgado sus jefes políticos: se profundiza en la sensación de que la administración autonómica es un gran caladero votantes cautivos y, de propina, también nos convierte (más) en el hazmerreír de España, esos vagos sin remedio que retuercen sentencias judiciales con tal de no currar lo que les toca. Y el vídeo reivindicador de nuestra laboriosidad, se lo pagan a una empresa madrileña.