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De oficio, sus portadas

La Razón
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Una nueva joven y bella mujer, hasta hace poco desconocida, da el gran salto y aparece en portada con el correspondiente reportaje. En este caso, de «superstar». Además, no en cualquier publicación, en el mismísimo «¡Hola!», que adelantó su salida al lunes como en las grandes ocasiones.

En este caso no ha sido modelo, lo que da un respiro a tantas chicas con ambiciones que no pasean por las pasarelas ni aparecen en ningún programa televisivo, porque los famosos jóvenes y ricos parece que tienen como ideal a la reinas de los desfiles. Se estarán preguntando a quién me refiero. Ya saben, ésta es la vieja técnica para que me sigan leyendo después de las dos primeras líneas.

Pero ha llegado el momento de darles el nombre de una de las personas que junto a unas doscientas más que han tenido «portadón» en el más de medio siglo que lleva tentándonos en los quioscos del mundo la citada revista. Ahora sí, la nueva «star» es ¡Georgina Rodríguez! Ya saben: joven, tipazo y otras virtudes que desconozco. Dependienta en una firma de lujo en Madrid, como en el antiguo cuplé de «la Montiel», «sirviendo barra y veladores», pero en fino. Un día aparece en el local un príncipe joven, guapo, con un cuerpo esculpido en los mejores gimnasios, ataviado desde la cabeza a los pies con las firmas más caras del planeta y un coche en la puerta que roza el millón de euros.

Además, con el encanto que da ese aire un tanto vulgar tirando a canalla. Su principado no es de ningún estado, es algo más reconocido en estos tiempos, aparte de infinitamente más rentable. Es alteza real del fútbol, será Rey cuando deje de meter goles, como ahora lo son Pele, Maradona y pocos más. Fue mirarse y producirse un chispazo que dejo sin luz la tienda. Después de hacer grandes compras, petición de teléfonos, cenas, salidas y noviazgo lleno de pasión, que se reconoce en un rápido embarazo.

Las catorce páginas que «¡Hola!» dedica a Georgina y a su hija vuelven a demostrar que las hay con suerte y que la bebé ha llegado con un hermoso pan, en forma de gran reportaje, debajo del brazo. Pase lo que pase, a partir de ahora Georgina tendrá un lugar de honor en el mundo mediático.