Sevilla

«El 90% de las demandas por cláusulas suelo se estiman»

«La crisis económica está dejando huella y está sirviendo para que las cosas se hagan de otra forma»

Agustín Azparren/ Magistrado en excedencia y ex miembro del CGPJ
Agustín Azparren/ Magistrado en excedencia y ex miembro del CGPJlarazon

Según un informe de Martínez-Echevarría Abogados, en el primer trimestre de 2015 se formalizaron un 25 por ciento más de hipotecas respecto al mismo periodo del año anterior. ¿Los síntomas de la salida de la crisis son cada vez más evidentes?

–La salida de la crisis se empieza a notar ya a otros niveles y no sólo en la macroeconomía. Hay más préstamos personales, familiares, hipotecarios y, sobre todo, relacionados con el sector de la construcción.

–De todas formas, la crisis ha hecho mella en el mercado inmobiliario. ¿Se ha aprendido en todos estos años?

–Espero que sí. La gente pierde la memoria rápidamente y creo que debería servir todo lo que ha ocurrido con el mercado inmobiliario para que eso no vuelva a ocurrir. Otras crisis a lo mejor no son tan profundas como ésta y no dejan tanta huella. Ésta sí la dejará y está sirviendo para que las cosas se hagan de otra forma.

–¿En qué se ha mejorado y cuáles siguen siendo los errores más habituales?

–Ahora hay una previsión de pago de futuro. Hubo épocas en las que familias se endeudaban en un porcentaje por encima del 50 por ciento de sus ingresos en los pagos de la deuda hipotecaria. Eso tiene un riesgo muy alto. La legislación cada vez más trata de evitar el uso de cláusulas abusivas.

–¿Se fían los bancos como se fiaban antes o ahora las condiciones son más estrictas?

–Ahora por las dos partes las condiciones son mucho más estrictas para conceder una hipoteca porque en los años del «boom» inmobiliario eran los propios bancos los que incitaban a pedir más dinero para comprar el coche, los muebles o lo que fuera. Se basaban en que el precio de la vivienda aumentaba considerablemente cada año y, aunque ya estuviera muy ajustado el valor, sabían que al año siguiente la vivienda en cuestión iba a costar bastante más. Desde el punto de vista del banco, se han restringido más los requisitos para conceder los préstamos, se ha intentado que sean más racionales y más adecuados a la economía de quien lo pide. Por otra parte, se ha generado en los clientes una desconfianza. Hasta el inicio de la crisis el cliente confiaba plenamente en el director de su sucursal y firmaba todo lo que le presentaba sin mirarlo ni leerlo. Esto es lo que ha provocado después muchas nulidades.

–Más de tres millones de familias españolas tienen en vigor cláusulas suelo en su hipoteca. ¿Las entidades financieras siguen reacias a negociar de cara a su eliminación?

–Hay que tener en cuenta que estas cláusulas suponen un montante económico importante para las entidades financieras. El BBVA, cuando suprimió por la sentencia del Tribunal Supremo las primeras cláusulas suelo, dijo públicamente que le suponía dejar de ganar 35 millones de euros al mes. Otros bancos han calculado casi 200 millones de euros al año. Son conscientes de que, tarde o temprano, van a tener que prescindir de las cláusulas suelo pero cada mes que las mantienen son muchos los millones que van ingresando.

–Si no se produce un acuerdo siempre queda la vía judicial. ¿Es efectiva? ¿Los procesos son rápidos?

–No son rápidos y en algunos sitios son increíblemente lentos. La situación que hay actualmente, por ejemplo en los juzgados mercantiles de Málaga, es de casi cuatro años de duración de la primera instancia. En otros lugares, en el norte, se resuelven en menos de un año. La mediación se ha intentado con algunas entidades y se suelen resolver en un mes o dos. Es una vía más rápida, pero todavía no está muy asumida por los bancos ni la conocen la mayoría de los ciudadanos.

–¿En qué medida se puede llegar a recuperar el dinero pagado indebidamente?

–El Tribunal Supremo primero decía que no se podía recuperar ninguna cantidad porque eso afectaba al orden público-económico, ya que son muchos millones de clientes con cláusulas suelo y los atrasos podían ser importantes. Esos atrasos, decía el Supremo, nos podían haber llevado a otro rescate, así que en 2013 consideró que no se devolvía ninguna. Esto provocó que muchas audiencias, unas 20, no hicieran caso al Supremo y devolvieran las cantidades. Otras 18 seguían al Supremo y no devolvían.

–Andalucía es pionera en la lucha para la erradicación de las cláusulas suelo. Hace unos años, en el juzgado Mercantil número dos de Sevilla, se ganó la primera batalla judicial con una sentencia que luego fue confirmada por el Tribunal Supremo. ¿Se sigue avanzando en este sentido?

–En Sevilla fue donde se inició el asunto que terminó en la sentencia del 9 de mayo de 2013 y fue donde se establecieron unos requisitos muy estrictos para considerar que una cláusula suelo pudiera ser válida. Desde entonces, en el 90 por ciento de los casos se estiman las demandas.